Hasta la cúpula de Zaragoza en Común, la formación asociada a la izquierda populista de Podemos en la capital aragonesa, acudió con vistosos trajes regionales a la multitudinaria ofrenda ciudadana a la Virgen del Pilar el 12 de octubre, una concentración cada vez es más grande.
Mientras en otros lugares los podemitas evitan los actos de religiosidad popular, en especial los católicos, la Virgen del Pilar obró el ‘milagro’ y consiguió reunir sobre ella a todas las fuerzas políticas en unas fiestas que batieron el récord de grupos asistentes.
El propio alcalde de la ciudad, Pedro Santisteve, estuvo colocando ramos de flores a los pies de la Virgen del Pilar, y no vestido de civil, sino con un traje de alcalde del siglo XIX: «chaleco brocado en seda, el reloj colgante, la capa y el sombrero, propios de un atuendo solemne como el que nos encontramos», según explicó a la prensa.
Santisteve destacó que en Aragón se mantuvo la capa y el sombrero después del Motín de Esquilache de 1766: «En ese momento se mandó cortarlos para que todos fueran reconocibles, pero como nosotros somos poco centralistas y no teníamos dinero, lo mantuvimos», informa Cari Filii.
Ha reconocido que le encanta colocar las flores de los oferentes porque «es un reconocimiento a los trabajadores y a la gente que presta su tiempo para un acto como este».
Esta exmilitante de Izquierda Unida, ha asegurado a la prensa aragonesa que lleva flores a la Virgen desde «pequeñita»
También estaba allí la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, otra militante de Podemos, que en su Twitter se define como «feminista y abogada». Vestía traje de fragatina (habitante de Fraga), que se supone que debe incluir siete faldetes aunque ella admite que solo llevaba cinco. A sus 29 años, esta exmilitante de Izquierda Unida, ha asegurado a la prensa aragonesa que lleva flores a la Virgen desde «pequeñita».
Y con ellos estaba la diputada autonómica y portavoz de Podemos en las Cortes Maru Díaz, con traje típico del valle de Ansó, en el Pirineo, que incluye un vistoso escapulario de la Virgen de Jaca junto a una basquiña verde.
Maru Díaz afirmó que esperaba que el escapulario ayudase a mantener el día sin lluvia, y lo cierto es que la lluvia llegó sólo al final de la jornada. Ella es de Tarazona y nunca antes había participado en esta ofrenda: se declaró «nerviosa y emocionada».
14 horas y 684 grupos
La ofrenda duró 14 horas y participaron en ella 684 grupos oficialmente inscritos, 64 más que en 2015, batiendo un récord absoluto de colectivos. La amenaza de lluvia asustó a algunos y no hubo récord de personas asistentes, pero aún así participaron 280.000 personas en la ofrenda que dejaron 6 toneladas de flores a la Pilarica a pesar de las trabas del ayuntamiento que impuso una tasa de 500 euros a las empresas para presentar su logotipo en la ofrenda floral.
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