Los continuos ataques sexuales, violaciones incluidas, han obligado a suspender el festival de música Bråvalla, uno de los mas conocidos de Suecia, para el 2018. En una rueda de prensa, los responsables han comunicado esta decisión, aunque no han especificado si volverán en 2019.
De momento la decisión es clara y se ha tomado por varios motivos. En los últimos años, las denuncias por agresiones sexuales han aumentado en todo el país, pero en especial en los festivales de música, donde las aglomeraciones son continuas y de gran volumen.
Este año -el festival acaba de terminar- se ha denunciado una violación y numerosas agresiones. Un problema que en Suecia parecen incapaces de resolver y que ha forzado el cierre de este evento.
Pero es que la amenaza ya la tenían hace tiempo. Grupos como el británico Mumford and Sons, cabeza de cartel en 2016, dejaron claro que no volverían a actuar nunca más en dicho festival a no ser que se garantizase la seguridad de las mujeres frente a las agresiones, y parece que finalmente no volverán a tocar allí.
«Lamentamos y condenamos esto. No lo aceptamos en nuestro festival“, reiteraron desde FKP Scorpio
Los organizadores, el grupo FKP Scorpio, lamentaron durante la rueda de prensa que tengan que cerrar por culpa de “algunos hombres que no pueden comportarse – porque estamos hablando de hombres-. Es una pena».
“Las palabras no pueden describir lo increíblemente tristes que estamos por esto, y más sabiendo el motivo del cierre. Lamentamos y condenamos esto. No lo aceptamos en nuestro festival“, reiteraron desde FKP Scorpio.
La mayor polémica en Suecia es que por ley no se puede mencionar la nacionalidad de la persona denunciada por agresión sexual.
Una polémica que apunta a los inmigrantes provenientes de Afganistán y el norte de África, pues su llegada en masa en los últimos años ha coincidido con un aumento de las denuncias.
Y muchos de ellos de origen musulmán… pero es políticamente incorrecto nombrarlos en varios países de Europa.
Por ejemplo, el año pasado, en un festival de Karlstad, localidad situada aproximadamente a unos 200 kilómetros de Estocolmo, siete personas fueron denunciadas por abusos, y según el New York Times, seis de ellos eran extranjeros.
Este debate ha provocado que muchos suecos exijan más medidas al Gobierno y sobre todo que termine con esa política de esconder la nacionalidad de los denunciados, pero todavía hay gente que lo defiende bajo el argumento de que eliminar esa política no resolvería el problema y crearía racismo.
Mientras tanto la Policía ha pedido ayuda al Ejército para controlar los barrios llamados no-go zones, en los que no se atreve a entrar porque no tiene el control e impera la sharia.
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