Fidel Pagés, el médico que descubrió la anestesia epidural.
Fidel Pagés, el médico que descubrió la anestesia epidural.

«¿Tanto tenemos de que avergonzarnos? ¿Somos como se nos pinta y aún peor? ¿Hemos sido incapaces de dar un legado al mundo que no sea del odio?».

Tras plantearse estas preguntas el politólogo y experto en Ayuda Humanitaria, Javier Santamarta del Pozo, decidió escribir el libro ‘Siempre tuvimos héroes’ (Editorial Edaf) con el que muestra los grandes hitos que han marcado la historia del humanitarismo en España desde 1085 hasta 1971.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Actuall ha recopilado algunos de estos testimonios:

1. Fidel Pagés, el médico que descubrió la anestesia epidural

Pagés se licenció en Medicina en la Universidad de Zaragoza en 1908, y ese mismo año superó las oposiciones para ingresar en el Cuerpo de Sanidad Militar. Así en julio de 1909 fue enviado a Melilla para dar asistencia en la guerra que por entonces enfrentaba a España y Marruecos.

En 1923 crea la anestesia epidural, medicamento que se le suministra a las mujeres durante el parto para reducir el dolor de las contracciones.

Pagés llegó a tiempo de hacerse cargo de las numerosas bajas ocasionadas por los rifeños en el Desastre del Barranco del Lobo. Aquella primera experiencia como médico de guerra sería decisiva y le impulsaría a buscar métodos eficaces y seguros con los que proporcionar anestesia a los soldados heridos que había que intervenir quirúrgicamente.

Fidel Pagés, el médico que descubrió la anestesia epidural
Fidel Pagés, el médico que descubrió la anestesia epidural

A su vuelta a la península seguía interesándose por el alivio del dolor. Por entonces, los métodos anestésicos eran muy escasos. Lo que Pagés hizo fue detener la aguja en la punción por lo que la anestesia bloqueaba las terminaciones nerviosas de la zona concreta. De esta manera, en 1923 crea la anestesia epidural, medicamento que se le suministra a las mujeres durante el parto para reducir el dolor de las contracciones.

2. Salazar y Frías, el sacerdote que salvó a las mujeres de la hoguera

Alonso de Salazar y Frías, un sacerdote español, salvó de morir en la hoguera a un grupo de mujeres acusadas de brujería. Lo hizo escribiendo un libro.

Alonso de Salazar y Frías votó en contra de la condena a la hoguera de María de Arburu por falta de pruebas

Y es que julio de 1610 llegó al tribunal de Logroño donde los inquisidores Alonso Becerrra Holguin y Juan del Valle Alvarado ya tenían abierto un gran proceso por brujería. El proceso se inició cuando una María de Ximildegui afirmó haber participado en aquelarres.

En junio de 1610 los inquisidores acordaron la sentencia de culpabilidad de veintinueve de los acusados. Sin embargo, Alonso de Salazar y Frías votó en contra de la condena a la hoguera de María de Arburu por falta de pruebas.

Las brujas de Zugarramurdi
Las brujas de Zugarramurdi

Tras las numerosas dudas surgidas durante el proceso judicial, el Consejo de la Inquisición ordenó a Salazar que visitara las montañas de Navarra para encontrar testimonios de primera mano. En un informe al Inquisidor General escribió que no había encontrado un solo testimonio que demostrase los casos de brujería.

Así, tras la revisión de los casos, Salazar se arrepintió completamente de la sentencia que él también había firmado al considerar que se había cometido una «terrible injusticia«. En 1614 la Suprema promulgó una serie de criterios, basados en las recomendaciones dadas por el sacerdote, y que formaron la base de la jurisprudencia posterior en la materia.

3. Vietnam y la primera misión de paz moderna 

En total más de cincuenta médicos y sanitarios españoles viajaron hasta Vietnam en plena guerra en septiembre de 1966 para prestar ayuda a los civiles en un viejo hospital de Gò-Công, pequeña ciudad del delta del Mekong, de unos 30.000 habitantes. Estuvieron allí hasta octubre de 1971.

Fue una misión tan secreta que los militares desplegados llegaron a enviar una nota al periódico ABC

Fue una misión tan secreta que los militares desplegados llegaron a enviar una nota al periódico ABC que apareció publicada la Nochevieja de 1966 en la que se podía leer: «La faena es dura, y los enfermos y heridos muchos, los medios no son muy abundantes. ¡Vietnam está en guerra, Señor! […] En Gò Công, un pequeño pueblo de Vietnam del Sur, es donde están estos doce españoles haciendo algún bien».

Militares españoles a la entrada de la misión en Gò-Công
Militares españoles a la entrada de la misión en Gò-Công / ABC

A las consultas acudían enfermos de tuberculosis, mutilados, heridos por explosiones y bombardeos, muchas madres con niños enfermos de difteria, parasitosis intestinales, disentería y diarrea, entre otros muchos.

4. Duquesa de la Victoria, una dama enfermera dedicada ayudar a los más necesitados

Carmen de Angoloti y Mesa, Duquesa de la Victoria, nació en Madrid en 1875 y su título le venía de su marido Pablo Montesino Fernández-Espartero. 

Duquesa de la Victoria, una dama enfermera dedicada ayudar a los más necesitados
Duquesa de la Victoria, una dama enfermera dedicada ayudar a los más necesitados

Fue una gran mujer que entregó su vida en cuerpo y alma a ayudar a los más necesitados. Se hizo Dama Enfermera de la Cruz Roja en 1920 cuando la reina creó un cuerpo de enfermeras, profesionales y voluntarias. Angoloti entró a trabajar en el Hospital de San José y Santa Adela.

el Congreso y el Senado se hicieran eco de su labor humanitaria en 1921

Al conocer la tragedia desencadenada en Marruecos, que pasó a la historia como el Desastre de Annual por la cantidad de bajas militares, decidió viajar a Melilla en agosto de 1921. Lo hizo acompañada de una expedición de enfermeras voluntarias y permanecieron hasta 1925.

A su vuelta permaneció en el hospital de San José y Santa Adela hasta el 31. Su esfuerzo y dedicación hicieron que en octubre de 1921, el Congreso y el Senado se hicieran eco de su labor humanitaria que hasta poco antes de morir en 1959 continuaba regentando los 27 hospitales de la Cruz Roja.

En concreto, el diputado socialista Indalecio Prieto señaló: “Conozco en esta guerra un heroísmo ante el cual me hincaría de rodillas, y es el de unas damas que, sea cual fuere su alcurnia; una conciencia honrada como la mía no puede pasar en silencio. Me refiero a ese grupo pequeño, diminuto, ínfimo, capitaneado por esa heroína que se llama duquesa de la Victoria. Es el único heroísmo español del cual he sido testigo, el único que me siento con valor para exaltar aquí; pero con la exaltación tiene que ir la honda lamentación, entre lágrimas, de que sea un puñado tan escaso, cinco, seis u ocho mujeres, las que andan atendiendo a los heridos, clavando los féretros, amortajando los cadáveres”.

5. Médicos militares y civiles batallando contra la viruela

En mayo de 1980 se dio por erradicada la viruela, pero su historia comenzó mucho antes. Se logró gracias al médico alicantino Francisco Javier Balmis que ideó un sistema para que la vacuna llegara de España a América y convenció a Carlos IV para que lo financiara.

Corbeta María Pita zarpando de uno de los puertos del Caribe (1803-1804). / Grabado de Francisco Pérez (BNE)
Corbeta María Pita zarpando de uno de los puertos del Caribe (1803-1804). / Grabado de Francisco Pérez (BNE)

El hecho fue bautizado como Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, que partió de A Coruña el 30 de noviembre de 1803 y que pretendía vacunar a miles de personas contra la viruela.

Balmis convenció a Carlos IV de la importancia de financiar el traslado de la vacuna a América

Para conseguir tal objetivo, Balmis planteó que 22 niños transportaran en su propio cuerpo el virus, que se les iba inoculando para mantenerlo vivo. La expedición llegó a Puerto Rico en febrero de 1804 y desde allí se trasladó a Venezuela, Cuba, México, Filipinas, etc. Esta iniciativa logró salvar la vida de miles de personas. 

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