El historiador Ricardo de la Cierva

El historiador Ricardo de la Cierva (Madrid, 9 de noviembre de 1926) ha fallecido este jueves, a la edad de 89 años. El historiador madrileño es una de las principales figuras de la historiografía del siglo XX español. En su haber, más de 60 obras, casi todas sobre la II República, la Guerra Civil, la masonería y el franquismo.

Entre sus obras más destacadas se encuentran «Francisco Franco. Biografía Histórica (1981)»; «Nueva y definitiva historia de la guerra civil (1986)»; «Carrillo miente: 156 documentos contra 103 falsedades (1994)»; y «La Infiltración. La infiltración marxista y masónica en la Iglesia católica del siglo XX (2008)».

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Su faceta como escritor fue reconocida con los premios periodísticos Víctor de la Serna concedido por la Asociación de la Prensa de Madrid y el premio Mariano de Cavia concedido por ABC.

Ricardo de la Cierva también tuvo una etapa política. Fue jefe del Gabinete de Estudios sobre Historia en el Ministerio de Información y Turismo durante el franquismo y en 1973 pasó a ser director general de Cultura Popular y presidente del Instituto Nacional del Libro Español.

Católico, anticomunista y antimasónico

También ostentó cargos durante la democracia, como senador por Murcia en 1977 y consejero del Presidente del Gobierno para asuntos culturales en 1978. Su cargo más destacado fue el de ministro de Cultura en una breve etapa entre el 18 de enero y el 8 de septiembre de 1980 en el Gobierno de Adolfo Suárez.

Su prestigio como historiador está fuera de toda duda, llegó a ser agregado de Historia Contemporánea de España e Iberoamérica, catedrático de Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Alcalá de Henares (hasta 1997).

Como político fue ministro de Cultura en una breve etapa entre el 18 de enero y el 8 de septiembre de 1980 en el Gobierno de Adolfo Suárez

También se adentró en la aventura empresarial creando la Editorial Fénix en 1993.

Nunca escondió sus ideas, de la Cierva se definía como «un claro anticomunista, antimarxista y antimasónico, y desde luego porque soy católico, español y tradicional en el sentido correcto del término». «Siempre he defendido al General Franco, y su régimen y los principios del 18 de julio, pero también era capaz de ver los errores que había dentro y de decírselos al propio Franco».

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