
Hjernevask (Lavado de cerebro) fue una serie de divulgación científica emitida por la televisión noruega hace poco más de 10 años. La serie constaba de siete episodios en los que se preguntaba a investigadores de diferentes disciplinas sobre el origen innato o aprendido de determinados comportamientos humanos.
En su primer capítulo titulado La paradoja de la igualdad de género se planteó a diferentes científicos por qué las niñas tienden a emprender profesiones empáticas y los niños profesiones sistematizadoras. Y por qué el mercado laboral se vuelve más diferenciado por sexo cuanto mayor es la prosperidad económica de un país.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraY es que, al contrario de lo que cabría pensar tras escuchar a los teóricos de eso que llaman ahora estudios de género, en los países más desarrollados, en los que existe una mayor igualdad legal y social entre hombres y mujeres, la proporción de chicas que elige carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) es más baja que en los países en los que existe menor igualdad entre sexos.
Según un estudio recientemente publicado por Psycological Science, Finlandia y Noruega, dos de los países en los que la igualdad es mayor, tienen un porcentaje de mujeres que eligen carreras STEM de en torno al 20%. Al contrario, en países con tanta desigualdad como Argelia, Túnez o los Emiratos Árabes Unidos, la proporción de mujeres con carreras científicas y técnicas supera el 35%. En un país tan poco amable para las mujeres como la India, las mujeres que estudian carreras científico-técnicas llega al 43%.
¿Cuál es la razón por la que a más desarrollo económico más porcentaje de mujeres eligen carreras científicas?
La mayor parte de los biólogos sostienen que las diferencias entre hombres y mujeres no son meramente culturales, sino que, fruto de la evolución, las mujeres han desarrollado más las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje y con la empatía, y eso hace que, estadísticamente, las chicas jóvenes tengan una mayor inclinación hacia los estudios relacionados con las ciencias sociales y el cuidado a los demás.
Lo que parece claro es que lo que afirman los expertos en estudios de género sobre la falta de mujeres que estudian carreras STEM no se sostiene
En los países en los que las mujeres ven en los estudios universitarios una forma de salir de la pobreza, una mayor parte de ellas se decanta por carreras que tiene más salida. Eso explicaría por qué la India, que se ha vuelto una potencia mundial en el negocio de la subcontratación informática muchas chicas elijan la carrera de Informática.
Sin embargo, en países como los nórdicos en los que cualquier carrera universitaria conduce a un buen nivel de vida, las chicas preferirían seguir sus inclinaciones y estudiar carreras de humanidades y biosanitarias.
Aunque en este tipo de asuntos es difícil llegar a afirmaciones taxativas, lo que parece claro es que lo que afirman los expertos en estudios de género sobre la falta de mujeres que estudian carreras STEM no se sostiene.
No parece que la falta de mujeres en carreras STEM se debe a que la sociedad patriarcal y el sistema educativo genera en las mujeres falta de autoestima y les hace evitar carreras de ciencias, consideradas más difíciles. Si así fuera, la ‘sociedad patriarcal’ también desalentaría a las mujeres a realizar otras carreras muy difíciles como la medicina o a presentarse a oposiciones tan duras como la de juez. Y en ambas profesiones hace muchos años que las mujeres son la mayoría.
Por otra parte, si la elección de carrera por las chicas viene determinada por los roles de género y estos se deben exclusivamente a aspectos culturales ¿cómo es posible que en todos los países y todas las culturas del mundo los estudios de ciencias sean preferidos por los hombres?
Poco tiempo después de la emisión de La Paradoja de la Igualdad de Género, el Nordic Gender Institute fue clausurado. El contribuyente noruego se ahorró 60 millones de euros anuales
Un último argumento de los expertos en estudios de género que explicaría esta falta de mujeres en carreras técnicas es la falta de referentes femeninos que hagan que las mujeres se identifiquen con esas profesiones. Parece claro que, si este fuera el factor clave a la hora de elegir carreras técnicas, tampoco en Argelia, Túnez o la India las chicas jóvenes querrían estudiar carreras de ciencias.
La cuestión no es baladí. Porque conseguir la paridad en las carreras de ciencias se ha vuelto una de las obsesiones del Gobierno. Y no solo se están invirtiendo cantidades importantes de dinero en conseguir este objetivo, sino que la ministra Montero ha llegado a proponer que el estado se haga cargo de la matrícula de todas las chicas que elijan carreras de ciencias, con independencia del nivel de renta de sus padres.
Poco tiempo después de la emisión de La Paradoja de la Igualdad de Género, el Nordic Gender Institute, que tenía entre sus objetivos conseguir que las profesiones sean elegidas en igual porcentaje por hombres y mujeres fue clausurado. El contribuyente noruego se ahorró 60 millones de euros anuales.
Nuestros gobernantes, que se pasan la vida cantando las maravillas de las socialdemocracias nórdicas, deberían tomar nota y dejar a nuestras chicas elegir sus carreras en paz.
Y es que hay quien está empezando a afirmar que las campañas públicas de promoción de las carretas de ciencias entre las chicas tienen incluso un efecto contrario. Porque, precisamente, les recuerda que esas son carreras minoritarias entre las mujeres.
Eso me daría mucha rabia, la verdad. Porque soy un orgulloso padre de dos hijas adolescentes que tienen unas calificaciones extraordinarias en matemáticas, física y química. Y no me gustaría que su posible vocación científica se viese frustrada por los mensajes victimistas de unas dirigentes del Ministerio de Igualdad que, por cierto, han estudiado todas ellas carreras de letras.
Dejen a las chicas elegir en paz. Parafraseando a Margaret Thatcher, una mujer con estudios científicos, a los socialistas no les gusta que la gente elija libremente.
Porque saben que, si a la gente se le permite elegir, no elegirá socialismo.