Santiago Abascal interviene en la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados el 3 de diciembre de 2019 /Vox-Alberto Cuéllar
Santiago Abascal interviene en la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados el 3 de diciembre de 2019 /Vox-Alberto Cuéllar

“Invitamos a todos los diputados y a todos los grupos de todos los partidos, a todos aquellos que crean que aún estamos a tiempo de evitar que España caiga en la ruina, en la muerte y la opresión que ustedes nos traen”. Con estas palabras anunció Santiago Abascal la moción de censura contra Pedro Sánchez. Será el primer gran asalto del ring parlamentario del curso.

Ruina, muerte, opresión, atropello de derechos y libertades fundamentales. Los motivos para presentarla se acumulan. Los sintetizamos en seis, y añadimos una objeción.

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1. Por su grave responsabilidad al poner en peligro la vida de 45 millones de españoles.

¿A alguien se le ocurre un motivo mayor para exigir responsabilidades al Gobierno que la calamitosa gestión ante la mayor crisis sanitaria en 80 años, desde el final de la Guerra Civil? ¿No es razón suficiente la necesidad de plantear una alternativa antes de que este Ejecutivo siga poniendo en peligro la integridad física de los españoles? 

El Gobierno ha demostrado que no es capaz de proteger la salud de los ciudadanos. Ahí está la cifra real de fallecidos que se aproxima a los 50.000. España ha batido el récord de exceso de mortalidad de la Unión Europea: ningún otro país registra un exceso de fallecimientos sobre las muertes esperadas por cualquier causa similar a la de España.

Un volumen de muertes que hubiera sido mucho menor si el Gobierno hubiera adoptado medidas mucho antes y hubiera gestionado de forma competente la grave crisis.

2. Por mentir a los españoles 

La famosa frase de Rubalcaba, “nos merecemos un Gobierno que no nos mienta”, referida al PP, se podría aplicar, corregida y aumentada, al Gobierno de Pedro Sánchez en un asunto de emergencia nacional como la crisis del Covid-19. 

Una de esas grandes mentiras es que nunca ha existido el famoso comité de expertos que asesoraba al ministro de Sanidad, Salvador Illa. Primero dijeron que sí, pero se negaron a dar los nombres, luego dijeron que no, que no había tal comité. Si en un asunto en el que está en juego la vida de decenas de miles de ciudadanos, el Gobierno nos engaña descaradamente, ¿en cuantas otras cuestiones nos estará dando gato por liebre? ¿Podemos confiar nuestras vidas y haciendas a semejantes desaprensivos?

Que un sujeto tan peligroso e irresponsable como Fernando Simón siga al frente del Centro de Emergencias Sanitarias resulta insólito en un país civilizado

3. Por confundir a los españoles

Los engaños y prevaricaciones por parte del Gobierno han sido moneda corriente durante la pandemia, y han motivado querellas ante el Supremo. Por citar dos de los engaños más clamorosos: Fernando Simón dijo el 13 de febrero, cuando el virus circulaba por España, que “No hay riesgo de infectarse … se está generando una ansiedad social que está fuera de lo razonable”. Y ante el 8-M, Simón llegó a decir en una rueda de prensa: “si mi hijo me pregunta si puede ir (a la manifestación), le diría que haga lo que quiera”. 

Que un sujeto tan peligroso e irresponsable como éste siga al frente del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, y no haya tenido la vergüenza torera de dimitir resulta insólito en un país civilizado.

4. Por llevar la economía a la ruina 

La economía entró en recesión técnica en el segundo trimestre del año tras registrar un desplome del PIB del 18,5% entre abril y junio, su mayor caída trimestral en la serie histórica que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) -desde el año 1970-.

El consumo de los hogares se hundió un 21% en el segundo trimestre, la inversión se desplomó y el PIB interanual tuvo un retroceso récord del 22,1%.

5. Por haber destruido un millón de puestos de trabajo 

La pandemia se ha llevado por delante más de un millón de empleos en el segundo trimestre y la tasa de paro se ha disparado hasta el 15 ‘3%.

Y esto es solo el principio. La OCDE vaticina que la tasa de paro llegará a superar el 20% durante 2020, incluso aunque no se produzca un rebrote importante del coronavirus. 

Y todo eso sin que el Gobierno socialista-comunista se muestre solidario con los españoles, reduciéndose el sueldo, o rebajando el número de ministerios o de asesores. Como escribe Gabriel Albiac “El sueldo del señor Simón se verá afectado. El de millones de españoles solo se verá destruido”

La intención de Vox no es desalojar a Sánchez, algo inviable dadas sus alianzas con la izquierda y los separatistas

6. Porque en un régimen democrático es necesaria la oposición.- La moción de censura no está solo para descabalgar gobiernos, forzando su sustitución. La intención de Vox no es desalojar a Sánchez, algo inviable dadas sus alianzas con la izquierda y los separatistas. Sino proponer una alternativa de proyecto político y que quede registrada con luz y taquígrafos. Que el país se entere de que existe otra forma de hacer política. Una moción de censura es una enmienda moral a la totalidad. Y en este caso más que nunca.

Ante una crisis tan grave como la actual es preciso que la oposición ejerza su papel de contrapeso en el Congreso. Pero el PP no está por la labor porque forma parte del establishment ideológico y de reparto de poder con el PSOE. Véase cómo riega con dinero público los chiringuitos LGTB, por poner un ejemplo reciente. Una legislatura me toca a mí y otra a tí. Con el agravante de que el que lleva la batuta en el terreno ideológico es el PSOE, de manera que “gobierna de iure cuando está en el Gobierno y de facto cuando está en la oposición”, como señala Santiago Navajas.

Libre de esas servidumbres y de esos complejos de inferioridad, Vox asume la responsabilidad que debería tener el PP y presenta la moción de censura, convirtiéndose así en la verdadera oposición al Gobierno.

…Y una objeción: ¿Servirá la moción para reforzar a Sánchez?

Se ha acusado a Vox de que lo único que va a conseguir una moción de censura llamada al fracaso es “Salvar al soldado Sánchez” (Teodoro García Egea) o “cohesionar al Frankenstein de Sánchez e Iglesias”(Jorge Bustos). 

¿Es todo esto una sobreactuación del partido de Abascal para ganar visibilidad?, ¿una forma de desgastar al PP, arañándole votos, para disputar la hegemonía de la derecha?, ¿un desperdicio de munición que solo va a contribuir a que Sánchez se eternice en la Moncloa?

En realidad, lo que contribuye a perpetuar al líder socialista es el apoyo de los separatistas, y la inoperancia e irrelevancia de un PP que confunde las palabras “moderado” con “descafeinado”, y que como acabamos de ver con la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso, ha renunciado a dar la batalla cultural.

Lamentablemente para España el soldado Sánchez no está, hoy por hoy, en peligro. Otra cosa es que la vía de agua judicial abierta en el flanco podemita, con el caso Iglesias, crezca y tenga consecuencias políticas. 

O sea que la objeción que se ha apresurado a hacer la derecha política y mediática se desmonta sola. 

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Nacido en Zaragoza, lleva más de 30 años dándole a las teclas, y espera seguir así en esta vida y en la otra. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y se doctoró cum laude por el CEU, ha participado en la fundación de periódicos (como El Mundo) y en la refundación de otros (como La Gaceta), ha dirigido el semanario Época y ha sido contertulio en Intereconomía TV, Telemadrid y 13 TV. Fue fundador y director de Actuall. Es coautor, junto con su mujer Teresa Díez, de los libros Pijama para dos y “Manzana para dos”, best-sellers sobre el matrimonio. Ha publicado libros sobre terrorismo, cine e historia.