En un breve pero contundente comunicado, divulgado el pasado 5 de abril, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana reconoce que los resultados de la reciente elección presidencial están bajo sospecha y exige que las autoridades respeten “el pleno derecho que tiene el pueblo de conocer la verdad”.
Afirman que “frente a los controvertidos resultados” las autoridades y demás instancias políticas “tienen la obligación de, en la más pulcra transparencia, entregar al pueblo las pruebas a favor de la veracidad de los resultados, o, en su defecto, las de su eventual falacia”.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl comunicado esta firmado por la secretaría general de la entidad y fue divulgado el mismo día en que Guillermo Lasso, el candidato opositor, presentó a la prensa las irregularidades con las que impugnará la elección así que sea notificado oficialmente de los resultados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Según el órgano Guillermo Lasso alcanzó 49 por ciento de los sufragios y el resultado podría considerarse “irreversible”
El CNE declaró vencedor de la elección presidencial del Ecuador, realizada en segundo turno el domingo 2 de abril, al oficialista Lenin Moreno con 51 por ciento de los votos. Según el órgano Guillermo Lasso alcanzó 49 por ciento de los sufragios y el resultado podría considerarse “irreversible” porque habían sido computadas 99.65 por ciento de las actas.
Aunque Juan Pablo Pozo, presidente del CNE, consideró el proceso “impecable” hay irregularidades a los que debe responder. La oposición denunció un padrón electoral inflado, actas con inversión de votos, un “apagón electoral” de casi media hora que modificó los resultados computados y un vídeo circulando en las redes sociales con militares retirando cajas por la azotea del Consejo.
Los obispos ecuatorianos enfatizan que la autoridad electoral, respaldada por el Gobierno nacional, “tiene el deber de asegurar a la parte política que se sienta afectada todas las facilidades para impugnar los mencionados resultados y de acudir, sin exclusión alguna, a las instancias legalmente previstas para hacer valer sus razones”.
La paz está en peligro
Para los obispos la crisis política, “fruto de los resultados electorales proclamados”, pone en riesgo la unidad del país. “¡La paz — dicen — está realmente en peligro!”.
Los prelados piden que se establezca de inmediato un diálogo que permita “el pleno esclarecimiento de la verdad” para que “la calma y a la tranquilidad en las calles de nuestras ciudades” pueda ser restablecida.
Y apelan a que, ni el gobierno ni la oposición, echen mano al recurso de la violencia pues “jamás será el camino para la paz, el desarrollo y la democracia”.