Historia de la semana: Una maravillosa imagen que desmonta el argumento abortista

    ¿Crees que esta imagen de un feto de 11 semanas de vida se corresponde con el argumento de que en esa fase del embarazo se aborta un amasijo de células?

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    Joshua Jay Zaragoza, hijo de Claudia y Juan, falleció en noviembre de 2017 a las 11 semanas de vida prenatal. /Actuall
    Joshua Jay Zaragoza, hijo de Claudia y Juan, falleció en noviembre de 2017 a las 11 semanas de vida prenatal. /Actuall

    La unión de un óvulo y un espermatozoide da lugar a una primera célula, el cigoto, que tienen los cromosomas con la información genética del nuevo ser humano. La primera división celular tiene lugar entre las 24 y 30 horas siguientes y con tres días de vida, el embrión cuenta ya con entre 12 y 16 células; el cigoto se llama entonces mórula. A los cinco días está en fase de blastocisto y tiene unas 58 células. A los seis días, se implanta en el endometrio con 84 células y al día siguiente está formado por 125 células. Cuando han pasado 18 días, aparece el corazón, que comienza a latir a los 21 días.

    Después de esta breve introducción, vamos al grano de la historia de hoy.Ahora leerás la asombrosa historia que nos relata con maestría nuestro redactor jefe, Nicolás de Cárdenas, en exclusiva para Actuall y hoy en exclusiva para ti. Entenderás cómo un ser humano de sólo 11 semanas de vida se va a convertir en un devastador contraargumento para los abortistas.

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    Claudia, madre de cuatro hijos, descubrió que el corazón se su quinto hijo había dejado de vivir con estas semanas de vida prenatal. Tuvo un aborto retenido, que no muestra ningún tipo de sintomatología. Lo detectó, como no podía ser de otra manera, a través de una ecografía.

    El aborto retenido tiene riesgos para la salud de la madre. Cuando se produce este tipo de aborto, el feto permanece muerto dentro del útero materno y esto provoca una alteración grave de coagulación y riesgos de infección y de hemorragia.

    «Lo bonito de la historia de Claudia, que pudo terminar mal, es que ha tenido un final feliz, el final que ella deseaba: pudo darle a Joshua Jair sepultura en ‘Monte esperanza’»

    Se trata de un aborto silencioso porque no existe expulsión del feto, no hay sangrado e incluso el organismo de la mamá no se da cuenta inmediatamente de que su bebé murió y su placenta sigue funcionando.

    Lo ideal es que el feto sea expulsado espontáneamente, pero esto no siempre ocurre. Hay fármacos que provocan la dilatación del cuello del útero y las contracciones uterinas. Y en algunos casos, los especialistas recomiendan sacar al bebé mediante cirugía.

    Lo bonito de la historia de Claudia, que pudo terminar mal, es que ha tenido un final feliz, el final que ella deseaba: pudo darle a Joshua Jair sepultura en ‘Monte esperanza’.

    Lo mejor de la historia de Claudia para el resto de seres humanos es que la imagen de su bebé es un jarro de agua fría para desmontar el argumento abortista: ¿Crees que esta imagen de un feto de 11 semanas de vida se corresponde con el argumento de que en esa fase del embarazo se aborta un amasijo (mezcla desordenada de cosas heterogéneas) de células?

    Y es fantástico saber que Claudia ha elegido Actuall como medio para contar su historia al mundo. Nuestro diario es el primero que publica esta maravillosa historia.

    No te pierdas la entrevista completa en este enlace.

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    Cuenta con más de 20 años de experiencia profesional en redacción de noticias, gestión de contenidos informativos, gestión de medios de comunicación, relación con periodistas y comunicación corporativa. La mayor parte de su carrera profesional la ha desarrollado en Europa Press, donde concluyó su etapa profesional como subdirectora de Sociedad. Ha sido profesora colaboradora de la Universidad San Pablo CEU y de la Villanueva. Ha sido directora adjunta de este diario y ahora es columnista de opinión. Colabora, además, con varios medios de comunicación y desarrolla Comunicación Corporativa para varias empresas y asociaciones. Es licenciada en Periodismo y doctora en Ciencias de la Información por la Universidad San Pablo CEU.