El Papa Francisco ha transmitido al embajador de España su preocupación por la situación que se vive en nuestra nación a raíz de la rebelión independentista organizada desde la Generalitat y ha recordado que la Santa Sede no apoya procesos de independencia no relacionados con causas de descolonización.
Según detalla la revista Vida Nueva, el Papa Francisco reiteró a Gerardo Bugallo, en su presentación de credenciales, que la Iglesia Católica «rechaza toda actitud que no esté basada en el respeto a la legalidad constituida», en clara referencia a la Constitución, fundamentada en la indisoluble unidad de la nación española.
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Suscríbete ahoraLas palabras del Papa están en línea con las que el Rey Felipe VI dirigió a todos los españoles en la noche del pasado martes, que recordaban con dureza a los golpistas que «han fracturado a la sociedad y están fuera de la legalidad».
Clero e independencia
La relación del nacionalismo con una parte de la Iglesia católica en Cataluña ha jugado un papel fundamental a lo largo de las últimas décadas. En los últimos años, no han sido pocas las tomas de postura a favor de las tesis rupturistas.
El culmen de la escalada clerical-nacionalista fueron las imágenes del recuento de papeletas a los pies del altar de una parroquia
El culmen de esta escalada clerical-nacionalista ha quedado reflejado con nitidez en la carta de 400 sacerdotes apoyando la rebelión, la imagen del obispo de Solsona, Xavier Novell votando contra las disposiciones judiciales y con las imágenes del recuento de papeletas a los pies del altar de una parroquia, mientras el sacerdote, con alba y estola, dirigía el canto del virolai.
Tal es así, que la vicepresidenta del Gobierno elevó queja al secretario de Estado Pietro Parolin y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reunió con los cardenales de Madrid y Barcelona, Carlos Osoro y Juan José Omella, de quienes se presume que son los «hombres del Papa Francisco en España».
Por otro lado, el arzobispado de Madrid ha negado en una nota que, como anunció el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el cardenal Osoro se haya comprometido a mediar entre el Gobierno de la nación y los líderes rebeldes del golpe de estado.
Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI han condenado el nacionalismo exacerbado y excluyente
El posicionamiento del Papa Francisco está en línea con los últimos pontífices que han sido muy claros al condenar el nacionalismo exacerbado y exluyente.
Desde Pablo VI al decir en un mensaje para la Jornada Mundial de la Paz (1976) que el nacionalismo acentúa «formas de gobierno colectivo y de antagonismo exlusivista».
Juan Pablo II que advierte en el libro Memoria e identidad: “se debe evitar absolutamente un peligro: que la función insustituible de la nación degenere en nacionalismo”.
O su sucesor, el Papa Ratzinger, que avisaba del peligro de convertir la nación en un ídolo por encima de la persona, al que se rinde culto (idolatría).
Los propios obispos españoles ya se pronunciaron en 2002, en la Instrucción Pastoral Valoración moral del terrorismo en España, al subrayar:
“Cuando las condiciones señaladas no se respetan [orden legal vigente], el nacionalismo degenera en una ideología y un proyecto político excluyente, incapaz de reconocer y proteger los derechos de los ciudadanos, tentado de las aspiraciones totalitarias que afectan a cualquier opción política que absolutiza sus propios objetivos”.
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