La policía francesa mantiene el nivel de alerta por la amenaza del terrorismo islamista

8.250 personas se han radicalizado en Francia desde finales de enero de este año. Una cifra que duplica a los 4.015 de marzo de 2015. Y es que el número de individuos que deciden unirse a la yihad está aumentado de una manera vertiginosa en este país en los últimos meses.

Así lo recoge el informe realizado por el Ministerio del Interior francés y publicado por el diario Le Figaro el pasado mes de febrero. El inicio de esa radicalización islamista brota en el 95% de los casos en un “contacto humano”, es decir, conocer de cerca a una persona que ya esté sirviendo a la causa, según advierte la Unidad de Coordinación de la Lucha Antiterrorista.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Sin embargo, no todas estas nuevas personas radicalizadas tienen que viajar a Siria o Irak para formar parte del Estado Islámico, sino que muchas de ellas se infiltran en sectores como la Policía o las Fuerzas Armadas.

De hecho, el Departamento de Seguridad Pública en Francia se ha cerciorado de al menos 17 casos de agentes de Policía radicalizados entre 2012 y 2015, según la información recogida en el estudio del Instituto Gatestone. Este informe parte de una nota interna de este Departamento de la que se hizo eco el diario Le Parisien.

En este documento, se detalla que los policías escuchaban y reproducían cantos musulmanes mientras estaban de guardia, que se negaban a vigilar y proteger las mezquitas e incluso se negaban a llevar a cabo un minuto de silencio cuando los islamistas perpetraban algún atentado.

Para acabar con estos casos “excepcionales”, la Policía en Francia llevará a cabo una revisión semanal de cualquier conducta extraña que haga sospechar que un agente musulmán pueda estar radicalizándose.

Por otro lado, el Ejército también se ha visto afectado por el islamismo radical. En 2013, el coronel Pascal Rolez aseguró en el quinto debate parlamentario sobre seguridad nacional que «estamos observando un aumento de la radicalización en el Ejército francés, en especial desde el caso Merah».

Merah, el joven al que se refiere el coronel Pascal, era un francés musulmán que en el año 2012 asesinó a tres soldados franceses en Toulouse y Montauban y más tarde a cuatro franceses judíos en una escuela de Toulouse.

En este sentido, y para garantizar que no haya efectivos de las Fuerzas Armadas susceptibles de unirse a la yihad, la Dirección de Protección y Seguridad de la Defensa da mayor importancia a los cambios de estos en la vestimenta, las bajas por enfermedad reiteradas y los viajes realizados o a la sustracción de material militar.

La emisora de radio RFI aseveró en enero de 2015 de que un total de 10 soldados franceses habían viajado a Siria e Irak para alistarse en las filas del IS. Ese mismo mes, las Fuerzas de Seguridad informaron de que una gendarme auxiliar de 35 años, Emmanuelle Cse había convertido al Islam cuatro años antes y que mantenía una relación con Amar Ramdani, en busca y captura por posesión de armas y tráfico de drogas.

Seis meses después, el 16 de julio de 2015, el presidente francés François Hollande anunció que se había frustrado un atentado contra una base militar francesa. Días antes, cuatro hombres entre los que se encontraba un veterano marine fueron detenidos.

En sus declaraciones, los cuatro detenidos admitieron que iban a infiltrar a una persona en una una base naval en el sur de Francia. El objetivo era secuestrar a un oficial de alto rango, decapitarlo y difundir las imágenes del asesinato.

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