
El 1º de abril del 2025 se cumplirá el aniversario 98 de la muerte de Anacleto González Flores (declarado por el Episcopado Mexicano como el Patrono de los laicos en México), después de haber sido torturado y fusilado en 1927, dentro de la persecución religiosa anticatólica que se tuvo en México de 1926 a 1929.
Persecución promovida por los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, que fue muy cruel y sangrienta. Lo cual tuvo como respuesta una verdadera Cruzada en defensa de la libertad religiosa y de la Iglesia Católica, cuyos Sacerdotes y laicos eran perseguidos y asesinados por el ejército federal del gobierno.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEste movimiento popular se conoce como “La Cristiada”, que fue con armas y el “Ejército Cristero”. Representantes laicos del pueblo mexicano, mayoritariamente católico, junto con el Episcopado Mexicano, trataron por todos los medios legales de suprimir las leyes anticatólicas constitucionales junto con sus reglamentaciones (la Ley Calles) que propiciaron la persecución, pero todo fue en vano, el gobierno no cedió.
Anacleto González Flores murió el 1º de abril de 1927 a los 39 años de edad en Guadalajara, Jalisco. Estaba casado con Concepción Guerrero con quien tuvo 3 hijos. Fue el fundador de la ACJM (Asociación Católica de la Juventud Mexicana) en Guadalajara, agrupación de jóvenes varones que en ese tiempo se dedicaba tanto a actividades cívicas como apostólicas, bajo el lema: “Por Dios y por la Patria”, y que en 1931 pasara a formar parte de la Acción Católica. También fue el fundador de la Unión Popular de carácter cívico y social, de gran importancia por sus numerosos integrantes y por su actividad, y que desapareciera después de la Cristiada.
Ambas agrupaciones aportaron importantes integrantes al Ejército Cristero, siendo la parte medular de su cuerpo directivo. Ya dentro de la Cristiada Anacleto fue el jefe del Movimiento Cristero en Jalisco, sin tomar las armas y quedándose en Guadalajara.
Junto a otros laicos y 3 Sacerdotes, todos ellos mártires de la persecución religiosa, Anacleto fue beatificado el 20 de noviembre del 2005 en el día de la Festividad de Cristo Rey, en el estadio Jalisco de Guadalajara, llegando así a los altares. Ceremonia que estuvo a cargo del Cardenal José Saravia Martins, en representación del Papa Benedicto XVI, declarándolos mártires.
En cuanto a lo que significó el Movimiento Cristero presentamos tres citas de personas autorizadas, tomadas del libro: “Sangre y corazón de un pueblo” escrito por el Padre Fidel González, quien fuera el encargado del proceso canónico en Roma de los Mártires Mexicanos de la persecución religiosa:
Jean Meyer, autor de varios libros sobre la Cristiada, ha escrito: “A mitad de 1928, los Cristeros no podían ya ser vencidos militarmente, y el gobierno menos, sostenido por los Estados Unidos”.
El Padre Fidel González en su libro que hemos citado, afirma: “Su desaparición brutal (de Obregón que fuera asesinado) pospuso un hipotético acuerdo; abriendo las posibilidades a un golpe militar y también a la victoria de los Cristeros, por todo ello, la única salida para el gobierno era la de entenderse con la Iglesia. La cosa se hizo rápidamente en junio de 1929, antes de las elecciones presidenciales”.
Ahora habla Mons. Leopoldo Ruiz y Flores (Obispo mexicano y Delegado Apostólico en México, quien junto con Mons. Pascual Díaz, acordó los “arreglos” con el presidente Portes Gil), dijo lo siguiente antes de la negociación: “La defensa armada ha tenido la gloria de ser una protesta viva y eficaz, la de mantener viva la cuestión religiosa y la de obligar, como esperamos, al Gobierno a buscar una solución”.
De los testimonios anteriores podemos obtener la siguiente conclusión: el Movimiento Cristero cumplió con su misión, acabar con la persecución religiosa sangrienta de 1926-1929, y así, todo el pueblo mexicano volvió a oír Misa y a recibir los Sacramentos que tanto anhelaba, las campanas habían vuelto a sonar y las Iglesias estaban ya abiertas.
La Providencia Divina pues, trazó un cuadro particular para resolver el problema y así el pueblo mexicano volviera libremente a las Iglesias y a vivir su Religión Católica. Vaya nuestra admiración y agradecimiento hacia aquellos Cristeros, que eran principalmente campesinos, sencillos y fieles, con sus dirigentes que eran generalmente muchachos de la ACJM y generales de todas las clases sociales improvisados pero de mucho talento, al lado del admirable General Enrique Gorostieta que sí era militar de carrera; y todos los que los apoyaron consiguiendo armas, municiones, víveres y demás cosas que eran necesarias, en especial las muchachas de las brigadas Santa Juana de Arco, los muchachos de la ACJM y la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa.
La Santa Iglesia Católica ha respondido a esta gesta heroica cristiana con la Canonización y Beatificación tanto de Sacerdotes como de Laicos, más de 30, declarándolos Mártires que ofrendaron su vida en testimonio de su fidelidad a la Iglesia y en defensa de su Fe cristiana. Honor y Gloria a quienes lo merecen. Ellos murieron al grito de: ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
Ing. Fernando García Mata