Un joven votante muestra su apoyo a Donald Trump /EFE
Un joven votante muestra su apoyo a Donald Trump /EFE

A diferencia de otras veces, voy a explicar por qué prefiero a Donald Trump antes que a Joe Biden en un solo párrafo, sin argumentaciones esnobs ni complicaciones retóricas, como si estuviese de tapas, con una gélida cerveza en la mano.

En numerosas ocasiones, es necesario saber defender lo esencial en menos de un minuto, y esto es lo que precisamente, en este instante, quiero fomentar.

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Prefiero a Donald Trump antes que a Joe Biden porque el primero aboga por la defensa de la vida de los no nacidos, por su oposición a la ideología de género, porque nada a contracorriente de la moral progre imperante, porque es un contrapoder de la tiranía del pensamiento único y porque es un ariete de resistencia contra la dictadura de lo políticamente correcto. Es la antítesis de un modelo de sociedad que no concuerda con mis principios más elementales.

En cambio, su rival es un ferviente partidario del aborto (sobre todo, su vicepresidenta, Kamala Harris, que llegó a votar ‘sí’ a abortar hasta el nacimiento), un telepredicador de las doctrinas de género y un sumo sacerdote de la moral progre del establishment.

Es cierto que el estilo de Donald Trump no termina de convencerme, que, en más de una ocasión, provoca polémicas innecesarias, que, en algunos puntos de su programa, debería atemperarse un poco, y que se podría morder su fogosa lengua con relativa asiduidad.

Sin embargo, nada a contracorriente de lo que menos soporto, que es ese statu quo de corte progresista que arrambla con el sentido común y con las verdades más elementales del hombre.

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Escritor por vocación y amor a las causas nobles. Mi licenciatura en Derecho no me ha impedido dedicarme profesionalmente al periodismo durante una temporada de mi vida, oficio que desempeñé en Intereconomía, casa en la que blandí la pluma, con más fuerza que la espada, cerca de 4 años. En el presente, no vivo solamente de escribir, sino de otros menesteres, al igual que Cervantes, pero es una afición que sigo cultivando como colaborador en diversos medios de comunicación y a través de mi blog, El Despacho de Don Pepone, el cual goza ya de más de 1 millón de visitas