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El gobierno traiciona a los vacunados: «se la pusieron voluntariamente»

Manifestación de ciudadanos contra la 'vacuna' del Covid.

Manifestación de ciudadanos contra la 'vacuna' del Covid.

Hemos tenido noticia en The Objective de esta respuesta del Gobierno a un joven sano que se “vacunó” en 2021, con 23 años, y que quedó muy gravemente afectado del corazón desde las pocas horas después de recibir la “vacuna”. 

Miocarditis, pericarditis, síndrome de Guillaín Barré, muerte, meningitis, encefalomielitis, mielitis trasversa, enfermedades autoinmunes, etc. son algunos de los graves defectos que provoca esa “vacuna” en personas sanas.

Graves efectos adversos reconocidos, desde los primeros ensayos por las farmacéuticas, y que habían sido también publicados en octubre del 2020 por la FDA; y también, poco a poco, reconocidos después en todas las fichas técnicas de todas las “vacunas” del Covid, tras la inoculación masiva y mundial a toda la población.

Sin embargo el Gobierno español gastó con dinero de todos los españoles muchos millones de euros, primero en subvenciones a los medios, y luego con publicidad en todas las televisiones y todos los medios de comunicación, para anunciar un producto que el Gobierno sabía que provocaba graves efectos adversos en niños, jóvenes y mayores. El mismo Gobierno también decidió gastarse el dinero de todos los españoles, por millones de euros, en comprar unos productos (llamados “vacunas”) antes de ser aprobados, ni tan siquiera por la vía de emergencia, e incentivó por todos los medios, las 24 horas al día, esta inoculación lesiva en toda la población. ¿Y dice ahora que no se quiere hacer responsable de los graves daños ocasionados en los afectados de la “vacuna” del Covid? Sí, así lo ha expresado:

«El ciudadano que recibe voluntariamente una asistencia sanitaria debe asumir los efectos adversos derivados de la misma si prestó su consentimiento informado (…). Dado que la posibilidad de que se produjese el daño del que deriva la reclamación había sido divulgada por la AEMPS (Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios) cuando se le administró la vacuna y que dicha vacuna fue recibida voluntariamente, el daño aducido no puede ser considerado antijurídico y, en consecuencia, no puede imputarse responsabilidad patrimonial a las administraciones públicas a raíz de esta reclamación».

Recordémosle bien al Gobierno que se “vacunó” sin receta médica, sin que ningún médico se hiciera responsable, sin mirar historias clínicas, y sin consentimiento informado; sin dar al receptor del “experimento” ninguna información por escrito para que pudiera estar bien informado de eso que dice el Gobierno que ya había publicado la AEMPS. No se dió a ningún receptor de la “vacuna” a leer ningún prospecto, ninguna ficha técnica, ningún documento de la AEMPS. ¡No se cumplió con el requisito de recertarlo!

Sólo se “vacunó” por prescripción televisiva y mediática de famosos y “periodistas” de todos los medios de manipulación de masas que recibieron subvenciones del Gobierno y dinero público para publicitar una “vacuna”. “Periodistas” que no cumplieron ni mínimamente con la ética profesional, que no admitieron en sus medios ningún debate de ciencia, ni admitieron ninguna voz disidente a la versión oficial, y había voces de categoría de Premio Nobel, como Luc Montagnier, que estaban advirtiendo de los daños que iba a causar; “periodistas” cuyo lema preferido era: “Vacúnate, idiota”.

Mientras tanto, los Gobiernos del “vacunar, vacunar, vacunar”, dispensaban citas para “vacunar” por personal meramente administrativo, a diestro y siniestro, con persecución en el propio móvil; y nunca esas personas, nunca, mencionaron (porque tampoco les habían informado a ellas) que esa “vacuna” podía causar graves enfermedades y hasta matar. ¡El Gobierno sí lo sabía! 

Nadie del Gobierno (ni de los gobiernos atonómicos) del “vacunar, vacunar y vacunar” mencionó nunca ningún documento de objeción a la “vacuna” de la misma Agencia Española del Medicamento (AEMPS). ¡Se ocultó! Se engañó a la ciudadanía con una publicidad gubernamental y mediática, engañosa, sin parangón, cuyo lema era y es: “Es seguro vacunarse”. Sí, lo dijo hasta Belén Esteban, actores y actrices, “periodistas”, algunos de ellos ahora gravemente enfermos también, tras los pinchazos.

Por descontado que toda vacuna debe ser recetada, eso también lo indica la AEMPS, porque todas ellas tienen registrados en prospectos y fichas técnicas los graves efectos adversos que ocasionan (ninguna vacuna es segura). ¡Cuánto menos lo será algo que no es vacuna!, que es una tecnología novedosa, nunca antes utilizada en la población en general, con componentes nunca antes utilizados en humanos, que no ha cumplido ni mínimamente ningún plazo de tiempo requerido.

Plazos de tiempo, de obligación para otros medicamentos, pero no para estas mal llamadas “vacunas” del Covid. ¡Tenían vía libre para saltarse todas las leyes y normas! A la propia AEMPS se le olvidó también lo que dicen sus propios documentos al respecto: “El periodo de tiempo requerido en las etapas de investigación básica y preclínica es de unos seis años”. ¡Y aún así las autorizó!

Según la misma Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios en su publicación ‘Como se regulan los Medicamentos y Productos Sanitarios en España’. Segunda edición en 2014:
Para que un medicamento sea autorizado tiene que pasar por varias etapas de investigación (…). El descubrimiento de un nuevo medicamento implica procesos como la identificación de candidatos, su síntesis, caracterización, rastreo y pruebas de eficacia terapéutica. A pesar de los avances en tecnología y en conocimiento de los sistemas biológicos se trata de un proceso largo y con una tasa de éxito muy baja. De forma aproximada, se estima que por cada 10.000 moléculas en la etapa de investigación básica sólo 250 entrarán en la siguiente etapa de investigación preclínica. (…)

En su conjunto el periodo de tiempo requerido en las etapas de investigación básica y preclínica es de unos 6 años.

No habían pasado ningún periodo mínimo de estudio ni de investigación, requerido en España, y sin embargo la presidente de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, María Jesús Lamas Díaz, se atrevió a decir (en 2020, en comparecencia pública junto a Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias) sin rubor alguno que “la idea de la estrategia es hacer compras anticipadas mientras se están desarrollando los ensayos clínicos”. ¡Se hicieron compras anticipadas sin haber pasado todavía las fases preceptivas!

Las empresas fabricantes de las “vacunas” del Covid se habían eximido previamente de cualquier daño que sabían que causarían sus “vacunas”. Se dieron más prisa en eximirse de cualquier responsabilidad por los graves efectos adversos que de testarlas, todavía siguen sin testar. Ejecutiva de Pfizer: “No testamos la vacuna contra la Covid”.

La pregunta, de Rob Roos, miembro del Parlamento Europeo, fue la siguiente: «¿Se testó la vacuna Pfizer contra el contagio y transmisión del Covid antes de que entrara en el mercado? Si la respuesta es no, por favor dígalo claramente. Si es sí, ¿está dispuesta a compartir los datos con el comité? Quiero una respuesta directa, es lo que estoy buscando. Muchas gracias».La respuesta de la representante de Pfizer, la directora J. Small, dejó a todo el mundo de piedra: «Respecto a la cuestión de si sabíamos si nuestra vacuna contra la transmisión del Covid era efectiva antes de que entrara al mercado, no, no lo sabíamos. Teníamos que movernos a la velocidad de la ciencia para entender lo que estaba ocurriendo en el mercado de las vacunas».
(¡Vaya! Fernando Simón quedó de repente y una vez más de ¡mentiroso!.

La presidente de la Agencia Española del Medicamento, ¡sabiendo que causaban miocarditis y pericarditis!, aún así las quiso comprar anticipadamente. El Gobierno, sabiendo que causaban muertes, miocarditis, pericarditis, etc. no informó de los graves daños que sabía que iban a ocasionar a toda la población, y se dedicó a elaborar una estrategia de vacunación para “vacunar” del Covid a todos en España, ¡hasta a los bebés!

Y, ¡ahora resulta que, el responsable es la víctima que hizo caso al Gobierno y se vacunó!

Y ¿quién es responsable de mantener en el mercado y de seguir recomendando desde el Gobierno y desde muchos colegios de médicos y asociaciones profesionales, con graves conflictos de interés reconocidos con las farmaceúticas, una “vacuna” que sabemos todos que mata a los sanos y que enferma de gravedad?

La inoculación del Covid ha matado y sigue matando, ha generado miocarditis y las sigue generando, lleva componentes reconocidos que son tóxicos y que sirven también para hibridar al ser humano.

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