¡Hola, hola, hola!
¡Cuánto tiempo!
Echaba de menos escribirte, te lo aseguro, pero ya está, terminó el mes de ausencia, vuelve el Brief de cada domingo.
¡Muchísimas gracias por volver a abrir este correo electrónico, después de tanto tiempo!
Te debo una explicación. ¿Recuerdas el libro “Proyecto Zapatero”? Dedicamos muchos días, muchas horas, a investigar lo que había tras el buenismo que vendía ZP y conseguimos desvelar lo que el humo trataba de ocultar. Quizá por eso todavía seguimos recibiendo peticiones de aquel libro.
Pero han pasado justo 10 años desde que apareció aquel estudio. Y en España han cambiado muchas cosas (algunas a muchísimo peor). Así que hemos dedicado los últimos meses a investigar por dónde vamos y adónde nos quieren conducir.
Diciembre y enero ocuparon la recta final de esta investigación, y de ahí la ausencia del Brief de Actuall durante estas semanas. Las necesitábamos para concentrarnos y hacer el último esfuerzo. El resultado estará a tu disposición en breve (te seguiré informando).
Hoy me siento tetera
Es el acontecimiento que mejor representa a la izquierda que nos gobierna; enfrenta a los socialistas entre sí; enfrenta a los dos partidos que forman el Gobierno; enfrenta a unas feministas contra otras; divide a la sociedad en malos (los que llama “transfóbicos”) y buenos (los “progresistas”); convierte un asunto que concierne a unas pocas personas en un asunto de Estado más priopritario que una pandemia que ha causado ya cerca de cien mil muertes.
Se llama “ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans”.
Las organizaciones LGTB dicen que hay muchísimas personas trans. Millones. Un 3 por ciento, de la población, un 5, un 10 por ciento, según sea la osadía de quien te responda a la pregunta. Y por eso reclaman con urgencia una ley.
Las estadísticas ajenas al lobby gay señalan apenas un 0,5 por ciento de personas trans en la más exagerada de las apreciaciones.
Como este asunto se puede convertir en arma a emplear contra el que tienes enfrente, nuestro Gobierno anda enzarzado en la elaboración del artefacto legal para atizar a los transfóbicos. Artículo 5.1 de la ley trans:
Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género libremente manifestada, sin la necesidad de prueba psicológica o médica. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans).
Si te sientes tetera, o gato, como ya se ha dado el caso, la ley dice que tienes derecho a que te traten como tal:
Toda persona tiene derecho a ser tratada de conformidad a su identidad de género en todos los ámbitos públicos y privados. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans)
Vale, de acuerdo, la ley no se refiere a las teteras, pero sí a las personas. Si por el motivo que sea, mañana por la mañana tu vecino decide sentirse como la presentadora del telediario, puede darse una vuelta por el registro civil y allí le cambiarán el nombre y pasará a convertirse legalmente en mujer.
Parece una idiotez. Lo es. Pero es una idiotez que hace daño a muchas personas. Y para empezar, a los más jóvenes:
Artículo 9. Toda persona de nacionalidad española, mayor de dieciséis años y con capacidad suficiente, podrá solicitar por sí misma la rectificación de la mención registral del sexo.
Artículo 6. Los poderes públicos adoptarán las medidas necesarias para garantizar a las personas trans menores el libre desarrollo de la personalidad.
Se considerará que la negativa a respetar la identidad de género de una persona menor de dieciocho años por parte de su entorno familiar perjudica el desarrollo personal del menor. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans).
La ley trans permitirá que cualquier chiquillo de 16 años pueda cambiar de sexo en España. Para ello no se requerirá la autorización de sus padres. Ni que un médico determine que padece un trastorno real del desarrollo sexual. No se le pedirá un diagnóstico médico de incongruencia de género, que está reconocido por la Organización Mundial de la Salud. No se requerirá tampoco la intervención de un psicólogo o un psiquiatra. Bastará que el crío diga que quiere y nadie podrá oponerse:
Artículo 26. Ninguna persona podrá ser obligada a someterse a tratamiento, procedimiento médico o examen psicológico que coarte su libertad de autodefinición de la identidad de género.
La existencia de un diagnóstico de enfermedades psiquiátricas previas no obsta a la validez del consentimiento expresado para la llevar a cabo el proceso de transición de género, si el mismo ha sido libremente formulado. (Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans).
Además ese muchacho o muchacha de 16 años recibirá un trato especial que consiste en facilitarle, primero, el acceso a un aluvión de hormonas que deshará su salud, y luego el quirófano, donde le mutilarán.
Todo ello es irreversible.
Irreversible por partida doble, porque nada puede enmendar el daño hormonal y quirúrgico causado y porque la ley prohíbe cualquier intento de cambiar de opinión:
Artículo 26. 2. Se prohíbe el uso de terapias aversivas y de cualquier otro procedimiento que suponga un intento de conversión, anulación o supresión de la identidad de género, o que estén basados en la suposición de que cualquier identidad de género es consecuencia de enfermedad o trastorno.
Frente a esa condena de por vida, la ley ignora que más del 90 por ciento de chiquillos que dicen querer cambiar de sexo terminan cambiando de opinión al poco tiempo. Aunque eso no sea posible para aquellos a los que se aplique semejante legislación castradora.
Puedes conocer las historias de las personas transexuales que se arrepintieron de su decisión en La web que narra historias de transexuales arrepentidos.
Médicos y especialistas de Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Australia, Canadá, Irlanda y Noruega han puesto en marcha la Sociedad por una Medicina de Género basada en Pruebas:
Reclaman a sus colegas médicos e investigadores «que detengan esta experimentación descontrolada en jóvenes y la reemplacen por un marco de investigación que genere pruebas útiles sobre la etiología [estudio de las causas de las cosas] de sus afecciones y los factores psicosociales que contribuyen a la disforia de género». (Médicos de todo el mundo, contra la «experimentación descontrolada» en menores que dicen ser transexuales).
Durante las próximas semanas, en España se va a librar una dura batalla alrededor de esta barbaridad jurídica. Si puedes, echa una mano:
Comentarios
Comentarios