Open Democracy, un medio financiado por la Fundación Open Society del multimillonario George Soros ha cargado contra Ann Kioko, responsable de campañas para África de CitizenGO.
La plataforma independiente (no recibe financiación más que de sus socios y donantes) es desde hace tiempo una de las obsesiones más relevantes para el conglomerado de organizaciones y plataformas financiadas por Soros que trata de imponer la agenda mundialista basada en la ideología de género y el ataque constante a la libertad religiosa, el derecho a la vida, la libertad educativa o el valor de la familia natural como célula básica de la sociedad.
En un reciente artículo, esta terminal mediática de Soros reconoce la influencia de CitizenGO en el continente («Kioko se ha convertido en uno de los activistas ‘pro-familia’ más activos y vocales de Kenia») y trata de desmerecer la fuerza de sus campañas señalando que «pueden ser firmadas por cualquier persona en cualquier parte del mundo». ¿No es acaso Open Society una organización global? CitizenGO, también. Y al parecer, sus miembros no sólo firman las campañas que les atañen directamente, sino que defienden el derecho a vivir en todo el mundo.
Entre otras, la web financiada por Soros destaca las acciones de protesta contra la abortista Ley de Salud Reproductiva en Kenia, contra los intentos de legalizar el aborto en Namibia, contra el adoctrinamiento sexual infantil en Sudáfrica, o en protesta por la financiación de Canadá condicionada a implementar la agenda proaborto en África. A la web de George Soros le parece también mal que se reclamara el cese de vuelos desde China a África en plena pandemia.
No es la primera vez que los tentáculos mediáticos de George Soros se fijan en CitizenGO. En el pasado ha censurado sus campañas a través de sus ‘verificadores’ asociados a Facebook e incluso ha llegado a enviar a un miembro de su equipo haciéndose pasar por un supuesto donante, contactar con su presidente Ignacio Arsuaga y manipular sus respuestas para dar la sensación de que CitizenGO financia a Vox de alguna forma, extremo absolutamente falso.
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