Imagen del padre Miguel Fernandez Krohn
Imagen del padre Miguel Fernandez Krohn

Fue el pasado 11 de enero del aun Año Nuevo de 2024 cuando, después de una larga y penosa enfermedad, en Rota (Cádiz) falleció el Padre Miguel Fernández Krohn.

Si hubiera que definir al personaje que hoy es nuestro invitado en estas páginas, diríamos lo siguiente: El Padre Miguel supo reunir en su persona tres importantes carismas: Sacerdote, político y militar.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

Suscríbete ahora

Complementando lo anterior, diríamos también que el Padre Miguel fue un patriota español que toda su vida estuvo enamorado de México.

El Padre Miguel Alfredo nació en Madrid el 30 de marzo de 1947 en el seno de una piadosa familia católica encabezada por sus padres don Juan y doña Julia.

Miguel se formó, pues, en el seno de una familia donde, gracias a que su padre era militar, se respiraba un ambiente de edificante austeridad que fomentaba que se llevasen a la práctica las mejores virtudes cívicas.

Ahora bien, un momento decisivo en la vida de Miguel se presentó cuando –siendo apenas un jovenzuelo- en la cripta de la iglesia de Santa Rita de Casia que los agustinos recoletos tienen en la calle de Gaztambide, algo llamó su atención: Allí, en medio de penumbras levemente disipadas por tenues luces de lámpara, se puede contemplar una pintura que es todo un mensaje: Un pequeño grupo de misioneros españoles desembarcando en una playa.

La pintura recuerda la llegada de los primeros agustinos a las Islas Filipinas.

A partir de ese momento el adolescente lo tuvo muy claro: Había nacido en su alma la vocación sacerdotal.

Y, fiel a ese llamado que le llegaba desde lo Alto, Miguel pidió ser admitido en la orden de los agustinos recoletos.

En el fondo de su alma, el joven novicio albergaba una esperanza: Que, al igual que aquel pequeño grupo de religiosos que llegaba a las Filipinas, algún día, también él pudiera ser enviado a tierras de misión.

El Cielo escuchó sus ruegos y fue así como, a los pocos meses de haber sido ordenado sacerdote, el 12 de octubre de 1973, el Padre Miguel pisaba tierras mexicanas.

Sí, el 12 de octubre, fiesta de la Hispanidad que recuerda la gran gesta misionera que España llevó a cabo durante más de medio milenio.

Una vez en México, después de visitar el Tepeyac para encomendarle su apostolado a la Virgen de Guadalupe, el Padre Miguel es enviado a Chihuahua, concretamente a la prelatura que los agustinos recoletos tienen en Madera.

Una prelatura enclavada en una zona áspera, paupérrima, de clima extremoso y en donde la mayoría de sus pobladores requieren de misioneros que les prediquen el Evangelio.

Durante varios años y, teniendo como obispo a Fray Justo Goizueta, O.A.R. el Padre Miguel se dedica en cuerpo y alma al apostolado que supone predicar y administrar los sacramentos.

Sin embargo, Fray Miguel fue aún más allá: Atendiendo a las peticiones que le hacían grupos de seglares comprometidos con la Iglesia, nuestro personaje les daba conferencias sobre diferentes temas no solamente religiosos sino también históricos, políticos y sociales.

Un apostolado fecundo puesto que es hoy el día en que importantes personajes de la política mexicana recuerdan con nostalgia aquellos tiempos y reconocen como su vocación cívico-política nació al calor de aquellas edificantes pláticas dadas por el Padre Miguel.

En julio de 1984, nuestro amigo regresa a España y logra incardinarse dentro de la Vicaría Castrense lo cual lo convierte en capellán del ejército español.

Al mismo tiempo, el Padre Miguel estudiaba y escribía siendo sus temas favoritos los relacionados con la Historia de México, un país que amaba de manera entrañable.

Fruto de tanto estudio e investigación fue un voluminoso trabajo sobre la Cristiada, trabajo titulado “Tensiones Iglesia-Estado en México. 1917-1982” que le mereció el doctorado en Historia.

Al mismo tiempo, el Padre Miguel obtuvo también el doctorado en Derecho Canónico.

Residiendo ya en España, el Padre Miguel no descuidó su vocación política y prueba de ello son los documentados expedientes integrados por recortes de periódicos en los que se analizaba la situación que vivían España y el resto del mundo.

El Padre Miguel ha partido ya de entre nosotros para presentarse ante ese Cristo Rey a quien dedicó lo mejor de su vida.

Conociendo como conocimos a tan ejemplar sacerdote, intelectual y político estamos seguros de que, en el momento de presentarse ante el Rey de reyes, Miguel no lo hizo con las manos vacías puesto que supo hacer fructificar al ciento por uno los incontables talentos que Dios le dio.

Comentarios

Comentarios

Abogado, historiador y periodista. Editorialista de el Heraldo de México (1973-2003). Colaborador de varias revistas mexicanas y españolas. Corresponsal en México de la revista Iglesia-Mundo (1981-1994). Autor de 'La cruzada que forjó una patria' (1976); 'Forjadores de México' (1983); 'Los mitos del Bicentenario' (2010) e 'Isabel la Católica. Su legado para México (2013).