«¡Marica!… ¡CERDAS, fuera de aquí, hijaputas!»… Y luego un golpe seco en la cabeza, por la espalda, con un tablón, que me derribó.
Segundos antes nos habían rodeado seis o siete jóvenes ya talluditos, vestidos de negro, con alguna camiseta de los ultras del Cádiz C.F., las “Brigadas Amarillas”, conocidas por su radicalismo, agresividad y militancia de ultra-izquierda (una de sus enseñas es el Ché Guevara).
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDespués vinieron los insultos: cerdas, marica, homófobos, hijas de puta, nazis, fuera de aquí, fascistas… No hicimos caso. Empezamos a andar para salir de allí y de su “cerco”. Todo mi deseo machista y heteropatriarcal era alejar de allí a las cuatro compañeras que estaban allí, y que casualmente eran todas mujeres en ese momento.
Pero cuando habíamos comenzado a andar y cometimos el error de darles la espalda… esa sombra por detrás, ese acto reflejo de poner la mano y encogerme, que quizás me libró de algo mucho peor… y ese golpe seco que me dejó inmóvil, atónito, humillado por un déspota intolerante.
Alicia Rubio -lo lleva en la sangre- se revolvió hacia él para afearle su conducta y llamarle cobarde. El agresor salió corriendo como si en vez de tratarse de una mujer, hubiera visto delante de sí al séptimo de caballería. O mejor, a los madrileños del Dos de Mayo que tanto admira Alicia…
Fuimos reconocidos por alguien que estaba en el bar y que avisó a los radicales. Unos minutos después se presentaron en la puerta, empezaron a insultarnos y ejecutaron la agresión
Ese ¡ese! es el modus operandi de los ultras de la izquierda de Kichi en Cádiz. Y eso es lo que yo viví en primera persona hace dos años.
Recordemos: el día de los hechos yo me encontraba junto al equipo de HazteOir.org (Teresa García-Noblejas, jefa de prensa, Tamara García Yuste, periodista, y Miguel Vidal, también periodista, pero que en ese momento no estaba en el lugar de los hechos). Y también junto a Alicia Rubio Calle -amiga, valiente como nadie, trabajadora, una auténtica líder anti-género, escritora, y además hoy diputada por Vox en la Asamblea de Madrid-. Ella se disponía a dar una rueda de prensa en la Plaza de España de la capital gaditana y, por la tarde, participar, junto a Teresa y a Francisco José Contreras, en uno de los ‘Encuentros Familia-Vida-Libertad’ que solemos organizar.
Estábamos en un bar cercano, donde apurábamos unos cafés. Desvelo aquí, en honor a la verdad y para deleite de sus incondicionales, que Alicia pidió ya una cerveza, aún siendo las 11:30 de la mañana y a pesar de que le advertí que no había pasado la hora del Ángelus… Pero nada, me contestó que para ella sí, “porque había madrugado muchísimo para viajar desde Madrid hasta Cádiz…”. Y es que, como todos saben, Alicia Rubio es de ideas bien cimentadas.
El caso es que fuimos reconocidos por alguien que estaba en el bar y que avisó a los radicales. Unos minutos después se presentaron en la puerta, empezaron a insultarnos y ejecutaron la agresión.
Pero estos salvajes no actuaron así sin más porque se despertaron esa mañana con ganas de pasear por Cádiz a ver si se encontraban a alguien de HazteOir.org para darle con una pizarra en la cabeza. No. Pocos días antes, el alcalde de Cádiz José María González, Kichi, había calentado el ambiente en las redes sociales, mediante un tuiteo en el que animaba a que no tuviera cabida ese acto en Cádiz.
Nunca he contado públicamente estos detalles. Para qué. Estaba clarísimo. Y lo único que me importaba era que nuestro mensaje llegara a la gente. Que se hicieran los actos programados. Y que los ciudadanos tomaran conciencia del engaño a que estábamos siendo sometidos por parte de una “élite” homosexualista -los comunistas de hoy-, un lobby LGTB que no deja colegio sin adoctrinar…
Pero hoy vuelvo a ese 3 de mayo de 2018. Porque quieren dar carpetazo al procedimiento judicial y archivarlo. Quieren que una agresión así, a uno que no piensa como ellos, como esa “élite” correcta políticamente hablando, les salga gratis…
Por eso lo cuento de nuevo. Porque cuanto más se sepa y se difunda, más difícil les resultará a estos violentos salirse con la suya, volver a acosar y a agredir…
Lo cierto es que ya se debería haber celebrado en el Juzgado nº 2 de Cádiz el juicio por estas agresiones sufridas por el equipo de HazteOir.org en 2018. Sorprendentemente, a día de hoy, han desaparecido pruebas de la Instrucción, según hemos podido saber. Concretamente un CD con fotos de los hechos y una declaración del acusado ante la Policía Nacional.
Pero lo más sorprendente es que tampoco hallan en su domicilio al principal denunciado. ¡Toma ya! ¿Te lo puedes creer?
Efectivamente: no se encuentra al ‘presunto’ agresor, R.G.M., a pesar de ser conocido miembro de Las Brigadas Amarillas –como él mismo declaró a la Policía-. El sujeto está en “paradero desconocido”. Pues bien, los encargados de buscarlo han sido miembros de la Policía Local de Cádiz, que aunque ahora esté enfrentada al alcalde, depende de él.
No se trata de una simple agresión, a mi parecer, sino que es el derecho a la libertad de expresión lo que está en juego
Y he aquí también que precisamente, es José María González Kichi quien aparece en la Instrucción del caso, por haber publicado en las redes sociales su “veto”, que se le impidiera a HazteOir.org hablar en Cádiz. ¡Qué casualidad!
Los mismos abogados de la acusación han dicho que “es sorprendente que den al acusado como paradero desconocido sin buscarle siquiera, siendo persona conocida por la Policía Nacional, y que envíen por él a la Policía Local dependiente de Kichi, que por supuesto no lo encuentra, en vez de enviar a la Nacional, que lo tiene fichado”.
¿Quieren archivar la causa? Tiene toda la pinta.
Todas estas irregularidades me hacen pensar que algo huele mal en este proceso, pues no se trata de una simple agresión, a mi parecer, sino que es el derecho a la libertad de expresión lo que está en juego, libertad de padres y de ciudadanos para no ser adoctrinados. Para decir lo que pensamos según nuestra propia moral, religión o ideología. Me parece que lo que sucedió ese día es un delito de odio como la copa de un pino, hacia el que disiente del pensamiento único, como ya han recogido muchas sentencias. Es una agresión hacia todos nosotros.
Nuestra nueva plataforma, AcTÚa FAMILIA, va a apoyar a todos los agredidos de ese día en la capital gaditana, puesto que se trata de un juicio a los totalitarios del lobby LGTBI en la persona del agresor, y a la izquierda radical neocomunista, que fue animada por José Mª González, Kichi, el pro-chavista alcalde de Cádiz. Un juicio a esos que no dejan expresarse, que quieren coartar la libertad de los demás, que insultan a mujeres y quieren denigrar a hombres, con expresiones como «marica» y «cerda, fuera de Cádiz», como oímos ese día.
Realmente no tenemos miedo alguno ante este tipo de acosos o agresiones. En acTÚa FAMILIA , lo mismo que en Hazteoir.org y en todas las asociaciones cívicas pro-familia, continuaremos dando la batalla cultural pacífica. Vamos a seguir trabajando junto a la Plataforma Pin Parental de España, de reciente creación, y de la que hemos sido promotores.
Nada nos va a parar. Mucho menos una mano cobarde, por la espalda, y que ahora no da la cara. La mano alargada de los totalitarios que se creen dueños de una ciudad trimilenaria y cuna de la libertad. Y también de este país llamado España.