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Bienvenido Mr. Trump

Escultura conmemorativa de la pleíula "Bienvenido Mr. Marshall" en Guadaliz de la Sierra donde se rodó el film.

Escultura conmemorativa de la pleíula "Bienvenido Mr. Marshall" en Guadaliz de la Sierra donde se rodó el film.

Fue en 1953 cuando en España se estrenó la película “Bienvenido, Mr. Marshall” producida por Luis García Berlanga y cuyo actor principal era Pepe Isbert.

La trama se desarrollaba en el pequeño pueblo soriano de Villar del Río donde se vivía una vida apacible hasta que se enteraron de que iba a visitarlos un grupo enviado por la embajada de los Estados Unidos para ver si era posible que a dicho ayuntamiento le concediesen los beneficios del Plan Marshall.

Cambió la vida de todo un pueblo que deseaban agradar a los visitantes para ver si recibía generosas ventajas económicas.

Pues bien, así como Villar del Río tenía todas sus esperanzas en el Plan Marshall, de igual manera son millones en todo el mundo las personas que tienen puestas sus esperanzas en un Donald Trump que el 20 de enero asumirá la Presidencia de los Estados Unidos.

Una ceremonia emotiva en la cual, una vez que haya jurado su cargo sobre la Biblia que sostiene su esposa, Trump añadirá una frase significativa:

-So help me God (Con la ayuda de Dios)

A continuación, el presidente de la Suprema Corte lo investirá con una felicitación:

-Congratulations, Mr. President (Felicidades, Señor Presidente)

Ante un acontecimiento que, sin lugar a dudas, tendrá enormes repercusiones históricas, vale la pena hacer algunas reflexiones.

Algo evidente que nadie niega es que la administración del saliente Joe Biden fue un auténtico desastre ya que –aparte de regalarles Afganistán a los salvajes talibanes- Ucrania fue invadida por los rusos y en Medio Oriente estalló el conflicto de Gaza.

Auténticas desgracias que han costado miles de muertos que se hubieran evitado si Trump hubiera sido reelegido en 2020.

Pues bien, aún antes de tomar posesión, gracias a una hábil gestión diplomática, Trump consiguió un alto al fuego en Medio Oriente.

Y todo hace suponer que, también a base de negociaciones diplomáticas, logrará detener la guerra de Ucrania.

Al mismo tiempo que eso ocurre, todo parece indicar que se le dará una salida honorable al dictador venezolano Nicolás Maduro quien, hoy más que nunca, parece tener los días contados.

Y mientras eso ocurre, Daniel y Rosario –la pareja asesina nicaragüense- al ver cómo está cambiando la geopolítica de Hispanoamérica, empiecen ya a preparar sus maletas antes de que un golpe palaciego les quite no solamente el poder sino también la vida.

Trump, cada vez más preocupado por el enorme poder que tienen los narcos en México, pudiera decidirse por una invasión encubierta enviando elementos del Pentágono que, después de infiltrarse en los grupos mafiosos, empiecen a eliminar a los jefes más peligrosos.

Esto lo haría Trump no tanto por ayudar a México sino más bien como un acto de legítima defensa para impedir que a los Estados Unidos continúen llegando traficantes de fentanilo y otros estupefacientes.

Mucho se insiste en que para combatir el tráfico de drogas y la inmigración ilegal hay que atender las causas.

Ni duda cabe de que, combatir las causas, es lo que habrá de hacer Trump.

Y es que, al ver cómo tanto la inmigración ilegal como el tráfico de drogas son causadas por gobiernos populistas, lo más lógico es que Trump decida atacar el problema de raíz.

Y la manera de atacarlo es borrando del mapa a dictadores como Ortega y Maduro así como presionando para que gobierno tolerantes con las mafias se decidan a entrar en razón.

No deja de ser significativo que, a su toma de posesión, Trump no haya invitado al presidente del gobierno español sino más bien a Santiago Abascal, uno de los principales líderes de la oposición.

Señal evidente de que Trump trae entre ceja y ceja a Pedro Sánchez.

Significativo también que uno de los principales invitados sea el argentino Javier Milei, un personaje ciertamente estrafalario pero que en poco más de un año ha reducido sustancialmente la inflación.

Aunque elementos que trabajan en medios izquierdistas presenten la llegada de Trump como si fuera la del mismísimo Anticristo le verdad es que se avecinan grandes cambios que el mundo aguarda con gran esperanza.

¡Bienvenido, Mr. Trump!

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