Perplejidad total tras la bomba soltada el pasado viernes en un encuentro informal y ‘off the record’ entre Feijóo y 16 periodistas. Reconoció que habló con Junts tras las elecciones del 23J, que los del prófugo le pidieron la amnistía y que en 24 horas la rechazaron porque era inconstitucional y además rompía el principio de igualdad ante la ley. ¿Por qué necesitaron 24 horas para esa respuesta? Porque en el fondo deseaban el acuerdo. Porque estuvieron tentados. Pero lo rechazaron porque ni era institucionaliza, ni moral… ni ‘vendible’ para sus socios de Vox.
Pero Feijóo dijo más cosas en ese encuentro. Estuvo locuaz. Dijo que rechazaron la amniistía pero que habrían estado dispuestos a un indulto si el prófugo aceptaba ser juzgado y condenado, mostraba arrepentimiento y abandonaba la vía unilateral. O sea, la luna para quien dice por activa y por pasiva que “lo volveremos a hacer” y quien ha convertido la independencia de Cataluña en su religión.
No está claro si Feijóo ejerció de gallego al pedir un imposible o realmente estaba dispuesto a indultar en esas condiciones. Sus terminales mediáticas lo justifican. Por la convivencia, bla, bla, bla. La realidad es que no ha desmentido estar dispuesto al indulto “si se dan las condiciones”. ¿Es esto lo que quieren los votantes del PP?, ¿no se estará ‘haciendo un Froilán’?
Pero hay más locuacidad. Resulta que Feijóo en ese encuentro informal, quizás bien regado de albairiño, se atrevió a ejercer de magistrado a lo Sánchez y afirmó que sería difícil justificar o probar que en el 1 de octubre hubo terrorismo. Lo afirma el líder de un pàrtido que renunció a estar presente en la causa y que por lo tanto no tiene acceso al sumario. Y lo dice despues de que la mayoría del Consejo Fiscal por 12 votos a 3 resuelve que sí hay indicios de terrorismo en la causa del ‘Tsunami Demoicratic’ y en Puigdemont en concreto. ¿Por qué desautorizar a quien te pone las gellegas como a Felipe II?
Hay quien piensa que Feijóo no calibró bien el ‘off the record’, que se creyó que realmente esa conversación quedaría ahí. ¿Tan ingenuo? Mucho fue que aguantara 24 horas en la ‘nevera.’ Más interesante que la publicación fuera pactada a la misma hora y con el mismo enfoque. El equipo de opinión sincronizada funcionó como un reloj. Normal. Para el PSOE era su oportunidad para recuperar el relato. Pasan de estar sometidos al chantaje de Junts por 7 votos a ‘el PP no pactó con Junts porque Vox no le hubiera dejado; están secuestrados por la extrema derecha’. Casi nada. Y así hasta las elecciones. Está por ver su efecto. Pero si el PP no libra la amayoría absoluta que hoy vaticinan todos menos el CIS, Feijóo tiene un problema. Grave.
Hay quien piensa que Feijóo hizo una voladura controlada después de que Puigdemont amenazara el jueves pasado con desvelar los encuentros con los populares. Si es así, nueva torpeza. Porque la credibilidad de Puigdemont está más que dañada.
Pero hay otra tesis más inquietante. El jueves Junts y el PNV se abstuvieron en el Senado de la ley antiokupas del PP. ¿Será el prólogo de un entendimiento más amplio? Los de Junts saben que Sánchez es un chollo. Pero es poco confiable. Falla como una escopeta de feria. En cambio Feijóo cumple. Es serio. No ofrece tanto. Pero cumple. Quizás han optado por cambiar de caballo. Y Feijóo quizás piense que con un Vox sin entrar en Galicia y con guerra civil, no podrán negarse a apoyar una moción de censura. Quizás se equivoque.
Si este es el juego, es muy peligroso y arriesgado: pone en solfa la mayoría absoluta gallega, non es garantía de ningín futuro y supone un grave riesgo moral premiar a quien ha volado los cimientos de la nación.
Un genio sin lámpara, ni luces, ni asesores. ¿o quizás demasiados?
Comentarios
Comentarios