Me imagino que, a esta altura, muchas personas han escuchado hablar alguna vez del Foro de Sao Paulo. Si no, para ponernos en contexto, me gustaría comentarles brevemente qué es. En primer lugar, es una convergencia de partidos y movimientos de izquierda latinoamericana y caribeña con 30 años de vida y acción, inspirados en la Revolución Cubana y Bolivariana –de hecho, este grupo tiene dentro de sus máximas «la defensa de la Revolución Bolivariana hasta sus últimas consecuencias»– y cuyo objeto es unificar y coordinar todas las luchas de la izquierda latina.
Efectivamente, esta organización, en la Declaración Final del XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo en Managua, el año 2017, sentenció: “Allí donde la derecha ha recuperado el gobierno, los pueblos están en pie de lucha”.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraAdicionalmente, esgrimieron: “Se requiere también de una modificación del discurso y del lenguaje político, basándolo en nuevos códigos, que incluyan un adecuado enfoque clasista, identitario y de género”. Agregaron: “No es posible una revolución verdadera si no va acompañada de una profunda revolución cultural y comunicacional”. Incluso, en un asunto de interés nacional para Chile, el Foro dictó: “Apoyamos a Bolivia en su reclamo de salida al mar con soberanía” –cuestión completamente resuelta por la Corte Internacional de Justicia a favor de Chile–.
Ahora, ¿Por qué traer a colación a esta organización? Bueno, recordemos el convulsionado año 2019 que se vivió en diversas latitudes: la “Ruptura Social” o protestas en Chile, el “Paro Nacional” o protestas en Colombia, y los acontecimientos posteriores por la muerte del afroamericano, George Flyod, o las protestas en EE. UU., entre otras.
Además, si ponderamos la presencia que tiene El Foro en Chile a través de Izquierda Ciudadana, Movimiento Amplio Social, Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Partido Comunista, Partido Humanista, Partido Socialista, Revolución Democrática, Partido País Progresista, etc. –todos con incidencia en los movimientos sociales, estudiantiles y, algunos, con participación institucional en el Congreso Nacional; en Colombia a través de Polo Democrático Alternativo, Unión Patriótica, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) –todos con representación en el Congreso Nacional–; e incluso, si recordamos la estrecha relación que Podemos, en España, ha mantenido con el régimen de Chávez, en su momento, y ahora con Maduro, pareciese recomendable no perder la pista a esta organización.
En esa misma línea, conviene tener a la vista la Declaración Final del XXV Foro de Sao Paulo en Caracas, el 29 de julio de 2019 (dos meses antes de la “Ruptura Social” en Chile):
La derecha internacional no cesa en sus planes subversivos; opera de forma articulada para fragmentar y/o debilitar nuestros Estados Nacionales. (…) Continuemos construyendo la más amplia unidad antiimperialista y anti-neoliberal, con respeto a la diversidad de los partidos y fuerzas políticas de izquierda y progresistas, de los movimientos sociales y populares que los unen, y los gobiernos de izquierda y progresistas para derrotar la ofensiva imperialista y la profundización y/o restauración del neoliberalismo. (…) Condenar enérgicamente el genocidio permanente que comete la ultraderecha gobernante en Colombia contra toda expresión organizada del movimiento social y popular. (…) Enfrentar de forma enérgica el avance de la derecha sobre nuestros pueblos. Así lo evidencian los gobiernos neoliberales reciclados, autoritarios y profascistas, como los de Bolsonaro en Brasil, Iván Duque en Colombia…
Asimismo, se interpela, rechaza o condena 17 veces a Estados Unidos o a la administración Trump, y se concluye con una referencia especial a Chile y Sebastián Piñera, a quién acusan de “garantizar en breve plazo mayores utilidades para el gran empresariado, todo esto a costa de retroceder en derechos sociales y laborales” y de “criminalizar y reprimir a la juventud y al movimiento estudiantil, y las políticas discriminatorias y racistas contra migrantes”.
¿Con lo anterior trato de vincular al Foro con los hechos de violencia, protestas y manifestaciones en los distintos países? No. De ninguna manera. No tenemos ni las herramientas ni las evidencias para sostener aquello. Solo deseo advertir tres cosas: la claridad –y honestidad– de los objetivos de esta organización, la amplia y profunda presencia que tiene en los diversos países, y que todo lo anterior es de público, notorio y sabido conocimiento. Así, vale la pena tenerle presente.