Cuba tiene un nuevo ministro del Interior. Tras el fallecimiento por «complicaciones de una enfermedad crónica» del anterior ministro Carlos Fernández Gondín, Raúl Castro vuelve a hacer uso del ejército para ocupar un nuevo puesto político: el vicealmirante Júlio César Gandarilla Bermejo. Una de sus primeras decisiones no ha sido otra que la de detener a Óscar Elías Biscet.
Gargandilla lleva toda su vida ligado al Régimen Castrista y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Cuenta con experiencia en el ministerio, ya que lleva dos años como viceministro. Además, ha estado al cargo de la jefatura de la dirección de contrainteligencia militar durante más de 16 años.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraNo cabe duda de que no es un militar más. Miembro del Comité Central del Partido Comunista, es una persona de máxima confianza para el dictador Raúl Castro, ya que ha trabajado en el Ministerio de Defensa con él, durante la presidencia de Fidel.
Gargandilla estuvo más de 16 años al frente de la contrainteligencia militar de Cuba
El que ya fuera coordinador de la toda la inteligencia de la dictadura, ahora tiene todas las ‘armas’ posibles para llevar a cabo la represión que se sigue viendo durante estos años. La Policía, la Seguridad del Estado o la ya mencionada contrainteligencia son algunos de los cuerpos que tendrá bajo su mando.
Una represión que no cesa, por mucho que Raúl Castro se niegue a admitirlo. El último en sufrir esta censura de libertad ha sido el doctor Óscar Elías Biscet, detenido este miércoles cuando salía de su casa en dirección a una manifestación.
Este arresto, ocurrido a las 8 de mañana ha sido llevado a cabo «por efectivos de la Policía Política de la tiranía castrista», según un comunicado de su entorno recogido por Actuall.
Cabe recordar que en el pasado mes de noviembre, fueron detenidos el artista Danilo Maldonado ‘El Sexto’ y el médico Eduardo Cardet, que lidera el Movimiento Cristiano Liberación.
Las detenciones, y en especial las cometidas contra opositores pacíficos, han aumentado considerablemente durante los últimos años. La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn) registró a finales de año que se habían llevado a cabo un total de 9.940 arrestos, de los cuales 458 fueron por motivos políticos. Un gran aumento si se compara con los 2.074 detenidos totales que el régimen comunista de la isla ordenó en el año 2010.
El periódico cubano Martí Noticias señala a una «ola de arrestos» contra activistas de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). Un grupo que, como relata el ABC, sufrió «actos vandálicos y robos policiales» en sus casas y en la sede del partido.
Gobierno puramente militar
Por más que el Estado cubano intente hacer ver que es una pseudodemocracia, lo cierto es que los máximos puestos del ejecutivo están ocupados por mandos militares. Este último nombramiento hace ver, una vez más, la poca disposición de Cuba a avanzar hacia una política más flexible.
Según explica desde Miami el digital Cubanet, alrededor de 20 generales conforman la nómina del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Estos hombres fuertes del ejército integran puestos de suma importancia como son el de ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el primer viceministro o el jefe del Ejército Central, entre otros. «Es el poder dentro del poder», señala un sociólogo al diario cubano.
Se trata de un círculo vicioso del que Raúl Castro se niega a salir. Sabe que el país en manos de sus generales seguirá estando controlado por él al final, y que se llevarán a cabo todas las acciones que requiere de forma estricta, directa y sin preguntar como, por desgracia, viene siendo habitual en la isla caribeña.
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