Felipe VI en un acto oficial, observado por Pedro Sánchez /EFE
Felipe VI en un acto oficial, observado por Pedro Sánchez /EFE

Felipe VI comienza 2021 con el trono asentado sobre una carga de dinamita maquillada de “buenas intenciones”. Sánchez se destapa cada día más como un radical al que azuzan además sus socios comunistas y los partidos que le sostienen: todos conjurados por su odio a la familia real y el afán de convertir España en una república fragmentada en pequeñas naciones.

El plan de Pedro Sánchez es una ley de Monarquía, que sentará las bases (aunque no lo digan) para derrocar a Felipe VI y avanzar en su proyecto ideológico manteniendo los apoyos de Iglesias y el separatismo. ¡Y quiere atraer a ese proyecto al Partido Popular disfrazándolo de palabrería engañosa!

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Es cierto que Pablo Casado ha respondido a esta insolencia del Gobierno afirmando que solo se sentará a negociar esta ley de Monarquía “siempre que sirva para reforzar a la Corona”. ¿Reforzar la Corona?

Pablo Casado es un ingenuo si cree que puede reforzar la monarquía sentándose a la mesa con partidos que no han ocultado jamás su deseo derribar a Felipe VI, como Podemos, ERC y Bildu (los pistoleros etarras incluso intentaron matar a su padre, el entonces rey Juan Carlos I).

¿Qué clase de refuerzo de la Monarquía va a pactar Casado con Sánchez que no sea su destrucción,el cambio constitucional y la ruptura del régimen del 78? Ayúdame a despertar a Pablo Casado de esta pesadilla en la que se ha metido él solo.

El proyecto cesarista de Sánchez no incluye al rey. Más bien le estorba. Los desaires y desplantes de este último año demuestran a las claras que Felipe VI, como símbolo de la unidad nacional, es una piedra en el zapato de su ambición política y personal.

Si Casado pica, 2021 puede acabar con un Felipe VI maniatado, sometido al capricho ideológico de Sánchez y sus socios, y el camino allanado para la tercera república

Por si fuera poco, todo lo que toca Sánchez acaba sometido al corrosivo de su ideología totalitaria: Somete a los jueces para ponerlos al servicio del Gobierno (Fiscalía en manos de Delgado, intento de control del CGPJ), somete a los padres y educadores para poner la escuela al servicio de los dogmas del partido (ley Celaá); mercadea con los filoetarras acercando presos, con los golpistas anunciando indultos…

La lista de mentiras es inabarcable, en un solo año. Es un personaje corrompido por la falsedad y la traición.

Su intento de atraer al PP al debate de la Monarquía es solo un ardid y si Casado pica, 2021 puede acabar con un Felipe VI maniatado, sometido al capricho ideológico de Sánchez y sus socios, y el camino allanado para la tercera república. Ayúdame a que Pablo Casado entre en razón.

¡Feliz año, y viva el Rey!

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