EFE.
El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, ha avisado de que «el pacto y la cesión que comporta» alcanzarlo no debe equivaler «a una humillación» o bien a una «bajada de pantalones».
En un discurso pronunciado durante el acto de entrega de los premios de la patronal Foment del Treball, en Barcelona, se ha referido así, por una parte, a la situación política en Cataluña, marcada por la última oferta de acuerdo de Junts pel Sí a la CUP para hacer posible su investidura, y por otra, a la posibilidad de un acuerdo que permita el encaje de Cataluña en España.
En ese mismo acto, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha apelado a Cataluña a buscar un acuerdo para resolver su encaje en España, y ha añadido: «Hemos de renovar nuestro edificio común. Hay puentes dañados, pero ninguno se ha roto. Ha habido desencuentros, pero no despedidas irreversibles», ha sentenciado el ministro.
En respuesta al titular de Exteriores, Mas ha lamentado que «en la cultura política del Estado, el pacto y la cesión que comporta se considera una humillación, y esto no permite escuchar y pactar como haría falta, a partir de lo que dicen las urnas».
«Seguridad jurídica»
A continuación, y en alusión implícita a la marcha de las negociaciones con las CUP, la formación anticapitalista de la que depende su investidura, Mas ha hecho extensiva esta reflexión a Cataluña, al asegurar que su reflexión valía «para Cataluña y para España».
Por otra parte, Mas ha bromeado sobre la fragmentación y la complejidad política que han deparado las elecciones catalanas y las generales. «Compartimos algo seguro, que los dos estamos en funciones», ha espetado Mas al titular de Exteriores, al que le ha recomendado «paciencia». «Yo llevo casi tres meses», le ha dicho, en alusión al tiempo que ha pasado desde las elecciones catalanas del 27 de septiembre.
En todo caso, Mas, cuya investidura ha sido rechazada en dos ocasiones, ha asumido que la complejidad política «está para quedarse», y ha abogado por abordar esta situación con «paciencia, perseverancia y determinación».
Lo tenemos que afrontar «con buen ánimo», porque «estas pruebas de alta complejidad ponen a prueba a los países y a las sociedades», ha insistido Mas el mismo día que Junts pel Sí ha propuesto a la CUP un acuerdo que incluye un gobierno «de transicion» con una presidencia coral -poderes repartidos entre cuatro personas- y un proceso soberanista con «seguridad jurídica».
El pasado de sombras
La formación anticapitalista decidirá si apoya o no esta propuesta de acuerdo el próximo 27 de diciembre en una asamblea. «En los momentos de debilidad, no olvidemos nuestras fortalezas», ha asegurado, parafraseando a Winston Churchill.
Por su parte, el ministro de Exteriores, que ha alternado el castellano y el catalán en su discurso, ha utilizado la figura del empresario Carles Ferrer Salat, que da nombre a algunos de los premios que se han entregado esta noche, para reivindicar su «pactismo» y su «catalanismo integrador».
«No es tiempo para ensimismamientos. No podemos permitir retomar el pasado de sombras», ha asegurado el ministro, que ha dejado claro que ofrecía «diálogo» a Cataluña, pero «siempre dentro de la ley, porque solo la ley puede ofrecer certidumbre sobre el rumbo institucional», ha añadido.
Al acto han acudido también el presidente de la CEOE, Juan Rosell, la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, así como numerosos empresarios catalanes
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