Un hombre de convicciones claras. Firme y cordial. Abierto y claro defensor del derecho a la vida, la familia y las libertades fundamentales. Así es Guillermo Lasso, el candidato a la Presidencia de Ecuador que consiguió llevar al país a un segundo turno electoral.
Exbanquero de 62 años de edad, Lasso es el hombre que desde hace meses viene quitándole el sueño al presidente Rafael Correa y a su candidato, Lenin Moreno. Representa una posibilidad real de enterrar el “socialismo bolivariano” en estas tierras.
Es la segunda vez que contiende al cargo y su candidatura fue recibida con beneplácito por miles de líderes provida del país, así como por diversos sectores conservadores y liberales, que con emoción y sorpresa acogieron los resultados de las elecciones celebradas el pasado domingo 19 de febrero.
El mismo había anunciado que las pesquisas internas de su campaña apuntaban al balotaje, pero pocos lo creían posible. En la víspera de los comicios subrayó: “hoy en Ecuador hay dos certezas y una duda.
La primera certeza es que habrá segunda vuelta; la segunda, es que nosotros vamos a estar en la segunda vuelta, y la duda es el orden en el que vamos a llegar”.
Lasso sabía que los números estaban muy cerrados. Consiguió más de dos millones y medio de votos, que representan 28% del total de los sufragios. El candidato oficialista obtuvo poco más de tres millones y medio de votos; le faltó un punto porcentual para alcanzar el 40% que le daría el triunfo.
Ahora el tablero se reconfigura y Lasso plantea alianzas con todos aquellos opositores al gobierno socialista de Rafael Correa. Especial atención se esta otorgando al Partido Social Cristiano (PSC) cuya candidata, la periodista y parlamentaria Cynthia Fernanda Viteri Jiménez, obtuvo 16% de los votos.
“Serán alianzas programáticas y no pragmáticas”, apunta el candidato que propone una agenda de cambios para mudar el curso que el país ha tomado desde 2007 para generar oportunidades para todos y fortalecer las instituciones democráticas.
Durante toda la campaña insistió que los ecuatorianos aún estaban a tiempo de abandonar la vereda del chavismo y el castrismo, para combatir la pobreza con trabajo, sin demagogia, para lo cual el ejercicio irrestricto y responsable de las libertades es indispensable. Ha prometido crear un millón de empleos en su mandato.
Es el menor de once hermanos de una familia de la clase media
Su propia vida parece respaldar sus palabras. Es el menor de once hermanos de una familia de clase media. Trabajó desde los quince años para financiar sus estudios. Ingresó en la facultad de economía en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, pero no terminó la carrera para poder ayudar económicamente a su familia.
Se casó en 1981 con María de Lourdes Alcívar Crespo, y entre 1985 y 1997 la pareja tuvo cinco hijos: tres varones, Guillermo Enrique, Santiago y Juan Emilio, y dos mujeres, María de Lourdes y María Mercedes.
Antes de cumplir 30 años fue nombrado presidente ejecutivo del banco Finansur, que en 1989 se fusionó al Banco de Guayaquil.
Apenas cinco años después, Lasso sería colocado como su presidente ejecutivo, cargo desde el que lideró un proceso de modernización que convirtió al banco en la segunda mayor institución financiera del país.
En la década de los noventa impulsó el “Banco del Barrio”, iniciativa que tiene su origen en el pensamiento social cristiano de la Italia de los años veinte, entre amplios sectores populares de Ecuador.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoció este esfuerzo como el mayor proyecto de bancarización de Latinoamérica en 2010.
En mayo del 2012, luego de 42 años de carrera en el sector privado, dejó el Banco de Guayaquil para postularse a la presidencia.
Su exitosa trayectoria en la Banca es un “pecado” que la izquierda no le perdona y que le ha ganado el epíteto de ser el “candidato de la derecha ecuatoriana”.
Ni de izquierda ni de derecha
Lasso afirma categórico que no es un hombre “ni de izquierda ni de derecha”. Es un franco adversario del llamado “socialismo del siglo XXI”, pero también es un ácido crítico del “capitalismo salvaje”.
En una entrevista al diario El Universo afirma que la vida lo hizo “liberal”. Liberal en el sentido clásico, económico, no iluminista.
Y se explica: “Yo soy una persona que comenzó su vida profesional a los 15 años en el barrio Orellana, sin un solo centavo en el bolsillo.
Lasso: «La responsabilidad social junto con el pensamiento económico son las dos caras de una misma moneda»
Soy consciente de que hay grupos vulnerables, que no tienen las mismas oportunidades y, por lo tanto, la responsabilidad social junto con el pensamiento económico son las dos caras de una misma moneda”.
Detrás de las palabras y de las acciones de Lasso pueden verse destellos de la doctrina social cristiana, de hecho no esconde el hecho de ser católico y, por si fuera poco, vinculado espiritualmente al Opus Dei.
Un católico sin complejos
No lo esconde. No aminora el hecho. Criticado por la presa “progresista” de ser un “católico fundamentalista del Opus Dei”, Lasso da la cara y presenta con orgullo su fe.
“No hay nada a esconder” dice. “Soy católico, siempre lo he sido y para mi es motivo de orgullo, aunque sea indigno de ese nombre”. Lasso se encuadra en lo que el Papa Benedicto XVI denominaba “católicos sin complejos en la vida pública”.
Se le ha fustigado “tener vínculos” con el Opus Dei. Él ha respondido: “no tengo ‘vínculos’, participo de la Obra y no hay nada malo en ello, por el contrario”.
De hecho, un miembro de la “Obra” en Guayaquil que prefirió no ser identificado confirma: Lasso es supernumerario y como todos — con aciertos y dificultades — se esfuerza por vivir la vocación cristiana en medio del mundo.
Francisco Jarrín, presidente de la Asociación Cristiana de Empresarios: «la agenda Lasso es abiertamente cristiana»
Según Francisco Jarrín, presidente de la Asociación Cristiana de Empresarios (ACE), la forma en que el candidato se ha enfrentado a las críticas del izquierdismo más radical y del liberalismo jacobino sobre su fe han colocado en el debate electoral el foco también en los valores cristianos.
“No se trata de identificar a un candidato como el candidato cristiano, o católico, sino de pensar si ese candidato realmente asume una agenda coherente con los valores que la mayoría de la poblacion, que es cristiana, profesa”, explica.
Y de hecho la “agenda Lasso” es abiertamente “cristiana”.
Abierto defensor de la vida y familia
Lasso ha sido muy claro siempre, sin ambigüedades, respecto al derecho a la vida. Para él la muerte de un bebé en gestación es un asesinato, es un hecho inaceptable.
“Creo en la vida desde la concepción y ese es un principio que no lo voy a cambiar, es un derecho humano fundamental y debe ser ampliamente protegido por la ley”, afirma categórico.
Lasso: «Sólo existe un tipo de matrimonio: el que se realiza entre hombre y mujer»
Esta posición pública la asumió desde la campaña de 2012 y no ha mudado ni un ápice. También ha declarado que no promoverá ni aceptará mudanzas que permitan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.
“El hecho de ser católico me lleva a reconocer y valorar la dignidad de todo ser humano, sin distinción alguna, sin embargo, solo existe un ‘tipo’ de matrimonio: el que se realiza entre un hombre y una mujer”, afirma.
“Cualquier otro tipo de unión entre dos personas de un mismo sexo no es matrimonio, aunque pueda discutirse como garantizar los derechos patrimoniales de quien decide vivir junto”, puntúa.
Esta posición le ha ganado, obviamente, la animadversión de la prensa “progre”, pero también el respaldo de la mayoría de los ecuatorianos que son contrarios al aborto y al “matrimonio gay”.
LOS CRONISTAS POLÍTICOS DICEN QUE CORREA DUERME MAL ESTOS DÍAS POR CULPA DEL CANDIDATO
Desde que que conoció que el país iba a balotaje con Lasso como candidato, la movilización política a su favor en las redes sociales por parte de millares de militantes provida en todo el país ha sido más que intensa.
Es una posibilidad real — y única desde hace algunos años — de pasar a una agenda proactiva que blinde la vida y la familia en el país y de enterrar la experiencia autoritaria del “socialismo bolivariano”.
Por eso, los cronistas políticos locales, aseguran que Correa duerme mal estos días y puede pasar en vela la noche del próximo 2 de abril, cuando se realice el segundo turno.
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