La expresión corporal, la indumentaria y la voz no son detalles menores si se quiere ganar un debate ante la cámaras. Por muy interesante que sea el contenido el resultado final puede resultar poco convicente si no le acompaña la forma de comunicarlo.
Es lo que explica el profesor de Oratoria y Comunicación Paco Grau. Este consultor, que ha enseñado a hablar en público a centenares de directivos de empresas, analiza en su blog el debate electoral organizado por Atresmedia, diseccionando la comunicación corporal de los tres candidatos a la presidencia y de la vicepresidenta del Gobierno.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraSegún este consultor, en cuanto a la indumentaria el único que destacó fue Iglesias, y no por su buen aspecto. El candidato de Podemos lucia camisa remangada y pantalones vaqueros, y según pasaba el tiempo se le marcaba el sudor en las axilas.
A la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría su baja estatura le restó prestancia. Aunque el aspecto desaliñado del podemita era sin duda mucho peor, encorvado y más bien feo.
La comunicación corporal de los tres varones falló en algún aspecto. El más destacado fue el continuo parpadeo de Iglesias, que incluso llegó a mirar al suelo en varios ocasiones, lo cual en comunicación siempre es contraproducente.
El balanceo de Sánchez y Rivera era una señal clara de nerviosismo
Sin embargo, otro aspecto negativo fue el balanceo del socialista Pedro Sánchez y del candidato de Ciudadanos Albert Rivera. Ambos mostraron nerviosismo con su vaivén de piernas que no solo se veía reflejado cuando hablaban, sino también en los planos largos. En este sentido, Soraya y Pablo transmitían más serenidad.
Otro de los elementos que utilizaron fue la sonrisa. Sin lugar a duda, en este aspecto el que se llevó la palma fue Pedro Sánchez y no de manera positiva. Y en el caso de Iglesias resultó contradictorio que, en su despedida, pidiera a los españoles una sonrisa cuando él tendía a fruncir el ceño.
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