Los logros de las fuerzas de seguridad de España son incontables. Como suele ser costumbre, se informa mucho menos de lo que en realidad ocurre, generalmente con el objetivo de proteger las operaciones que llevan a cabo y que los terroristas no conozcan el modus operandi que acaba con sus planes.
En el último quinquenio (2013-2017), se han detenido en nuestro país 233 yihadistas y fallecieron ocho, los de la célula de Barcelona y Cambrils. En su mayoría son hombres (89,6%) y la franja de edad de los 18 a los 38 años supone el 68,1%. Un informe del Real Instituto El Cano cuyas fuentes son los sumarios, documentos judiciales, vistas orales de la Audiencia Nacional, informes policiales y notas del Ministerio de Interior, detalla la situación en la que nos encontramos en lo que a terrorismo yihadista respecto. Los datos son preocupantes: el enemigo está dentro y su número aumenta con las segundas generaciones de inmigrantes marroquíes.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa nacionalidad, un grave escoyo a la hora de hacer frente al problema
Del total de detenidos y muertos en los últimos cinco años, el 46% son de nacionalidad marroquí, mientras que el 37,9% son españoles. El 16,1% son de hasta 19 nacionalidades diferentes. De estas últimas, ocho son de países europeos, dos de países magrebíes, cinco de Hispanoamérica, dos de Oriente Medio y otras dos asiáticas.
Nos encontramos en una situación de casi igualdad estadística entre terroristas procedentes de Marruecos y los que tienen nacionalidad español (por haber pasado los diez años requeridos para la obtención de la nacionalidad o por haber nacido en suelo español). El 53% nació en Marruecos y el 29,5% en España. El segundo país europeo de donde más proceden es de Francia.
El caso de Marruecos es peculiar. Como señala el informe “la nacionalidad marroquí es formalmente irrenunciable, no existiendo tratado de doble nacionalidad con Marruecos y España”.
Desde mediados de los años 90 ya se empezaron a asentar en Cataluña algunas células terroristas
Hay casos concretos en los que el inmigrante rechaza la obtención de nacionalidad española como Ayoub Motchou, nacido en 1994 en Kenitra cuya familia se trasladó siendo él muy joven a Cataluña. Detenido a los 21 años tras una radicalización ‘exprés’, fue condenado en 2017 por adoctrinamiento terrorista. Nunca quiso obtener la nueva nacionalidad, al contrario que el resto de su familia.
La inmigración marroquí es una de las más numerosas en España. En 2015, “el 67,9% de los extranjeros residentes en España de países mayoritariamente musulmanes eran de nacionalidad marroquí”; un 67,7% había nacido en Marruecos.
Como señala El Cano, ciertos aspectos de la cultura del país vecino, habrían “hecho posible que sectores de la población como en concreto los jóvenes, se muestren especialmente receptivos a interpretaciones islamistas y combatientes de la noción de yihad o de la práctica del martirio”.
España exporta yihadistas
A finales de 2013, casi un 40% de los cerca de 800 yihadistas marroquíes que habían ido a combatir a Siria procedían de localidades como Ceuta y Melilla. Cataluña es también un foco de radicalización importante, siendo la Comunidad Autónoma que más inmigración musulmana tiene de todo el territorio. Según el último censo realizado por la Unión de Comunidades Islámicas de España, en esta región hay cerca de 516.000 musulmanes, más que votantes de la CUP, más que votantes de Podemos, más que votantes del PP, tantos como votantes tuvo el PSC en las últimas elecciones autonómicas.
Desde mediados de los años 90 ya se empezaron a asentar en Cataluña algunas células terroristas de grupos como Al Qaeda, el Grupo Islámico Armado argelino (GIA), el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y del Therik e Taliban Pakistan (TTO).
Las segundas generaciones contra la tierra de adopción
Pese a que en España la mayoría de la población marroquí es de primera generación (la que llega por primera vez a un país de adopción), sus hijos (segunda generación) están creciendo de una manera exponencial y son los que, en gran parte, más fácilmente manipulan las redes terroristas mediante la propaganda.
“Los que viven en España están a menudo sumisos en un complicado y delicado equilibrio entre que culturas que les hace propensos a tensiones de identidad”, señala el informe. “Su apego hacia el país donde han nacido o crecido es limitado, pero tampoco se identifican con el país de sus progenitores […] se encuentran fácil y recurrentemente expuestos a la propaganda yihadista a través de Internet y de las redes sociales”.
Es en estos ámbitos donde los encargados del reclutamiento de nuevos adeptos tienden sus redes y ofrecen una solución para sus problemas: “afirmar violentamente su identidad musulmana”.
Un ejemplo del esfuerzo que deben hacer los musulmanes cuando llegan a países occidentales es el de la prima de una joven detenida junto a otros dos hombres implicados en una trama de reclutamiento yihadista. “Considero que mi prima ha sido una víctima, quizá porque no tiene personalidad o porque sufre una carencia de identidad que todos hemos pasado y superado”, apuntó.
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