El pasado 11 de febrero, el Congreso de los Diputados tomó en consideración la Proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia a propuesta del Grupo Parlamentario Socialista. Se trata de la primera ley de calado ideológico del Gobeirno de coalición socialcomunista sostenido por los partidos secesionistas, incluidos los herederos de ETA.
Tres días después, la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), junto a la Asociación Española de Enfermería de Cuidados Paliativos, emitía un comunicado en el que denunciaba que «los cuidados paliativos son un derecho, pero no una realidad» para quienes los necesitan.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraRafael Mota, médico internista con casi tres décadas de experiencia profesional, es presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos desde 2016. Asegura que el debate sobre la eutanasia no le compete a la SECPAL «como sociedad científica» y no entra a valorar el hecho de que el Gobierno haya puesto la ley de eutanasia en el primer puesto de las que quiere acometer durant esta legislatura.
Sin embargo, sí se muestra contundente a la hora de separar los cuidados paliativos de la eutanasia –«No tienen absolutamente nada que ver»– y de reivindicar la necesidad de una Ley de Atención al Final de la Vida o una Ley de Cuidados Paliativos que recoja tanto las necesidades de las personas con enfermedades avanzadas o en la fase final de la vida como de los profesionales (médicos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales). Y eso que, presume, «los que ejercen los cuidados paliativos en España están al más alto nivel».
¿Cómo
valora que el Gobierno quiera que su primera ley destacada de esta legislatura
sea una que legalice la eutanasia?
SECPAL es una sociedad científica que fundamentalmente se encarga de promover los cuidados paliativos como una forma de atención a personas con enfermedades crónicas progresivas y avanzadas asociadas a un elevado sufrimiento, y su objetivo es aliviar este sufrimiento y el de sus familias a través de equipos multidisciplinares específicos formados por médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales, entre otros profesionales, para tratar de mejorar su calidad de vida.
La ley que se va a tramitar en el Parlamento para regular la eutanasia afronta la situación de aquellas personas que, ante un sufrimiento extremo, prefieren dar por finalizada su vida, pero desde SECPAL consideramos que el debate sobre la eutanasia no nos compete a nosotros como sociedad científica, sino a la comunidad y a sus representantes políticos y legisladores. Nosotros nos dedicamos a cuidar a las personas y a tratar de aliviar su sufrimiento hasta el final de sus vidas.
Por ello, como representante de una sociedad científica de profesionales que se dedican a los cuidados paliativos, no puedo valorar que el Gobierno quiera que ésta sea su primera ley o una ley destacada en esta legislatura. A nosotros lo que sí nos gustaría es que una prioridad fuera una Ley de Atención al Final de la Vida o una Ley de Cuidados Paliativos.
«Desde los cuidados paliativos tratamos precisamente de ‘dar vida en el final de la vida’: aliviamos el sufrimiento, aliviamos el dolor, acompañamos emocionalmente…»
Algunos definen la eutanasia como un cuidado paliativo más ¿está de acuerdo?
Claramente no. No tienen absolutamente nada que ver. En los cuidados paliativos nos dedicamos a cuidar y a aliviar el sufrimiento de la gente hasta el final. La eutanasia es otra cosa.
¿Cuáles serían los puntos esenciales de una legislación sobre cuidados paliativos acorde con las necesidades actuales?
En primer lugar, que sea una ley que recoja realmente las necesidades de las personas con enfermedades avanzadas o en la fase final de su vida; que sea una ley presupuestada; que promueva los Cuidados Paliativos y la creación de equipos de cuidados paliativos en todos los ámbitos asistenciales, tanto a nivel domiciliario y hospitalario como en centros de media y larga estancia; que pueda dar cobertura suficiente y garantizar la equidad para que cualquier persona, en cualquier rincón de España, pueda recibir una buena atención en el final de sus días.
También debe ser una ley que contemple el reconocimiento de los profesionales de cuidados paliativos como una forma de garantizar la formación homogénea en todo el territorio español; que recoja medidas de apoyo a las familias que están pasando por esta situación…
Al igual que tenemos perfectamente “integrado” lo necesarias que son las ayudas a los padres cuando nace un hijo, creemos que también se deben tener muy en cuenta las necesidades y el apoyo a las familias cuando viven en un hogar en el que una persona está enferma y en una situación de final de vida muy avanzada.
Los partidarios de la eutanasia hablan de «muerte digna». ¿Pueden los cuidados paliativos aportar una vida digna hasta el final, hasta la muerte?
Desde los cuidados paliativos tratamos precisamente de “dar vida en el final de la vida”: aliviamos el sufrimiento, aliviamos el dolor, acompañamos emocionalmente al paciente y a sus familiares, hacemos un abordaje integral en todas las esferas de la persona, la biopsicosocial y espiritual…
Por eso, en los cuidados paliativos integramos a profesionales de diversas disciplinas, como pueden ser médicos, enfermeras, psicólogos, trabajadores sociales e incluso asesores espirituales, un conjunto de profesionales que intenta poner en el centro de la atención a la persona para que se puedan cubrir todas las necesidades que tiene en esa fase de final de vida.
¿Qué opinión le merecen las encuestas sobre eutanasia que se están realizando en algunos colegios de médicos, tan criticadas desde algunos ambientes por su configuración y tendenciosidad?
Realmente no tengo criterios suficientes para responder a esta pregunta, dado que no sé cuál es la metodología que se ha seguido para su elaboración ni conozco su rigor científico, por lo que no puedo opinar al respecto.
¿Es suficiente la formación sobre cuidados paliativos que se imparte en España? ¿Sería necesaria una especialidad de cuidados paliativos?
En España existen numerosos másteres impartidos por diversas universidades que son de un alto nivel científico y formativo, pero se trata de opciones que ofrecen la posibilidad de formarse al profesional que estima conveniente hacerlo por su compromiso personal con la “autoformación”.
Por supuesto, es importante destacar que, si bien los recursos son escasos y necesitaríamos muchísimos más profesionales, los que ejercen los cuidados paliativos en España están al más alto nivel académico y científico, de los mejores de Europa.
En cuanto a la “especialidad”, nos gustaría que se desarrollara un Área de Capacitación Específica (ACE) para que se pueda homogeneizar y garantizar la formación de aquellos profesionales que se quieran dedicar a los cuidados paliativos. Sería algo similar a la formación MIR, pero al ser un Área de Capacitación Específica se accedería a través de otras especialidades. Además, no solo demandamos que se considere la capacitación específica de Cuidados Paliativos en Medicina, sino también en Enfermería, Psicología y Trabajo Social.
«Contra el dolor y el sufrimiento, el derecho a los cuidados paliativos»
¿Están convenientemente atendidas todas las personas que necesitan cuidados paliativos?
Evidentemente no. La cobertura de la atención paliativa en España deja mucho que desear; hay muchos lugares donde no existen cuidados paliativos específicos o especializados, y dependiendo del lugar donde uno viva puede recibir unos buenos Cuidados Paliativos especializados o no tener acceso a ellos.
Por supuesto, es preciso recordar que los cuidados paliativos no solo se prestan desde equipos específicos (que están dirigidos a los pacientes que se encuentran en situación de mayor complejidad y vulnerabilidad), sino que también se proporcionan desde Atención Primaria y otros servicios hospitalarios, como Oncología o Medicina Interna.
Nuestras reivindicaciones se centran en que existan suficientes equipos de Cuidados Paliativos específicos que puedan apoyar a la Atención Primaria a nivel domiciliario y, en los servicios hospitalarios, unidades específicas para aquellas situaciones de gran complejidad que necesitan de un apoyo más especializado.
¿Suscribe la frase «contra el dolor, morfina y contra el sufrimiento, amor»?
En realidad, el dolor lleva inherente un sufrimiento. Yo diría: contra el dolor y el sufrimiento, el derecho a los cuidados paliativos.