La diputada austríaca, Gudrun Kruger
La diputada austríaca, Gudrun Kruger

La OCDE acaba de publicar un informe sobre el reto demográfico de los países más desarrollados. Lo que en los años 70 se vislumbraba como un problema hoy se ha convertido en el principal reto.

“La pregunta no es por qué la gente tiene tan pocos hijos sino porque tan poca gente tiene hijos”, señala la austríaca Gudrun Kugler, autora del informe.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Los datos son alarmantes. En Alemania la cifra de muertes supera a la de nacimientos desde los años 70. ¡Medio siglo mirando para otro lado! El colapso está garantizado.

Nos encontramos ante un ‘trilema’, dice el economista Philip Pilkington, en el que sólo dos elementos pueden cumplirse: baja tasa de natalidad, estabilidad económica e inmigración baja. Podemos tener baja tasa de natalidad y estabilidad económica pero con inmigración descontrolada. Podemos controlar la inmigración y tener baja natalidad pero las cuentas públicas se nos descuadrar. Y finalmente, podemos optar por controlar la inmigración y mantener cierta estabilidad en las cuentas públicas, pero exige tener una natalidad alta.

¿Y eso cómo se hace? La paternidad exige sacrificios monetarios, físicos, de tiempo. Una exigencia incompatible con el hedonismo reinante y las satisfacciones inmediatas. No obstante, el informe plantea algunas recetas, respetando obviamente las decisiones individuales:

  • Políticas con perspectiva de familia. Facilitar la conciliación laboral, la estabilidad familiar y el acceso a la propiedad de las familias porque está demostrado que los propietarios son más proclives a tener más hijos que los que viven de alquiler. Obviamente la propiedad ofrece seguridad.
  • Apoyar y promover la estabilidad familiar como lugar deseable para la crianza de los hijos con estabilidad emocional.
  • Informar abiertamente que la fecundidad decae con la edad. Muchas mujeres no son conscientes de los riesgos de retrasar la maternidad. En España la edad media con la que las mujeres tienen su primer hijo ha pasado de los 25 años en 1981 a los 32 en 2021. Además, las mujeres que tienen su primer hijo antes de los 30 es más probable que lleguen al tercero.
  • Reconocer socialmente la paternidad y la maternidad sin denigrar a quien decide quedarse en casa a cuidar de la prole ni marginar laboralmente en su regreso al mercado laboral.
  • Facilitar la adopción como alternativa para las parejas fértiles y para los embarazos inesperados.
  • Proteger los valores religiosos que sostiene la familia y su estabilidad, el sacrificio de la paternidad, la educación en valores y el respeto de los mayores.

El informe también hace referencia al fenómeno de la soledad no deseada como una auténtica “epidemia”. Es el fruto más amargo de la crisis de natalidad…

Y por supuesto, también aborda la inmigración como posible solución a la crisis de natalidad. Es verdad -apunta- que soluciona las necesidades laborales a corto plazo. Pero genera otros problemas: arruina todo el trabajo por construir una sociedad igualitaria generando nuevos guetos, genera problemas de convivencia, cohesión social y confianza en la comunidad e incrementa los índices de delincuencia y de inseguridad.

Además, la inmigración supone una descapitalización del talento en los países de origen. Una ‘fuga de cerebros’ que dificulta y retrasa el desarrollo de esos países. Y esto ocurre también en los países del Este o del Sur de Europa como España donde cada año salen cientos de miles de jóvenes al norte de Europa a buscar mejores alternativas profesionales, descapitalizando a los países de origen que sufren una sustitución poblacional con inmigrantes subsaharianos o hispanos.

Por último, el envejecimiento poblacional supone un reto para la sostenibilidad de los sistemas de previsión social y para el sistema sanitario ya que los mayores consumen muchos más recursos sanitarios que los jóvenes. En España, apunta el informe, el 80% de los medicamentos los consumen los mayores de 65 años que suponen el 17% de la población.

A todo esto hay que sumar el reto de disponer de personal cualificado suficiente para atender a toda esta población. En Austria, por ejemplo, el 33% de los médicos se jubilará en la próxima década y sin embargo está previsto que en el 2050 se necesite un 57% más de personal sanitario. ¿Estamos preparando y planificando esas necesidades?

La convivencia entre jóvenes y mayores es otro de los retos que tendremos que afrontar en el próximo futuro. Por eso el informe defiende el retraso en la edad de jubilación. Por equilibrio financiero y porque la esperanza de vida y el envejecimiento activo lo aconsejan y permiten.

Nos estamos jugando la pervivencia de nuestras sociedades como las hemos conocido. El reto demográfico es probablemente el principal reto que tenemos por delante. Sin población no hay nación, no hay progreso, no hay democracia, no hay geopolítica, no hay nada.

Este informe apunta a las causas y ofrece soluciones. Ya sólo queda aplicarlas…

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