
14 muertos y más de 130 heridos. Barcelona y Tarragona acaban de sufrir un golpe sangriento a manos de radicales islámicos. ¿Y qué hace Ada Colau? La alcaldesa de Barcelona gasta 100.000 euros de dinero público en un «observatorio contra la islamofobia», con el fin de prevenir insultos, agresiones y ataques a los musulmanes.
Colau, que hizo oídos sordos a las recomendaciones de la Polcía Nacional sobre la necesidad de instalar bolardos en zonas concurridas de la ciudad condal, se gasta 100.000 euros en un observatorio «contra la islamofobia».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEs curiosa la preocupación de Colau en que se respeten los derechos de los musulmanes, ya que no hace lo mismo con creyentes de otras religiones. Por ejemplo, con los cristianos. Por este motivo CitizenGo.org ha lanzado una alerta en la que pide a la alcaldesa de Barcelona que ponga en marcha también un observatorio para prevenir la cristianofobia.
«Le pido que haga lo mismo con el resto de confesiones religiosas en España. Le recuerdo que la principal confesión religiosa en España es la cristiana. Y le recuerdo también que usted y su partido llevan varios años insultando y agrediendo a los cristianos», pide esta petición ciudadana.
El Padrenuestro blasfemo
Asimismo, en esta petición «se exige» a Colau que pida perdón por «los insultos y las agresiones que ha dirigido durante todos estos años contra los cristianos».
Y es que, a pesar de la grave amenaza del terrorismo islámico, la máxima preocupación de la alcaldesa de Barcelona es que el terrorismo islamista no arruine su modelo de interculturalidad.
Para lograrlo, la misma que no ha dejado de insultar y promover la humillación de los cristianos cada vez que ha tenido ocasión, está dispuesta a castigar los insultos a los musulmanes con multas.
Es cuanto menos irónico que el celo de Colau en proteger a los musulmanes de los insultos provenga de un equipo de gobierno promotor, entre otras muchas cosas, de El Padrenuestro blasfemo. Tampoco hay que olvidar el intento de expropiación de la iglesia de Santa María de Gracia o los carteles en las marquesinas de Barcelona con la frase «la iglesia que más ilumina es la que arde».