Al mismo tiempo que agonizaba 2024, agonizaba también y moría, a los cien años de edad, James Carter, quien fuera presidente de los Estados Unidos entre 1977 y 1981.
James Carter, más conocido como Jimmy Carter, fue un personaje a quien han intentado adornar con una aureola de prestigio que no corresponde a la realidad.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl hecho de que le hayan concedido el Premio Nobel nada nos aclara pues también se lo concedieron a Barack Obama cuando nada importante había hecho por la sencilla razón de que apenas estaba iniciando su mandato.
El político demócrata Jimmy Carter llegó a la Casa Blanca en enero de 1977 debido al desprestigio en que había caído el Partido Republicano debido al caso Watergate, la renuncia de Richard Nixon y las torpezas de Gerald Ford.
Durante los cuatro años que Carter ocupó la presidencia, se distinguió por una serie de políticas que acabaron debilitando a Occidente y favoreciendo el avance comunista que en aquel entonces promovía la Unión Soviética.
Entre esas torpezas –que muchos consideran traiciones- se encuentran el que haya presionado para que el anticomunista boliviano Hugo Banzer, abandonase la presidencia dejando a Bolivia a merced de la demagogia y de militares implicados con bandas narcotraficantes.
En enero de 1979 le retiró su apoyo al Shá de Persia, Mohamed Reza Pahlevi, quien había sido un incondicional aliado de Occidente.
Tras la caída del Sha, se produjo un caos de tales dimensiones cuya consecuencia inmediata fue que los islamistas radicales tomasen el poder en Irán.
Fue a partir de entonces, con el ayatolá Khomeini que Irán retrocedió cientos de años y que la desestabilización contagiase a los países vecinos.
El islamismo radical, cuya principal característica es el terrorismo, es consecuencia de la caída del Sha a quien Carter abandonó a su triste suerte.
Un terrorismo internacional promovido por los islamistas que dio sus primeros frutos amargos tras el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York en septiembre de 2001.
También en Hispanoamérica se dejó sentir la nefasta influencia de Carter.
Concretamente, fue en Nicaragua donde, debido a que Carter le retiró su apoyo al dictador Anastasio Somoza, que los sandinistas tomaron el poder creando un problema que aún perdura.
Ciertamente que Somoza era un dictador que debía ser no solamente derrocado sino incluso sometido a juicio. Sin embargo, Carter bien pudo haber presionado para que el dictador abandonase el poder y en Managua se instalase un gobierno que convocase a elecciones democráticas.
Nada de eso hizo Carter. Provocó la caída de Somoza y en todo momento favoreció el avance castro-sandinista no solamente en Nicaragua sino también en El Salvador.
Fue de tales dimensiones el desprestigio de un Carter causante de una grave crisis económica en su país que las elecciones presidenciales de noviembre de 1980 las ganó Ronald Reagan por abrumadora mayoría.
A partir de entonces Jimmy Carter –una vez cumplida su misión- se retiró de la política activa para dedicarse a una serie de actividades ecológicas de bajo perfil.
No obstante le dieron el Premio Nobel quizás como pago a una serie de torpezas que muchos consideran traiciones.
En cambio, San Juan Pablo II quien fuera un auténtico luchador por la paz en todo el mundo, llegando incluso a impedir una guerra entre Chile y Argentina, jamás recibió dicho galardón.
Repetimos: Muchos de los problemas actuales –dictadura nicaragüense y terrorismo islámico en gran parte del mundo- en gran parte se originaron durante el gobierno de un Carter a quien pretender presentar como un modelo a seguir.