Se preguntarán los lectores que tendrá que ver el traslado de los resto de Franco con la «perspectiva de género».
Aparentemente nada, como aparentemente nada tiene que ver con el supuesto «cambio climático», lo que no ha impedido, no obstante, que el Presidente Sánchez manifestado en la Cumbre de Acción Climática organizada en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, que su gobierno impulsará «planes nacionales de lucha contra el cambio climático con perspectiva de género».
Lo que pocos saben es que desde la aprobación de la Ley 30/2003, de 13 de octubre, sobre medidas para incorporar la valoración del impacto de género en las disposiciones normativas que elabore el Gobierno, se hace obligatorio que toda norma legal cuente, antes de su aprobación, con un informe sobre el impacto por razón de género de las medidas que se establezcan en la misma.
Todos los medios de comunicación, y los políticos profesionales, llevan días y días analizando y opinando sobre la exhumación y posterior inhumación de los restos del General Francisco Franco. Y tanto los que están a favor como los que están en contra, citan multitud de argumentos, no obstante lo cual, en esta «sociedad de género» que quiere promocionar los supuestos progresistas, se han olvidado de incluir en su argumentario referencia alguna a la «perspectiva de género».
La izquierda es maestra en defender a cualquier sociópata genocida y defender su figura agarrándose a algo bueno que hiciera en vida y olvidando el horror y el dolor que causó. Así, ensalzarán a Carrillo diciendo que facilitó la transición democrática (olvidando su contribución en el genocidio católico de Paracuellos); a Lenin recordando que supuestamente emancipó a los obreros y los llevó al poder (olvidando que alimentó el odio que llevó al asesinato de millones de rusos); a Stalin diciendo que derrotó al Nazismo (olvidando el Gulag, las purgas, etc.); o a Castro y el Che Guevara diciendo que Cuba tiene la mejor sanidad, olvidando que ambos cimentaron su carrera en cientos de asesinatos.
Pues bien, esta izquierda de género que ahora se lleva, y que tantos falsos crímenes y represalias imputa a Franco, quieren olvidar que precisamente fue bajo su gobierno que las mujeres españolas recuperado los derechos que tradicionalmente gozaron en España. Y es que en nuestro derecho histórico la mujer gozaba de plena capacidad de obrar al contraer matrimonio, hasta que en el siglo XIX los liberales, con la aprobación del Código Civil, copiaron las limitaciones que los revolucionarios franceses introdujeron e introdujeron el artículo 1263 del Código Civil que equiparaba la disposición de la mujer casada para prestar consentimiento en los contratos, con los menores, los dementes y los sordomudos analfabetos. Sin embargo, fue en la era franquista cuando tal desafuero revolucionario (contrario a nuestro derecho histórico) fue enmendado, suprimiendo la licencia marital y demás limitaciones a la capacidad de obrar.
Creo interesante recordar estos extremos ahora que hasta el calentamiento climático tiene «perspectiva de género».
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