Christopher Steele, ex agente de inteligencia británica vinculado con el FBI y la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos, es el autor del dossier sobre los presuntos vínculos de la injerencia rusa que terminó salpicando a Facebook, Twitter, Google y hasta Pokémon GO.

Pero al parece Steele no actuaba por cuenta propia, sino que fue contratado por el bufete Fusion GPS, que a su vez estaba al servicio de Marc E. Elias, abogado representante de la campaña de Clinton y el DNC.

Steele armó el famoso dossier con una compilación de reportes que preparó para Fusion GPS. Cuando el FBI inició su propia pesquisa sobre el caso, el agente británico compartió algunos de sus hallazgos con los federales.

El presidente ruso, Vladímir Putin / EFE

Así, tras las elecciones norteamericanas, el FBI comenzó a pagarle para que siguiera con su investigación antes que se hiciera pública su identidad en las noticias.

La investigación comenzó gracias a un republicano desconocido que financió al agente durante la primarias republicanas.

Pero a partir de abril del 2016, Elias y su despacho, Perkins Coie, se quedaron con la misma hasta que en noviembre entraron Clinton y el Comité Nacional Democrático.

En el Congreso de EEUU, los líderes republicanos llevan meses tratando de determinar la identidad del demócrata u organización que pagó por el expediente.

La cantidad de dinero que se han gastado por esta investigación todavía se desconoce, pero sí se sabe que la campaña de Clinton pagó 5,6 millones de dólares a Perkins Coie de junio de 2015 a diciembre de 2016 y que el Comité pagó 3,6 millones de dólares desde noviembre de 2015.