Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. /EFE
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. /EFE

Lo llaman gobierno de coalición, pero cada día más es un gobierno de confrontación. La comisión de reconstrucción -¿hubo una guerra?- puso de manifiesto el abismo entre los miembros del mismo gabinete. Mientras Iglesias defendía el impuesto al Patrimonio -doble tributación- y la derogación total de la reforma laboral, Calviño recordaba que la confianza de los inversores es clave para la recuperación.

Unos están instalados en la política de máximos, en la ‘venta’ de utopías y otros tratan de gestionar la realidad. Mientras Sánchez “garantiza” el empleo en Nissan, los japoneses echan mano de la calculadora. Mientras Iglesias acusa a los recortes del PP de las altas cifras de fallecidos por COVID-19 en España, esconde su verdadera responsabilidad: las residencias de ancianos donde se produjeron casi la mitad de las muertes y con orden de no hospitalización…

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Mientras censura las puertas giratorias coloca a un amiguete en el consejo de Enagás. Son las mieles del gobierno. Pero las hieles también existen. Y eso de trabajar sobre la realidad es un atraso para quien parece instalado en la ensoñación, mucho más atractiva. ¡Dónde va a parar! ¿Para qué bajar a la arena de la realidad pudiendo pintarla en RTVE con el dinero de todos, todas y todes?

¿Y Sánchez qué opina de sus socios? Parece encantado. Tener un dóberman en casa da seguridad y mantiene la llama encendida

Y luego está la condicionalidad de Bruselas. Para Iglesias es mucho mejor gritar que los del norte son egoístas y avariciosos. Pero para pagar los ERTEs y las mismas pensiones hace falta dinero prestado. Y nadie presta o regala dinero a cambio de nada. Ni siquiera Iglesias… Así que Calviño ya desliza que habrá recortes de gasto basándose en los informes que elabore la autoridad fiscal.

Y todavía más. Mientras Iglesias insiste en la comisión de reconstrucción en que hay que derogar íntegramente la reforma laboral, la Comisión Europea impone como criterio de la ayuda salvaguardar la reforma laboral. Una reforma, por cierto, que es cierto que precarizó el trabajo, pero también aplanó la curva de despidos de la anterior crisis. Iglesias juega al todo o nada, sabiendo que el todo es imposible y sabedor de que la nada no será gracias a los razonables de su gobierno. Eso es jugar a ganar, ganar instalado en la irresponsabilidad y la deslealtad.

Y por si fuera poco, está instalado en el ’machoalfismo’ político con sus oponentes. Afirmar que Vox desearía dar un golpe de Estado pero que no se atreven es de una chulería de barrio inaceptable en el Congreso. Pero sabe que eso enciende a los suyos. Les mantiene vivos ante su incapacidad -y nula voluntad- de gestionar la realidad.

¿Y Sánchez qué opina de sus socios? Parece encantado. Tener un dóberman en casa da seguridad y mantiene la llama encendida. Pero en algún momento el círculo se negará a ser cuadrado. Porque gobernar y opositar no puede ser. Lo digo por Iglesias. Pero también por Sánchez.

El anzuelo del pescador

Nissan, ¿indicador adelantado? La suerte está echada: Nissan se va. A pesar de que Sánchez aseguró el 22 de enero que ese empleo “estaba garantizado”. Calviño lamenta que no fue el mensaje que habían recibido. ¿Alguien apostará con semejante circo, doña Nadia?, ¿será Nissan un indicador adelantado?

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