Este lunes se celebró el debate electoral entre los candidatos a la presidencia del Gobierno de los cinco principales partidos del arco parlamentario.: PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos y Vox.
El líder de Vox empezó repartiendo zascas a uno y otro lado, reprochándole a Pedro Sánchez su anuncio de que incorporará al Código Penal el delito de convocatoria de referéndum ilegal, un delito que derogó el PSOE durante el mandato de Zapatero, y recordándole también a Pablo Casado que el PP no quiso volver a tipificar ese delito cuando tuvo la oportunidad. Reprochó también el doble discurso tanto del PSOE como del PP ante el nacionalismo.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraLos candidatos de los demás partidos optaron inicialmente por la estrategia de ignorar a Vox, no entrando en discusión con Abascal para no darle protagonismo. A primera vista, ésta parecía una estrategia hábil. Sin embargo, con ello le han dado la opción de exponer su programa con toda tranquilidad ante la audiencia y, a la vez, mostrarse ajeno a las batallitas de los demás partidos y, por tanto, más sereno, lo cual echa por tierra la imagen de extremista que han intentado vender de él.
Hay que tener en cuenta que ésta ha sido una oportunidad de oro para Vox de exponer su programa sin intermediarios y sin las habituales manipulaciones de los medios, y con esa estrategia de aislar a Abascal, los demás partidos no han hecho más que facilitarte esa labor.
Finalmente, Rivera se ha lanzado a atacar a Abascal y lo ha hecho mintiendo, diciendo que trabajó cuatro años en una fundación pública (fueron cuatro meses). El presidente de Cs ha recurrido dos veces a un truco muy pobre y pueril, afirmando que el líder de Vox estaba “nervioso”, pero la realidad es que se le veía más nervioso a él que a Abascal -algo normal, viendo las encuestas-, pues éste ha contestado con tranquilidad y serenidad, mientras Rivera insistía en interrumpirle. Lo realmente lamentable es que el candidato de Cs no haya encontrado nada mejor para replicar a Abascal en ninguna de las cuestiones que ha expuesto durante el debate.
Por otra parte, después de la crítica de Abascal a las políticas de género, Sánchez ha atacado a PP y Cs por no oponerse a las propuestas de Vox, y en concreto ha salido en defensa del PNV contra la propuesta de Vox de ilegalizar los partidos separatistas, algo que Abascal ha aprovechado, criticando que el candidato socialista haga de abogado de ese partido nacionalista. Justo a continuación, Abascal ha abordado la cuestión de la inmigración, y ahí ha dejado a Sánchez por los suelos.
Tras fracasar la estrategia de aislar a Abascal, el mayor enfrentamiento con el líder de Vox ha sido con Pablo Iglesias, que ha tenido la tremenda cara de ponerse a hablar de las víctimas de ETA, cuando él mismo se dedicaba a dar conferencias en herriko tabernas, como le ha recordado Santiago. El candidato de Vox la ha contestado con firmeza, especialmente cuando Iglesias ha dado a entender que la Guerra Civil fue como una contienda entre judíos y miembros de las SS, cuando en ambos bandos se cometieron crímenes horrendos, por ejemplo la masacre de Paracuellos, a cuyas víctimas Podemos acusó de “fascismo”.
Lo más llamativo de esta parte más cultural del debate, que es donde tocaba dar la batalla de las ideas con toda claridad, es que Casado ha estado como ausente en esta parte del debate, igual que lo ha estado su partido desde hace años.
Personalmente creo que Abascal ha ganado el debate por goleada, ante todo porque hiciesen lo que hiciesen sus rivales, tenía las de ganar. Si le aislaban, porque tendría ocasión de exponer su programa si intermediarios, como hizo al comienzo del debate. Y si se enzarzaban con él, como ha pasado en la segunda parte, porque Abascal no se corta un pelo y da buenas y contundentes réplicas.
.* Publicado originalmente en Contando Estrelas.