Pedro Sánchez, con la colaboración de Pablo Iglesias y el resto de sus socios parlamentarios (secesionistas, golpistas, proterroristas y otras hierbas políticas) está implementando «un programa de destrucción de nuestra sociedad aprovechando esta epidemia». Y no es casualidad ni cuestión de conspiranoias, si no de atar cabos y unir datos.
Se trata de la alianza entre los «globalitarios» y los «probresistas» descrita con la habilidad de un relojero, pieza a pieza en El proyecto Soros y la alianza entre la izquierda y el gran capital, (Libros Libres, 2020) por el periodista Carlos Astiz.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraTras el estudio de numerosas fuentes Astiz afirma que «el grupo de magnates que quieren convertir nuestra sociedad en una sociedad débil, fragmentada, enfrentada y, en última instancia controlarnos mejor, es totalmente real» y no una paranoia o una conspiranioa.
Y esta red está aprovechando una situación de excepción como la pandemia para acelerar sus planes. Astiz defiende que de manera especial en España: «Están silenciando los parlamentos, intentado controlar a los jueces, a las fuerzas de seguridad, manteniéndonos encerrados en casa sin posibilidad de relacionarnos, sin posibilidad de protestar…» comenta en conversación con Actuall para concluir que la pandemia -y las políticas desarrolladas bajo su paraguas- «realmente está favoreciendo esta introducción de una dictadura totalitaria, porque no se puede llamar de otra manera».
Pero Astiz no desespera, en incluso se muestra optimista, porque el «proyecto Soros» tiene talón de Aquiles: «A poco que se rasca, lo que están ofreciendo es una ficción. La realidad está de nuestro lado. La verdad está de nuestro lado».
Empezaremos como hay que empezar los libros, por el título: ‘El proyecto Soros y la alianza entre la izquierda y el gran capital’ (Libros Libres, 2020). ¿Es usted un conspiranoico?
Ja, ja, ja, ja, ja, ja. ¡No! Además he intentado estar al margen de cualquier teoría conspiratoria. El libro pretende ser un análisis estrictamente político y social. No tiene ninguna teoría de la conspiración y, además, en este caso creo que da igual. La izquierda, cuando no tiene argumentos, coloca etiquetas para no debatir con la gente que está en posiciones contrarias. Eso es lo que intentan hacer hablando de conspiranoias.
El grupo de magnates que quieren convertir nuestra sociedad en una sociedad débil, fragmentada, enfrentada y, en última instancia controlarnos mejor, es totalmente real. No es ninguna conspiración ni ninguna paranoia.
Es llamativo que la presidenta del Fondo Monetario Internacional y un comunista furibundo como cualquier líder de Podemos se ponen la misma insignia en la solapa, la de la Agenda 2030
Habla usted de «globalitarios» y «pobresistas», dos términos nuevos que resultan bastante logrados. ¿Son las dos caras de una misma moneda?
Sin duda. Yo creo que además estamos en una situación, en una crisis de una amplitud tan enorme, que también hay que dar la batalla en términos de palabras y de neologismos. Las nuevas definiciones realmente son muy importantes porque los términos que utilicemos determinan de alguna manera las cosas. Los comunistas saben muy bien desde hace casi 150 años que una parte muy importante -si no decisiva- de la lucha política está en la cabeza de los ciudadanos y por eso intentan ocuparla con palabras. La mayoría de las veces con conceptos vacíos que dicen lo contrario de en lo que se convierten luego en la realidad.
Y en este caso concreto, «globalitarios» hace referencia a todos esos magnates que intentan aumentar su control y sus beneficios imponiendo un sistema totalitario a nivel global.
Por otro lado, muy a menudo la izquierda -sobre todo una izquierda que ya no tiene realmente más utilidad que servir a estos grandes magnates y sus planes- habla de que son progresistas. Pero la realidad nos dice y la historia nos demuestra que ha sido todo lo contrario. Lo único que han difundido es la miseria y la tiranía. En consecuencia, es mucho más acertado el término de «pobresistas» porque bajo el comunismo y el socialismo, no hay progreso alguno.
Habla de un programa común entre comunistas y multimillonarios. En la teoría parece que son antitéticos, aunque luego sabemos cómo terminan viviendo los líderes comunistas… En todo caso ¿cómo es ese programa común, cuáles serían sus sus pilares?
Desde finales de los años 50 los grandes magnates, especialmente norteamericanos, se dieron cuenta de que la sociedad aceptaba mucho mejor lo que le cuentan desde organizaciones no lucrativas o supuestamente benéficas, que desde las instituciones oficiales, aunque les contasen exactamente lo mismo.
Así empezaron a desarrollar toda una maraña de organizaciones no gubernamentales y organizaciones supuestamente no lucrativas a través de la cual están influyendo en nuestra sociedad con una agenda que es todo menos favorecedora de la solidaridad, del progreso y del bienestar de la humanidad.
Es llamativo que la presidenta del Fondo Monetario Internacional y un comunista furibundo como cualquier líder de Podemos se ponen la misma insignia en la solapa, la de la Agenda 2030. La pregunta sobre este hecho está en el origen de este libro.
Con la ideología de género no sólo se pretende que los hombres y las mujeres no se entiendan, sino que los individuos no sepan si son hombres, mujeres, animales o cosas, hasta el extremo de que no seas capaz de relacionarte y mucho menos de protestar
¿Y cuál es la respuesta? ¿Qué hay detrás?
Un programa común que no lo dicta la izquierda, sino los grandes magnates que están muy interesados en fragmentar la sociedad por ejemplo, trasladando el odio de la lucha de clases al interior de la pareja y su consecuencia, la ideología de género.
Porque pretenden que los hombres y las mujeres no confíen el uno en la otra y la otra en el uno. La pareja es la esencia de la familia, que lo es a su vez de la sociedad y el elemento mínimo imprescindible que sin ayuda externa puede reproducir esa sociedad. Ese es uno de los objetivos centrales: eliminar la reproducción. Por eso apoyan los programas de aborto y la eutanasia.
Hablan de la justicia social, pero enmascaran con frases muy bonitas intereses muy negros. Por ejemplo, hablan de la salud reproductiva o de muerte digna para referirse al aborto o la eutanasia. Realmente de lo que están hablando es de asesinato.
Es indudable que quieren reducir la población. En eso estamos ya desde los años 50. Los grandes magnates como Bill Gates, algunos de los grandes dueños de las tecnológicas, los Rothschild, los Rockefeller, etc. -no sólo Soros, que es la cara más visible-, con miles de millones de dólares de presupuesto, tienen un objetivo común: asustar a la población, intentar que no se relacionen los individuos entre sí, que pierdan sus raíces.
Sánchez se ha visto más veces con Soros que con el líder de la oposición española
Ahí entra la ideología de género…
Con la ideología de género no sólo se pretende que los hombres y las mujeres no se entiendan, sino que los individuos no sepan si son hombres, mujeres, animales o cosas, hasta el extremo de que no seas capaz de relacionarte -y mucho menos de protestar- porque te estás preguntando incesantemente quién eres.
Al final una familia, una nación, una sociedad… nos enraízan lo suficiente como para considerarnos seres humanos que son capaces de ponerse en pie y protestar. Y eso es lo que están intentando evitar. Intentan construir sociedades débiles de individuos aislados y enfrentados unos con otros.
Se ha hablado poco de la visita de Soros a Pedro Sánchez al llegar a La Moncloa. ¿Existe una conexión entre esta visita y las políticas del Gobierno Frankestein?
Está bastante claro. Se puede decir, sin temor a exagerar, que Pedro Sánchez es un producto de Soros. Hay que tener en cuenta que no es solamente una visita, que no solamente fue la primera persona con la que se reunió Pedro Sánchez nada más tomar el poder. Sino que se ha visto más veces con Soros que con el líder de la oposición española.
En ese sentido, es alguien totalmente alineado con el objetivo y la agenda de estos grandes magnates. Es uno de sus peones. Y en este sentido se ve también como en España se está intentando acelerar esa agenda.
Sánchez está intentando romper una sociedad democrática y colocar fuera de la voluntad de la población, al margen de las urnas y la voluntad popular toda una serie de decisiones
No solamente se está haciendo todo lo posible para favorecer el aborto y romper la familia. También no sólo se impide sino que se está fomentando la inmigración irregular, con un efecto llamada en el que se les promete a los individuos que vienen de otros países, que aquí van a tener un país de bicoca y que no van a tener que trabajar y van a tener ayudas necesarias como para estar viviendo a cuerpo de rey.
Sánchez está intentando romper una sociedad democrática y colocar fuera de la voluntad de la población, al margen de las urnas y la voluntad popular toda una serie de decisiones. Aprovechando el estado de alarma, el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han metido de tapadillo treinta y cuatro leyes diferentes.
Se trata de un programa de destrucción de nuestra sociedad, de destrucción de nuestra democracia aprovechando esta epidemia. Están difundiendo el miedo, intentando que pensemos que el vecino es un agresor que nos puede contagiar. Se descubrirán las cepas que sean posibles y se hablará de una primera ola, una segunda ola, una tercera ola y todas las que sean necesarias, no ya como una cuestión sanitaria, sino como una cuestión política para poner en práctica ese programa político.
Hace un tiempo se decía que Luis Garicano, eurodiputado de Ciudadanos, era el hombre más cercano a Soros en España. ¿A quién más hay que añadir en esa lista? ¿Es como la delos socialistas de todos los partidos?
Viendo simplemente las decenas y centenares de organizaciones y cómo realmente los magnates, los grandes millonarios, los multimillonarios están tendiendo puentes hacia las fuerzas políticas; cómo están financiando algunas…
Hace unos años salió a la luz una serie de filtraciones sobre cómo las organizaciones relacionadas con Soros venían o decían que tenían como «amigos» favorables a sus opiniones en el Parlamento Europeo a alrededor del 30 o 35 por ciento del conjunto de los parlamentarios en todos los partidos.
No nos podemos llamar a sorpresa cuando -no solamente el señor Garicano-, sino supongo que muchos otros están también muy relacionados con las organizaciones de estos grandes magnates y realmente están muy alineados con sus posiciones. No hay más que ver las votaciones en las que confluyen el PNV, EH Bildu, el Partido Socialista Obrero Español, Podemos, Izquierda Unida, los separatistas catalanes… Están todos en el mismo ajo. Están todos con la misma agenda.
Por ejemplo, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Es gracioso ver al presidente de Iberdrola con la misma chapa que el secretario general de Comisiones Obreras. Aquí algo falla, algo no cuadra en el esquema tradicional de las diversas alternativas políticas y económicas.
¿Qué es lo que está sucediendo? Están todos alineados sobre la base de este empeño multimillonario para organizarnos una sociedad que nada tiene que ver con una sociedad democrática y de progreso; que nos conduce directamente a la pobreza y a la tiranía. Y en eso están casi todos.
Habla en su libro de la colaboración de Soros con los nazis para saquear las propiedades de los judíos. Parecen palabras mayores…
Creo que esa es una cuestión menor, que además él reconoce en una entrevista a la CBS en una televisión norteamericana. Pero él lo ha intentado justificar con sus panegeristas y aduladores que son muchos y están muy bien pagados. Primero, como si fuese un ataque. No es verdad. Es algo que él reconoce en los años 80.
Otra de las fórmulas para evadir esa responsabilidad es decir que no tuvo más remedio que hacerlo para salvar la vida ante la ocupación nazi. Ha pasado suficiente tiempo y ha hecho cosas suficientemente graves como para que no se le juzgue por aquello. Pero, como han pedido en Hungría y en Polonia, es posible que le terminen juzgando en algún otro país, por otros crímenes mucho más recientes.
A fin de cuentas, Soros es un especulador y muchas veces funciona a corto y controla la economía de los países. Y le da igual -y lo reconoce en sus libros y entrevistas- si un país se hunde, si eso significa que millones de personas van al paro o entran en la pobreza más extrema o dejan de comer.
Se llevó la mayor parte de su fortuna de los Estados Unidos, donde reside, a paraísos fiscales. Eso lo tiene muy claro. No son seres malvados porque están atestados de maldad intrínseca, son especuladores que lo único que les interesa es su beneficio personal, económico y político para incrementar su poder y su fortuna.
Pero ¿qué más fortuna necesita un señor de 90 años que es multimillonario? Qué gana él con apoyar movimientos revolucionarios? ¿Qué obtine Soros o cualquiera de sus compañeros ‘globalitarios’?
Esta es una característica humana que no es nueva ni sólo de estos magnates. A lo largo de la historia los muy ricos se han puesto de acuerdo, a veces enfrentado, para incrementar su poder, su fortuna, su control sobre las sociedades y para imponer su diseño de la sociedad del momento de acuerdo con sus intereses.
Aunque a la gente normal nos parezca increíble que alguien con mil millones de dólares pueda querer más, cuando se tiene mucho poder y mucho dinero, se quiere más.
Hablábamos de las ‘conspiranoias’ al principio. Volvamos. El libro es abundante en datos detallados sobre cómo se relacionan unas organizaciones con otras mediante, por ejemplo, financiación cruzada. ¿Existe una conexión de Soros con cosas tales como el Club Bilderberg o la masonería?
El Club Bilderberg, como mi amigo Daniel Estulin descifró en su día, es un conjunto de gente muy poderosa que intenta organizar de alguna manera el devenir del mundo o de determinadas zonas del mundo. Es indudable: los poderosos se relacionan entre sí. Todos los grandes poderes se relacionan entre sí. Unos de manera más abierta y otras menos.
El Foro Económico de Davos que está patrocinado, entre otros, por Soros y otros magnates como Bill Gates ha recibido a multitud de empresarios, personajes de la política o de la realeza. Cada año se reúnen en Suiza precisamente para hacer una agenda que intentan implementar de manera común y coordinada.
Este proceso va a continuar y se está acelerando, aprovechando precisamente la pandemia. Uno de los de los méritos del libro, si es que tiene alguno, es precisamente descubrir que todos ellos, no solamente tienen una agenda común, sino que además se relacionan con esa agenda y se financian unos a otros directamente. Una financiación cruzada en una malla que da una idea de que se están moviendo solamente en lo que sería la agitación política y la organización política y social decenas de miles de millones de dólares cada año.
¿Existe alguien que suponga una amenaza concreta para Soros y sus aliados? ¿Los han señalado? ¿Sabemos quiénes son? ¿Pueden hacer algo?
En este sentido, hay que volver rápidamente a la realidad y hacer una llamada a la esperanza. Ellos son muy poderosos, pero no son omnipotentes. De hecho, han acumulado muchos fracasos. Su principal enemigo es la población mundial. Todas aquellas personas que han empezado a darse cuenta de lo que está sucediendo y que están decididos a resistir. Todo el que no quiere aceptar su vida como un borrego, dependiendo del camino que le marquen los poderosos.
Están empezando a tener fuerzas políticas que los representan. Algunas de ellas ya han tomado el poder en sus respectivos países y claramente están enfrentados al diseño de Soros y sus amigos.
Si no tienes ni Dios, ni patria, ni familia, ni sabes quién eres, eres alguien al que se puede manejar muy fácilmente
El ejemplo más llamativo es Hungría, el país de origen de George Soros, con Viktor Orban y su partido, Fidezs. Hasta el extremo de que si aparece por Hungría probablemente le detengan y juzguen como criminal y especulador que ha atentado contra los intereses del pueblo húngaro.
También los países bálticos, Polonia, algunos otros como Madagascar, algunos estados de la India, Malasia tienen claro que Soros y sus amigos no son beneficiosos para sus poblaciones y para su desarrollo ni su futuro.
Esta alianza es especialmente agresiva con las organizaciones religiosas, con la Iglesia Católica en primer lugar. ¿Por qué?
Lo que pretenden es enfrentarse a un enemigo cada vez más desorganizado y por eso intentan destruir todo aquello que nos haga más fuertes como individuos o como sociedad. Si no tienes ni Dios, ni patria, ni familia, ni sabes quién eres, eres alguien al que se puede manejar muy fácilmente y además no tienes fuerza suficiente para enfrentarte a nada, ni siquiera a tu propia vida.
Enfrentarnos a los problemas y resolverlos nos hace humanos y eso se nos facilita cuando sabemos que tenemos detrás una identidad personal, una identidad familiar, una identidad nacional y además una identidad de valores, religiosa o no. Las religiones han sido el principal origen de las escalas de valores. Por eso han intentado penetrar en las confesiones religiosas y en algunas lo han conseguido bastante. Algunas de las organizaciones que participan de toda esta maraña de objetivos negros para la humanidad tienen unas raíces o las tuvieron religiosas muy vinculadas a determinadas confesiones.
En un momento en el que está en cuestión la propia esencia de nuestras sociedades, la familia, la libertad religiosa, la libertad de los individuos, constreñidos por cada vez más estados de alarma que nos acercan peligrosamente a una dictadura, me llama mucho la atención el silencio de las autoridades religiosas católicas en Centroeuropa o en Iberoamérica.
Creo que no es el momento de estar callados. Es el momento de levantarse, de hacer oír su voz y decir basta ya a este rodillo abrumador de nuestras libertades, de nuestros derechos para construir una sociedad que no es beneficiosa para casi nadie, excepto para los que se están haciendo ricos con ello.
¿Cual es el talón de Aquiles de este entramado? ¿Lo tiene? ¿Es posible derrotarlo?
Sí. A poco que se rasca, lo que están ofreciendo es una ficción. La realidad está de nuestro lado. La verdad está de nuestro lado. Porque la inmensa mayoría de la población abomina en cuanto se da cuenta de estas falacias.
Los hombres aman a las mujeres. Las mujeres aman a los hombres. En su inmensísima mayoría. Ambos quieren formar familias y quieren que sus familias progresen, que sus hijos tengan una vida mejor y más libre, más solidaria. Quieren tener un futuro como nación y todo eso se da de bruces con el diseño de esta gente.
Estoy convencido de que vamos a triunfar, de que vamos a ganarles.
Hay un ejemplo clarísimo. El alineamiento de los dirigentes de la izquierda con los grandes potentados, con los multimillonarios, da como consecuencia que una gran parte de su base social se pregunta qué está pasando. Eso explica, por ejemplo, el desplome electoral y político de Podemos y todas sus confluencias y el ascenso de fuerzas en toda Europa y en todo el mundo que se oponen abiertamente al diseño de Soros y de sus amigos.
Por eso están acelerando muchísimo su agenda, porque quieren aprovechar este estado de alarma, con la gente metida en su casa asustada, para imponernos una auténtica tiranía, para desvirtuar y eliminar nuestras libertades y derechos. Pero cuanta más gente se de cuenta de esta opresión, más rápido y más fuerte surge la resistencia. Y eso es lo que está pasando.
¿Qué golpes han encajado?
Han tenido muchísimos fracasos. No lograron acabar con el Brexit, perdieron la votación del Plan de Paz de Colombia y , por supuesto, Hillary Clinton no fue la primera presidenta de los Estados Unidos. Aun tienen muchas batallas que hay que hacer que pierda. Está nuestra vida en ello.