El presidente de la Fundacion Villacisneros, Iñigo Gómez-Pineda, advirtió este lunes del peligro que supone para la sociedad vivir «como si ETA no hubiese existido» y el riesgo de que «nos estemos dejando por el camino la dignidad».
Lo hizo durante la entrega del II Premio de esta fundación, el primero fue para Esperanza Aguirre, que se concedió a título póstumo a Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT).
Con la entrega de este reconocimiento, Gómez-Pineda busca honrar la memoria de Vidal-Abarca, «su honradez y valentía», y sobre todo continuar con su labor de «exigir en su nombre que se depuren todas las responsabilidades penales y políticas de quienes han justificado, alentado y colaborado» en el asesinato de su marido, el comandante de Caballería Jesús Velasco asesinado por ETA en 1980.
Amigos y compañeros
El acto, que tuvo lugar en la Casa de América, fue presentado por María San Gil y en él intervinieron Ana Iríbar, viuda del teniente alcalde de San Sebastián asesinado por ETA Gregorio Ordóñez, entre otros.
Se realizaron numerosas muestras de respeto y cariño hacia la fallecida, como una carta que leyeron dos de sus nietas. Tras esa emotiva intervención, se emitió un vídeo en el que el expresidente del Gobierno José María Aznar destacó el valor y la lucha de la premiada: “Protagonizó una de las páginas más valiosas de la lucha por las victimas del terrorismo. Hizo lo más difícil: romper el silencio y desafiar al miedo”.
Al acto han acudido entre otros la defensora del pueblo, Soledad Becerril; el que fuera alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano; el presidente de la Fundacion Valores y Sociedad, Jaime Mayor Oreja; la presidenta de la Fundacion Víctimas del Terrorismo, María del Mar Blanco; la presidenta de COVITE, Consuelo Ordoñez; y los políticos Ignacio Astarloa, Cayetana Álvarez de Toledo, Santiago Abascal, Iñigo Henríquez de Luna, Ramón Rabanera, Regina Otaola, Ángel Acebes o Javier Zarzalejos.
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