Podremos estar de acuerdo o no con los postulados de Podemos –que no lo estamos-, pero hay que reconocer que Pablo Iglesias tiene muy claro lo que quiere y que va a por todas.
Como analiza Alfonso Basallo, director de Actuall, Iglesias es el único que, tras ver al Rey, habló como un hombre de Estado, con un discurso demagógico sí, pero hábil, contundente, claro, amenazante para la derecha y humillante para el PSOE. A diferencia de los erráticos Sánchez y Rajoy, que se vio obligado ayer a hacer un repliegue táctico al no tener suficiente apoyos.
Está por ver si, finalmente, se produce ese Frente Popular, con Iglesias como vicepresidente. Sería terrible para España, porque entre otras cosas, abriría aún más la espita secesionista.
El problema es que Podemos, como el matrimonio gay –que dice Obama- ha llegado para quedarse, y que quizá sea demasiado tarde para plantear su ilegalización. Aunque motivos para investigar no faltan: como esas conexiones con ETA, de las que el vídeo de Antena 3 es sólo una pista.
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