Los objetivos principales de Planned Parenthood para empezar su campaña pro abortista son los ochos estados de Arizona, Florida, Michigan, Minesota, Nevada, Ohio, Pensilvania y Wisconsin.
Según un comunicado de la empresa, “las organizaciones políticas y de defensa llevarán a cabo actividades para influir en la Cámara de Representantes, al Fiscal General y a los poderes legislativos”.
La presidenta de la organización, Cécile Richards, ya informó de su renuncia el próximo mayo y todo parece apuntar a que ha decidido ‘tirar la casa por la ventana’ en la que es la mayor campaña de lobby de su historia en este período legislativo.
Los millones de dólares para comprar conciencias han funcionado con algunos políticos
Las investigaciones del FBI por el supuesto tráfico de órganos y bebés abortados han hecho mucho daño hasta la ahora intocable multinacional abortista. Esta campaña responde a esa acción de las fuerzas de seguridad para intentar revertir la situación.
En Arizona parece tener vía libre después de que el republicano Trent Franks dimitiera después de que salieran a la luz unos comentarios a un miembro de su personal.
En Pensilvania apoya al candidato demócrata Tom Wolf frente al republicano Scott Wagner.
En Nevada, el republicano Dean Heller se ha decantado por continuar financiando a Planned Parenthood para seguir ocupando su puesto. Los millones de dólares para comprar conciencias han funcionado aunque en septiembre de 2017 apoyase la suspensión del Obamacare.
Mientras tanto, la organización pro vida Students for Life of America (Estudiantes de América por la Vida en español) intenta contrarrestar los avances de la multinacional abortista solicitando el apoyo a senadores en West Virginia, Ohio, Pensilvania, Indiana y Kentucky.
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