La violencia ha estallado de lleno en el proceso electoral brasileño. El candidato a la presidencia de la República, Jair Messias Bolsonaro, fue acuchillado en el abdomen la tarde de este jueves 6 de septiembre en plena campaña.
El aspirante de la derecha, postulado por el Partido Social Liberal (PSL) y líder en la intención de voto en todos los sondeos de opinión, fue víctima de un atentado perpetrado por un militante de izquierda cuando era llevado en hombros por sus simpatizantes en un comicio en la ciudad de Juiz de Fora, en el sudeste del país.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn los videos se registra el momento en el que el político es agredido. Fue inmediatamente llevado a la Santa Casa de Misericordia de la ciudad donde los médicos controlaron la hemorragia y le sometieron a una intervención quirúrgica de varias horas.
Una única cuchillada dañó severamente la arteria mesentérica, el intestino delgado y el intestino grueso. Al contrario de lo que inicialmente se pensaba, no hubo lesión hepática. De acuerdo con el boletín médico oficial «se encuentra estable y sin riesgo inminente de muerte», sin embargo, su estado aún es considerado «delicado» debido al alto riesgo de infección.
El responsable por el atentado fue preso. Se trata de Adélio Bispo de Oliveira, de 40 años, es originario de la ciudad minera de Montes Claros y ya fue detenido en 2013 por lesión corporal y estuvo afiliado durante siete años, de 2007 a 2014, al Partido Socialismo y Libertad (PSOL), una escisión radical del Partido de los Trabajadores (PT).
Según la Policía el autor de la cuchillada dijo actuar solo y por su propia voluntad, aunque en un vídeo asegura que lo hizo «por mandato divino»
Su perfil de Facebook es un collage de críticas a lo que él denomina la “derecha masónica” y a diversos políticos entre los que destaca Bolsonaro. También hay algunas fotos en actos en que se exige la libertad de expresidente Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, preso por corrupción, y la renuncia del actual mandatario, Michel Temer. También defiende el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y tiene una bandera de Brasil con un círculo rojo y el símbolo del comunismo en el centro.
Sin embargo, llaman también la atención insistentes críticas a la secta masónica y una publicación en la que critica a un cantante que afirma que Jesús fue “transgénero” considerándolo una ofensa a la fe cristiana.
El sargento Alessandro do Nascimento, de la Policía Militar de Juiz de Fora, informó de que al ser detenido, ante los primeros cuestionamientos sobre el atentado, declaró que lo hizo solo y porque quiso.
Un video posterior, divulgado por un periodista de la revista Piauí, de izquierda, presenta a Adélio asegurando que cometió el crimen porque recibió un “mandato divino”. A pesar de sus declaraciones iniciales la Policía ya ha detenido a dos posibles cómplices: Hugo Ricardo Bernardo y Bruno Pereira da Silva. Se investiga también la participación de una mujer.
El presidente Michel Temer manifestó su repúdio a la agresión contra el candidato y lo calificó de intolerable.
Las presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Cármen Lúcia Rocha, afirmó que debe ser rechazada cualquier forma de violencia en el proceso electoral y que los lamentables hechos deben investigarse con celeridad. Por su parte, Rosa Weber, presidente del Tribunal Superior Electoral, repudió también “toda y cualquier manifestación de violencia, sea contra electores o contra candidatos”.
Políticamente incorrecto
El diputado Jair Bolsonaro lanzó su campaña presidencial este año generando una gran polémica debido a sus posiciones «políticamente incorrectas” y a una agenda abiertamente derechista en un país gobernado por la izquierda desde 1995 y con una robusta hegemonía cultural del progresismo.
Ha colocado como uno de sus ejes de campaña instaurar una política económica liberal y acabar con el estatismo que es un “cáncer para el país», para lo que llamó como futuro ministro da Hacienda al connotado economista Paulo Guedes.
Es duramente criticado por defender la pose domiciliar de armas de fuego y la flexibilización para el porte de las mismas, así como la “castración química» para violadores y el combate frontal al crimen organizado a través de labores de inteligencia y operaciones tácticas con amplio uso de la fuerza, incluso letal.
Rechaza la legalización del aborto, del “matrimonio” homosexual y de las drogas, pero es partidario de la pena de muerte y ha insinuado que las ayudas a las familias pobres deben ser condicionadas a un número máximo de hijos. Como parlamentario confrontó la implementación de la perspectiva ideológica de género en el sistema educativo defendiendo el derecho de los padres de familia a educar a sus hijos. La prensa internacional lo ha bautizado – no sin cierta malicia – como el “Trump brasileño”.
Durante las últimas semanas el cerco mediático para descalificarlo se tornó más agresivo, a pesar de ello, el número de adeptos parece crecer entre los ciudadanos de a pie gracias a las redes sociales.
En tanto la clase alta y los sectores más “intelectualizados» se han apostado por candidatos de izquierda o centro izquierda, la clase media y los sectores populares aceptan cada vez más la idea de votar por él para “recuperar el país», arrebatándolo de manos de quien lo saqueó.
El primer turno de la elección acontece el próximo 7 de octubre.
Es un hecho que si Bolsonaro sobrevive al atentado con condiciones de salud que le permitan continuar en el pleito electoral saldrá políticamente fortalecido y quizá pueda convertirse en el primer candidato brasileño que conquiste la presidencia del país desde un hospital.