De algunos años al día de hoy, siempre que empieza la segunda quincena de Diciembre, se está tratando de imponer una moda que –si no lo remediamos- acabará convirtiéndose en tradición.
Hasta hace algunos años, era muy común expresa los mejores deseos con una frase significativa: FELIZ NAVIDAD.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn cambio, como al principio dijimos, tan cariñoso deseo se ha sustituido por un frío FELICES FIESTAS.
¿Felices fiestas? ¿De qué fiestas estamos hablando?
¿De las fiestas del Carnaval, de la sardina, del pulpo, del melón, de la tortuga, de la palmera o del camote?
El término vago e impreciso de “felices fiestas” que abarca todo pero que nada expresa lo mismo puede ser dicho en febrero, que en mayo o en septiembre.
Ahora bien, el hecho de que el anodino “felices fiestas” se exprese en Diciembre como que nos va dando ya una pista.
Un “felices fiestas” dicho en Diciembre no nos cabe la menor duda de que hace referencia a las fiestas de Nacimiento de Cristo o sea del Hijo de Dios que se hizo hombre para pagar la gran deuda que nuestros Primeros Padres, representándonos a todos nosotros, habían cometido allá en el Paraíso.
Un acontecimiento grandioso el de la Natividad del Redentor puesto que, a partir de entonces, la historia de la humanidad se partió en dos grandes bloques: Antes de….y Después de…CRISTO NUESTRO SEÑOR.
Un acontecimiento digno de ser festejado por todo lo alto y que ya San Francisco de Asís expresó de manera plástica en el siglo XIII cuando dio vida al Nacimiento.
Sí, el Nacimiento que se coloca en todas las iglesias y hogares católicos y cuyas figuritas nos hacen comprender aquel gran Misterio de Fe mucho mejor que si leyésemos el Evangelio de San Lucas.
Quienes, gracias a Dios, tenemos Fe, expresamos de viva voz y con la frente alta un “Feliz Navidad” que, aparte de expresar deseos de dicha y prosperidad nos recuerda como aquella noche bendita vino al mundo el personaje más importante de todos los tiempos.
Ahora bien, el hecho de que se intente sustituir el “Feliz Navidad” por el frio “felices fiestas” no es algo irrelevante sino que lleva consigo una intención muy definida.
Sí, una intención que encierra un mensaje subliminal por medio del cual se pretende ir desterrando el mensaje cristiano para irlo sustituyendo por rastrera propaganda mercantilista que nos invita a consumir, consumir y consumir.
Toda una embestida contra la Navidad hemos visto de unos años al día de hoy.
Toda una embestida contra la Navidad que empezó quitando los Nacimientos para sustituirlos por el arbolito adornado con esferas.
Con gran tristeza vemos como, en muchos hogares, en vez de encender las cuatro velas de la Corona de Adviento se coloca un árbol con foquitos multicolores que ningún mensaje ofrece.
Asimismo, las antaño populares tarjetas navideñas en que aparecía la Sagrada Familia han sido reemplazadas por frías tarjetas de color blanco en las que aparece el nombre de quien felicita.
En el fondo todo forma parte de una tenaz campaña anticristiana en la cual en lugar de celebrar el Nacimiento de Cristo se aprovecha la temporada decembrina para gastar el dinero a manos llenas cubriendo compromisos o esperando recibir algún favor.
Como conclusión: Alzamos nuestra protesta en contra de un “felices fiestas” que nada significa para reafirmar nuestra total adhesión a una “FELIZ NAVIDAD” que es lo nuestro porque es mucho lo que nos comunica.
Celebremos, pues, estos días navideños que se iniciaron en la Noche Buena y que se prolongan hasta el 6 de Enero con la cabalgata de los Reyes Magos.