Imagen referencial. /FreePik
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El centrista es ese señor o señora que siempre piensa que ninguna noticia es mala, que asegura que la economía es lo más importante y que está convencido de que Pablo Iglesias ya es razonable porque habla con Ana Botín en vez de nacionalizarle el banco. Sin embargo, acaba de caerse de la silla con el plan del PSOE y de Podemos, ambos dos juntos, para apoderarse del Poder Judicial como si fuera RTVE.

Nada más formarse el Gobierno entre el PSOE y Podemos, con el voto a favor de partidos tan progresistas como el PNV y ERC, empezó a correrse la consigna de que los poderes fácticos nacionales y quizás extranjeros iban a desencadenar una ‘lawfare’, es decir, una ‘guerra judicial’, contra Pedro y Pablo, como la que sufrían los desdichados y corruptos Lula da Silva y Cristina Fernández de Kirchner. El viejo truco de acusar al adversario de lo que vas a hacer tú.

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Después de varias campañas canallescas contra los jueces que se atrevían a levantar un papel contra el Gobierno, sea por los más de 50.000 muertos por la pandemia, sea por la manipulación de Pablo Iglesias con la tarjeta del móvil de su colaboradora Dina Bousselham para presentarse como víctima de una conspiración de los servicios secretos, que han incluido amenazas de muerte por parte de admiradores de Lenin y del Che, el Gobierno ‘de pogreso’ ha recurrido a su ‘lawfare’.

Podemos puso en circulación la palabra ‘lawfare’ para preparar sus campañas contra los jueces que les molestaran

Como el PP, quizás por miedo a perder más votos hacia Vox, se niega a pactar un nuevo reparto de cargos en el Consejo del Poder Judicial (CGPJ), el PSOE y Podemos han registrado una proposición de ley para eliminar de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) el requisito de los 3/5 de las Cámaras de las Cortes en la elección de doce de los veinte vocales.

La prueba de que los rojos y los morados van a por todas es que emplean la forma de la proposición de ley, en vez de al anteproyecto, de manera que se evitarán los latosos informes del Consejo de Estado, del Consejo Fiscal y del mismo CGPJ.

El Gobierno del también socialista Felipe González ya se cargó en los 80 el CGPJ al retirar a los jueces la facultad de escoger a doce de los veinte vocales, mediante otra reforma de la LOPJ, que se la cedió a las Cortes con el requisito de que lo hiciesen por una mayoría de tres quintos. Cuando el Tribunal  Constitucional aceptó (de manera vergonzosa) esa modificación, al menos subrayó en su STC 108/1986 la importancia de la mayoría cualificada para asegurar cierta independencia en los nombrados.

La izquierda quiere apoderarse del Poder Judicial como si fuera RTVE

Si bien es cierto que durante las décadas siguientes el PSOE, el PP, Izquierda Unida, PNV y CiU se repartieron los escaños con juristas de sus cuadras, también lo es que la supresión de ese requisito convertiría al CGPJ en prolongación del Gobierno de turno, que en este caso es un Gobierno de hipócritas.

Cuando estaban en la oposición, PSOE y Podemos reclamaban la despolitización de CGPJ y de los tribunales, como demuestran los tuits que mostramos. Sánchez le echaba en cara a Iglesias que pretendiera tener a sueldo a los jueces y fiscales. Ahora que los dos mandan, quieren que los togados sean sus marionetas. Por de pronto, ya controlan la Fiscalía por medio de Lola Delgado.

Tuits de Pedro Sánchez y de Podemos cuando estaban en la oposición y aseguraban que querían despolitizar el CGPJ.

Y entre las contradicciones no es menor la de los morados que hace unos años rodeaban el Congreso al grito de “¡No nos representan!” y ahora quieren convertirlo en una cámara convencional que nombre y destituya a todos los cargos públicos con la excusa del ‘poder popular’.

Vivimos en el reino de la mentira. Y a los votantes de izquierdas eso les entusiasma.

Cuando estaba en la oposición, Sánchez prometía “despolitizar” el CGPJ para “regenerar la democracia”

Curiosamente, la asociación de Jueces para la Democracia, por lo general tan parlanchina, no ha dicho ni mu. Sus miembros, ¿están anonadados por este ataque a las reglas básicas del sistema político o están pendientes del reparto de nombramientos que se avecina?

Para mí, no puede haber más reforma que volver a la primera aplicación de la LOPJ: ocho vocales los escogen las Cortes (¡qué remedio!) y los otros doce los miembros de la carrera. Los tribunales no pueden repartirse entre los partidos políticos, porque ya estamos viendo las consecuencias.

De todo este barullo hay varias conclusiones que los moderados deberían sacar.

La primera: se ha extinguido, si alguna vez existió, esa especie del ‘socialista moderado’, el socialista responsable que ante las locuras y los abusos frenaría a Sánchez, como antes a Rodríguez Zapatero.

¿Qué más le tiene que hacer el PSOE a los españoles para que sus votantes decidan abandonarlo o al menos se quejen?

La segunda: se constata que el PSOE es el verdadero virus de España. Es el partido que nos ha conducido a varias recesiones económicas como en los años 30 nos condujo a la guerra civil, el partido más corrupto de Europa, el partido que recurrió al terrorismo de Estado (los GAL), el partido que está dispuesto a pactar con proetarras con tal de mantenerse en el poder, el partido que quiere eliminar la libertad de debate… Podemos es sólo el poli malo en esta pareja.

Y la tercera, más que conclusión pregunta: ¿qué le tiene que hacer el PSOE a los españoles y a las libertades para que sus votantes decidan abandonarlo, como en Francia o Alemania o Italia? Son como ese perro apaleado que regresa siempre a la casa de su amo.

Para los centraditos y moderaditos que justifican su inacción con el Tribunal Constitucional les recuerdo que esos magistrados políticos avalaron las leyes de violencia de género que establecen la discriminación del varón y, además, que desde hace diez años se niegan a fallar el recurso contra la ley del aborto.

Al final, la existencia de los derechos y la libertad depende de la voluntad del político… y de la resistencia del ciudadano.

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