Se acerca el 21-D y si Dios no lo remedia, los golpistas se presentarán de candidatos… algo que nadie entiende, excepto el PP-PSOE. Lo dice el columnista de ABC, Antonio Burgos, recogiendo el sentir popular, con su ironía sevillana: «No me explico, aunque las leyes así lo permitan, que los que están entre rejas o procesados vayan en las listas electorales».
Y añade: «Si a un concejal que lo pillan metiendo la mano en el cajón de los caudales públicos o a un alcalde que cobraba comisiones del por aquí te quiero ver, les conminan a que dimitan inmediatamente y después ya veremos, ¿cómo es posible y en qué cabeza cabe que, por ejemplo, un prófugo de la Justicia como Puigdemor de la Pradera, en busca y captura en todo el territorio nacional y parte del extranjero, encabece una lista electoral en el paripé general que están montando todos los independentistas, los que afirman haciendo un Forcadell a modo de paripé y de embuste muy gordo que ya van a ser buenos, que acatan la aplicación del 155 y lo que haga falta acatar, que van a cumplir la Constitución y «que vivan los cuatro puntos cardinales de mi España», como canta Escobar?”.
«Cuando estás a la puertas del ingreso en prisión terminas cantando el «Que viva España» por Manolo Escobar o el «Banderita» por Marujita Díaz, y quedas en libertad inmediatamente”
“Hacer un Forcadell” se ha convertido en un chollo para los delincuentes de cuello blanco de la política. Lo explica Burgos en su columna de ABC:
“Sabrán lo que es «hacer un Forcadell»: como Carmen Forcadell, la expresidenta del Parlamento autonómico de Cataluña. Que cuando estás a las puertas del ingreso en prisión por sedicioso, rebelde y golpista y por haber proclamado la República Independiente de la Señorita Pepis de Cataluña, llegas al juez y sientas plaza de réprobo y felón, y reniegas de todas tus convicciones separatistas, le mientas sus castas todas a la estelada por este lado y por el otro lado, y terminas cantando el «Que viva España» por Manolo Escobar o el «Banderita» por Marujita Díaz, quedas en libertad inmediatamente.”
¿Qué diríamos si en otro país ocurriera? Se pregunta Burgos: “¿Qué estaríamos largando contra un sistema electoral donde si no llevas en tu lista a tres concejales presos y a otros dos fugados de la Justicia ni eres elegible, si complaces al pueblo soberano, ni te votan, ni nada de nada?”
Aún más sarcástico es Federico Jiménez Losantos en El Mundo, cuando se malicia que el juez puede dejar sueltos a los golpistas :
Lo hace en una columna titulada Barrabás candidato http://www.elmundo.es/opinion/2017/12/04/5a244c0eca474149068b4594.html
Se malicia en ella que el juez Llarena pueda soltarlos:
«No sé si el juez Llarena soltará hoy a los golpistas catalanes, pero me temo lo peor. Si fue capaz de recibirlos diciendo: «Tranquilos, que esto no es la Audiencia Nacional», y el CGPJ no lo apartó del caso y abrió los trámites preceptivos para echarlo de la carrera, imagino que continuará prevarigalupando al servicio de esa acreditada agencia de colocaciones judiciales que resumimos en las siglas PPOE y que gracias a los altos tribunales que controla ha convertido la Justicia en un muladar.
Una cosa es que los jueces se equivoquen –humanum est-. «Lo malo es cuando los jueces no se equivocan libremente, sino al servicio de los partidos que les colocan en la situación más delicada, la de agradecerles el cargo. Eso no es equivocación, sino crimen de lesa ciudadanía. Y a eso vamos, o a eso tememos que irá hoy el juez Llarena».
“La forma de afrontar el golpismo catalán que convenía a sus intereses era convocar a toda prisa elecciones y dejar para después de las urnas el juicio a los golpistas”
La culpa es de la politización de la Justicia -que se remonta a los tiempos de Felipe González- y también a la errónea estrategia de Rajoy y Sánchez para encarar el órdago secesionista.
Losantos: “La razón es que el PP y el PSOE, bautistas y verdugos de las altas magistraturas, decidieron un día, trágico para la nación española, que la forma de afrontar el golpismo catalán que convenía a sus intereses era convocar a toda prisa elecciones y dejar para después de las urnas el juicio a los golpistas, que, naturalmente, están desarrollando su campaña en la ventajosísima condición de barrabases, es decir, de famosos delincuentes redimibles por el voto popular».
Y concluye con una analogía con el 23-F: «Y, por favor, que no nos hablen de los males de la prisión preventiva. A nadie se le ocurrió que Milans del Bosch debía volver con sus tanques mientras llegaba el juicio. Y no quería romper España».
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