La Comisión Europea documenta que el 30 de agosto la Agencia Europea del Medicamento (EMA) amplió la ficha técnica de la vacuna de Pfizer para añadir que ha provocado “casos mortales”, (las miocarditis y pericarditis ya habían sido reconocidas mucho tiempo atrás “con mayor frecuencia en varones jóvenes”, según prospecto y ficha técnica de la vacuna). Pero, ni las muertes que provocan ni las graves enfermedades acaecidas importan al Gobierno ni a los colegios de médicos ni asociaciones profesionales varias que por otra parte no se ruborizan en reconocer que reciben dinero de las farmaceúticas y declaran abiertamente tener graves conflictos de interés con ellas.
Ficha técnica de la vacuna Comirnaty, de Pfizer. El 30 de agosto la EMA añadió y reconoció los “casos mortales” que provoca.
Por su parte, la Agencia Española del Medicamento ya reconoció, previamente, en febrero de 2023 a la Asociación Liberum las muertes ocasionadas (que se reconocen) en España tras las inoculaciones del Covid, agrupadas según los lotes de los fármacos.
Los medios de comunicación y el Gobierno, como siempre, callados y ocultando. Todos apoyan y promocionan los pinchazos que saben que son mortales. ¡Saben que mata! y que ¡han provocado incluso la muerte a niños! Niños que estaban completamente sanos y que fallecieron de repente, después de haber sido inoculados. Los niños no necesitaban eso que les mató, todos los sabían, pero el Gobierno, la televisión, la radio, los periódicos, el personal contratado por las comunidades autónomas para llamar a la población, etc. así se lo requirió a sus padres, les metió miedo y se lo pidió “por solidaridad”, “por los demás”, “porque era un acto de amor”.
La semana pasada, los abogados de la Asociación Liberum, interpusieron denuncia en los juzgados por las muertes repentinas de tres niños de 12, 13 y 14 años, fallecidos repentinamente tras haber recibido los pinchazos genéticos experimentales.
Daniel Herce (14 años), Marvellous Ounanefe Johnson Andrews (13) y Juan José Quirós (12), niños que estaban completamente sanos hasta que se inocularon. Fallecidos repentinamente.
El prestigioso cardiólogo estadounidense Dr. Peter McCullough intervino recientemente el pasado 13 de septiembre en la Unión Europea para denunciar que la vacuna del Covid mata, que genera paros cardiácos y múltiples enfermedades. Denunció los protocolos de vacunas de la OMS y sus organizaciones satelitales; pero los medios de comunicación no informan de su denuncia y advertencia. Los Gobiernos lo ocultan para seguir imparables con su plan de vacunación masiva. Ya lo dijo el Ministro Salvador Illa, un 10 de diciembre de 2020, cuando desveló su plan para “vacunar” a toda la población. Y en eso siguen. A toda costa.
La vacuna del Covid mata Es oficial. Pero la campaña de promoción de los inóculos se amplifica en España. No les importa nada. Desde esta semana se anima a los mayores a volver a pincharse (de la gripe y del covid). Las embarazadas siguen estando dentro del experimento mortal. Y los niños, también. La Asociación Española de Pediatría (AEP) lo recomienda con vigor.
“Expertos” de la AEP, con graves conflictos de interés con las farmacéuticas, publicados abiertamente en ‘Anales de Pediatría’ y en los documentos de transparencia de las propias farmacéuticas, son convocados para hablar en los medios de comunicación sin que ninguno mencione ni media sobre su grave conflicto. Esos señores bien pagados recomiendan las vacunas que saben que han matado. El sistema sanitario está corrompido de raíz.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLos medios, acostumbrados a mentir, manipular, tergiversar, dicen ahora que el Covid se incrementa entre los que ya habían sido “revacunados”. Las pruebas PCR (el palito larguísimo hasta el fondo de la nariz), de nuevo en circulación, (lucrando aún más el negocio de la farmafia). No sirven para diagnosticar (lo reconoció el Ministerio de Sanidad español, un 14 de septiembre del 2021, cuando fue requerido por el juez para responder a Biológos por la Verdad, a la Asociación Liberum y a un particular). El Ministerio de Sanidad español admitió que no tiene el virus aislado ni secuenciado ni tiene conocimiento de ningún laboratorio que lo tenga, también añadió que las pruebas PCR no servían para diagnosticar. Si no tienen el virus, ¿cómo y con qué lo van a comparar? Lo renocen sólo cuando se lo pide un juez, claro, para seguir mientiendo un poquito después.
La censura a la verdad sigue imparable entre sus medios de comunicación; subvencionados y adjudicatarios de publicidades vacunales; en las redes sociales, etc. Todos, trabajando para corroborar el cuento que les digan, como hicieron desde el inicio del engaño.
Nos hibridan mientras las muertes y enfermedades por efectos adversos se acrecientan: repentinitis, ataques al corazón, ictus, cánceres fulminantes, enfermedades autoinmunes, etc.. ¡¿Hasta cuándo?!
¿Cuándo despertará la mayoría? ¿Cuándo reconocerán que han sido engañados? ¿Cuándo pagará alguien por el crímen coordinado?
Mientras tanto, sigamos informando.