El periodismo anglosajón y latinoamericano se ha conmocionado tras la publicación en Rolling Stone de una entrevista entre el actor Sean Penn y el narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias ‘el Chapo’.

Las críticas han girado entorno al hecho de que un actor entrevistara al narcotraficante más buscado del continente sin que las autoridades mexicanas se enteraran y a la calidad periodística de la entrevista realizada por Penn.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Dicha entrevista habría sido una de las primeras pistas que tuvieron las autoridades mexicanas para poder recapturar al narcotraficante el viernes pasado en un amplio operativo llevado acabo por la Armada mexicana.

El Universal de México publicó 10 fotos que parecen mostrar a Penn y a la actriz Kate del Castillo llegando a un aeropuerto en octubre. El diario mencionó que obtuvo las instantáneas de un archivo de inteligencia del gobierno mexicano, pues los agentes monitoreban a Del Castillo desde su primer encuentro con los abogados de Guzmán en junio de 2015.

Cómo consiguió la entrevista

Penn asegura que logró contactar al mexicano a través de la actriz Kate del Castillo, que actuó como la genio detrás de un cartel de droga en una novela. Del Castillo habría publicado en 2012 un tuit en favor al capo mexicano, cosa que llevó a que los abogados del narco la contactaran y eventualmente pudiera sostener una conversación por carta con el narcotraficante.

‘El Chapo’, que en ese momento estaba en prisión, quería que Del Castillo le ayudara a hacer una película sobre su vida. Cuando Guzmán Loera escapó de la cárcel se pensó que hacer una película sería difícil por lo que Penn, que ya estaba en el equipo para desarrollar el film, sugirió realizar una entrevista.

El encuentro fue acordado en las montañas de Durango (México). Penn narra el viaje, que él y dos compañeros hicieron para entrevistarse con el capo, como una odisea digna de Hollywood: viaje en avion a una ciudad no descrita en México desde un aeropuerto que se no especifica en San Francisco (EEUU); recogida en un hotel perdido; nuevo viaje en un avion equipado con tecnología para detectar amenazas, y finalmente un un recorrido de siete horas en carretera. Al final de la jornada, llegaron al refugio de Guzmán donde su familia los atendió.

Conversaron unas siete horas con el jefe del Cartel de Sinaloa acompañados por tequila. Sin embargo, Penn no grabó las horas de conversación, no llevó una libreta, no tomó notas del encuentro… solo sostuvo “una conversación casual y cálida durante la comida”.

El vídeo que acompaña la nota, en el que el Chapo habla de su visión sobre el narcotráfico y justifica su participación en el mismo, fue enviado a la actriz Del Castillo luego de que Penn hiciera preguntas adicionales al capo por Blackberry Messenger.

La polémica

Aunque muchos en las redes sociales se han indignado por el hecho de que un medio de comunicación publique una entrevista con un criminal, la razón de fondo por la que los periodistas latinoamericanos, y en especial los mexicanos, han levantado su voz de protesta no es otra que el hecho de que el artículo tiene poco de periodismo y mucho de entretenimiento.

Como aseguró Joel Simon, director del Comité para proteger a los periodistas (Committee to Protect Journalists) al Washington Post, “los periodistas deben entrevistar a criminales, pero si entrevistas a alguien como ‘El Chapo’ debes ofrecer información importante”. A vista de muchos, esto no se hizo.

Cuando no se está retando a la persona que tienes enfrente y has accedido a enviarle la historia para su aprobación, como hizo Penn con su publicación, “no es periodismo, es negocio, es Hollywood”, explicó para ese diario estadounidense el periodista Alfredo Corchado, jefe de la oficina en México del Dallas News y que lleva 20 años trabajando en ese país.

“Esto es un insulto al sacrificio que han hecho muchos de mis colegas en México y en el mundo que han perdido sus vidas luchando contra la censura y en nombre de la verdad”, agregó Corchado.

El periodista hace referencia a las duras circunstancias a las que se enfrentan quienes ejercen la profesión en el país latinoamericano, donde son amenazadas o asesinados por denunciar al crimen por lo que muchas veces deben autocensurarse para proteger su vida.

Según el Comité para proteger a los periodistas, 35 colegas han sido asesinados por ejercer su profesión en México desde 1992. Sin embargo, la Procuraduría General de la República Mexicana considera que esas cifras son mucho mayores: en 2012 aseguró que al menos 67 reporteros habían sido asesinados y al menos 14 secuestrados o desaparecidos desde 2006.

Para analistas y periodistas mexicanos, la entrevista de Penn muestra una admiración por parte del actor hacia la figura que encarna el capo más que un análisis periodístico que confronte y analice al personaje, considerado el narco más buscado del siglo XXI. La falta de profesionalismo y de método al momento de entrevistarlo, al igual que la mala prosa y la vaguedad en los detalles son otras de las razones por las que el artículo ha sido criticado.

En consecuencia, la publicación de Rolling Stones en lugar de aportar a la democracia o al periodismo lo que hace es una burla irónica a los cientos de profesionales que día a día se sacrifican en el país mexicano para cubrir el crimen, la corrupción y el narcotráfico con altura. Por el contrario, ensalza la personalidad de el Chapo, quien en un afán por limpiar su historia ha buscado diversas maneras de dar a conocer el lado bueno de su historia.

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