Según Irene Montero, España no puede retrasar por más tiempo la promulgación de una Ley Trans, ya que los españoles tenemos una deuda histórica especialmente dolorosa con los transexuales.
Así que, en los próximos meses veremos en el Congreso un proyecto de ley cuyo principal objetivo será reconocer la autodeterminación de género. ¿Y qué es eso de la autodeterminación de género? En las próximas líneas explicaremos este nuevo concepto y también veremos cuál es el previsible contenido de la nueva ley. Para ello repasaremos la proposición de ley que la propia Irene Montero presentó en el Congreso de los Diputados hace poco más de dos años.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraEl texto presentado define la identidad sexual o de género como “la vivencia interna y personal del género tal y como la persona la determina”. Esa vivencia puede corresponderse o no con el sexo asignado al nacer.
Las personas trans son, según la proposición de ley, “personas cuya identidad sexual, de género y/o expresión de género no es la que se les asignó al nacer en base a la lectura normativa y restrictiva que el sistema médico – legal (sic) viene realizando al examinar los genitales con los que nacieron (pene o vulva)”.
Por supuesto que esto de los trans es algo que debe entenderse de la forma más amplia posible. El texto deja claro que el término trans es meramente jurídico. Pues “las personas trans pueden autodefinirse como personas transgénero, transexuales, travestis, hombres o niños con vulva, mujeres o niños con pene, variantes de género, queer, personas no binarias y otras”.
En todos los casos, lo realmente determinante es la vivencia interna, sin que se consideren otros aspectos absolutamente irrelevantes como sus genitales, su aspecto externo o su atracción física por hombres o por mujeres. ¡Ah!, y se me olvidaba. Esto del género es algo dinámico. Dentro del derecho a la autodeterminación de la identidad sexual está cambiar de sexo cuantas veces uno desee en su vida. Y esos cambios de sexo pueden registrarse o no en el Registro Civil, que debe de ser otro instrumento represor del sistema médico-legal, porque lo que en todo momento ha de prevalecer es la voluntad del sujeto, no lo que diga el Registro Civil o el DNI.
Hay muchas personas que cuando leen esto se sonríen y piensan que es algo inofensivo, que solo afecta a una parte muy pequeña de la población. Olvidan que estas leyes hacen daño a un colectivo de personas mucho más mayoritario. Un daño, además, que es mucho mayor que las ventajas que la ley proporciona al colectivo que supuestamente protege.
La ley que Podemos pretende sacar adelante, autorizará a que los niños y niñas que digan que se sienten del sexo contrario reciban tratamiento hormonal inhibidor de su desarrollo antes de la pubertad. Un tratamiento que, según los pediatras, interfiere en el proceso de crecimiento del niño y que tiene efectos secundarios graves sobre su organismo. Y no sólo eso, el niño o niña podrá ser operado, sufriendo una mutilación irreversible en sus órganos genitales y perdiendo la capacidad de procrear de por vida. Como dice la pediatra americana Michelle Cretella, nos preocupa que los menores de 16 años se puedan tatuar y quedar marcados de por vida, pero consentimos que sus genitales sean mutilados de forma irreversible.
¿Y quién decide esto? Pues el propio niño, si se estima que tiene madurez suficiente para comprenderlo, con independencia de su edad. Y si no tiene madurez, pues lo deciden sus padres. Si los padres no están de acuerdo, bastará con que uno de ellos lo autorice. Es más, si ninguno de los dos está de acuerdo y el niño lo pide, se nombrará un defensor judicial del menor para que tome la decisión.
En ningún momento, esto es importante señalarlo, se pedirá un informe médico o psicológico. Segú la ley, que recoge a pie juntillas las reivindicaciones de las asociaciones transexuales, eso supondría estigmatizar y patologizar el colectivo.
Así que los médicos no tienen nada que decir. Tienen que dedicarse a ejecutar la voluntad del niño o de sus padres. Y eso a pesar de que los pediatras insisten en que en los raros casos de transexualidad infantil es muy habitual que el menor cambie de opinión con el paso del tiempo. Se explica claramente en el artículo ‘La atención de menores transexuales’ publicado por las doctoras Itxaso Rica, Gema Grau, Amaia Rodríguez y Amaia Vela en la Revista Española de Endocrinología en el año 2015.
“La transexualidad es una situación poco frecuente en la infancia que en ocasiones puede remitir; la experiencia en el uso de análogos y terapias hormonales iniciadas en menores es limitada; no conocemos cuál va a ser la evolución a largo plazo de menores que inicien terapia con análogos en Tanner 2”( …)” desconocemos cómo será el futuro de los menores transexuales que han hecho la transición al sexo sentido en edades prepuberales”
Un auténtico crimen perpetrado a mayor gloria de la teoría queer. ¿Cuántas vidas rotas dejará detrás esta disparatada ley?
No contentos con dejar al arbitrio del menor una decisión tan relevante e irreversible, es necesario, además, controlar a los padres. Según la proposición de ley, los colegios tendrán que velar porque los padres no interfieran en los procesos de autodeterminación de la identidad sexual y, si se tiene constancia de que los padres no respetan la decisión del menor, eso puede ser considerado situación de riesgo y puede conllevar la retirada de la patria potestad.
Así que, si su hijo o su nieto quedan impresionados por Frozen y empiezan a demandar vestirse de Elsa, no traten de convencerle de que es mejor vestirse de Buzz Ligthyear, Si tratan de corregir su conducta pueden terminar perdiendo la patria potestad y viendo como su hijo o hija son hormonados y mutilados en un centro de protección (sic) de menores de la Comunidad Autónoma.
Como dice Alicia Rubio, tanto tiempo fomentando que las chicas hagan deporte para terminar viendo las competiciones deportivas femeninas dominadas por travestis
Pero no solo los menores están en peligro con la Ley Trans. Las mujeres son las otras grandes perjudicadas. Cualquier hombre que, simplemente, manifieste que se auto percibe como mujer tiene derecho a utilizar vestuarios femeninos o a beneficiarse de cualquier ventaja que la legislación tiene reservada para las mujeres. Por no hablar de toda la legislación para prevenir la violencia contra la mujer, que deja de tener sentido en cuanto sus agresores pueden manifestar en cualquier momento que ellos realmente son mujeres.
Cualquier hombre condenado a pena de prisión, podrá alegar que se auto percibe mujer y solicitar ser ingresado en un centro penitenciario de mujeres. Curiosamente, la ley establece que se tomen medidas para preservar su seguridad, pero no dice nada de la seguridad de las reclusas que tendrán que compartir forzosamente establecimiento con un ser humano dotado de órganos sexuales masculinos. En la Argentina kirchnerista, que se encuentra a la vanguardia de este tipo de legislación, ya se han dado casos de supuestas mujeres transexuales que han violado a varias reclusas.
En el ámbito deportivo esas supuestas mujeres trans tampoco podrán ser discriminadas en competiciones de ningún nivel, pudiendo inscribirse en categorías femeninas sin necesidad de tener que pasar ningún examen médico. Si esto sale adelante, no solo las mujeres perderán cualquier posibilidad de ganar una medalla en una competición deportiva, sino que en deportes de contacto como el boxeo o el rugby muchas mujeres correrán grave riesgo físico. Como dice Alicia Rubio, tanto tiempo fomentando que las chicas hagan deporte para terminar viendo las competiciones deportivas femeninas dominadas por travestis.
Continuando con el delirio, las supuestas mujeres trans, tendrán derecho a las prestaciones sanitarias sin ningún tipo de discriminación. Así que, a pesar de mantener sus órganos sexuales masculinos, tendrán derecho a acudir al ginecólogo. En el temario de la especialidad de ginecología habrá que incluir también los órganos reproductivos masculinos, lo que nos llevará a la pérdida de la especialización de los ginecólogos, convertidos, inevitablemente, en médicos generalistas. El perjuicio sanitario para el conjunto de las mujeres parece evidente.
La proposición de ley trans parece sacada de una distopia. No sorprende que un partido como Podemos, cuyo fin es subvertir el sistema político y social, la apoye. Tampoco sorprende que el PSOE haya incluido la aprobación de esta ley en su acuerdo de gobierno: Pedro Sánchez vendería a su propia madre con tal de estar unos años más en la Moncloa.
De entre el resto de partidos, VOX ya ha manifestado de forma clara su oposición. Ciudadanos es previsible que vote a favor, aunque no lleguen a comprender realmente lo que han votado. Pensarán que de esta forma el año que viene no les lincharán en el desfile del Orgullo.
Queda por saber qué hará el Partido Popular. Y es que, a pesar de que la inmensa mayoría de sus votantes están en contra del contenido de esa ley, las dos comunidades autónomas que tienen las leyes trans más “avanzadas” son Madrid y Andalucía. Y los políticos del PP que llevan la voz cantante en estos temas, como Maroto o Cuca Gamarra, no ocultan sus simpatías por el movimiento LGTBiQ+.
Así que, en esta ocasión, tendremos que hacernos oír, de forma que cada uno de los partidos quede retratado ante sus electores. También haremos todo lo posible para que se pronuncien las asociaciones profesionales de pediatras, ginecólogos, psiquiatras y psicólogos infantiles, asociaciones deportivas femeninas, sindicatos de prisiones y, en general, todas aquellas personas que de una u otra forma estén afectadas por esta delirante Ley.