
Nos dicen que el mundo posterior a la pandemia del Covid-19 será distinto, aunque los beneficiarios del actual están tratando de que no cambie. Por ejemplo, la ONU y demás instituciones y círculos de poder siguen difundiendo sin parar las matracas del feminismo y del cambio climático. De éste ya nos ocupamos la semana pasada; hoy le toca al primero.
Aunque la mayoría de los muertos son hombres, ahora nos dice la ONU que existe una ‘brecha de género’, porque el 70% de los sanitarios contagiados en España son mujeres. A esta consigna se ha apuntado el Gobierno, porque así la vergüenza de que España sea el país del mundo con más sanitarios contagiados no se debe a la nefasta gestión del PSOE y Podemos, ni a sus corrupciones, sino al machismo. Y el machismo, como el amor y el CO2, está en el aire.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahoraUna prueba de que hay una autopista de eslóganes y bulos perfectamente organizada es el éxito de un artículo ridículo escrito en la revista Forbes por una de las vividoras de la industria del género, la canadiense Avivah Wittenberg-Cox, que se ha hecho rica como consultora para establecer planes de igualdad en empresas y perorar en organismos internacionales.
Una vividora de la industria del ‘género’ ha difundido el bulo de que los países gobernados por mujeres tienen menos muertos por Covid-19
Tiene tres nacionalidades: canadiense, francesa y suiza. (No sé por qué esta gente nunca tiene pasaporte de Tanzania, Mongolia o Cuba.) Por supuesto tiene un MBA. Vive en barrio selecto del carísimo Londres. Su marido es escultor (ah, el arte). Sus dos hijos, chico y chica, paridad hasta en esto, ya viven fuera de casa y son viajeros empedernidos, lo que no sorprende con los pasaportes y el dinero de su madre. Los ciudadanos de Cosmópolis creen que todos los demás vivimos como ellos, cuando son una excepción privilegiada.
El artículo se titulaba ‘¿Qué tienen en común los países con las mejores respuestas al corona virus?’ y la respuesta era tan simple como mujeres al mando de sus gobiernos: las primeras ministras de Nueva Zelanda, Finlandia, Noruega, Dinamarca y Corea del Sur, la canciller de Alemania y la presidenta de Taiwán.
El artículo se publicó el 13 de abril y en los días siguientes numerosos periódicos y televisiones del mundo entero lo repitieron como papagayos, como si se tratara de uno de esos ‘remitidos’ que enviaba la oficina del Ministerio de Propaganda del doctor Goebbels. Los que conocemos la pésima costumbre de la prensa de copiar exclusivas ajenas omitiendo la fuente y de ignorar las opiniones publicadas en los periódicos de la competencia nos asombramos de la inmediata difusión del texto, incluso entre medios supuestamente de derechas. Pero es que en asuntos como el calentamiento global, el feminismo, el presidente Trump y la inmigración no hay ya diferencias, sino un mismo periódico con distintas cabeceras.
Si aceptamos que Sánchez no miente, el país del mundo con más muertos por millón de habitantes es Bélgica, donde gobierna Sophie Wilmès
Wittenberg-Cox barría para su consultora y su sexo contraponiendo a las mujeres, empáticas y cuidadoras (atento a esta palabra, amigo lector, que la va a escuchar tanto como empoderamiento y sus derivadas), con líderes ‘machos’ como Donald Trump, Viktor Orban, Vladímir Putin, Benjamín Netanyahu, Jair Bolsonaro, Narendra Modi, o Manuel López Obrador.
Otra prueba de que el artículo es parte de la campaña por el feminismo consiste en que ningún periodista confrontó la teoría de la consultora de género con la realidad. En la tabla elaborada por Carlos López Díaz con los datos de Worldometer de 23 de abril, o sea diez días después de la publicación del texto de Wittenberg-Cox, vemos los países con más y menos fallecidos a causa del Covid-19.

Por debajo de Noruega y Finlandia están Hungría (¡la Hungría de Orban!), Grecia, Polonia, República Checa, Lituania, Letonia y Estonia, todas gobernadas por varones.
La explicación del ‘género’ se trata de un ejemplo de la caída de nuestra época súper civilizada en el ‘pensamiento mágico’ y de la irracionalidad
Austria registra menos fallecidos que su vecina Alemania, con la que además comparte idioma cultura y sistema de bienestar. Y el canciller austriaco es Sebastian Kurz, del mismo partido que Merkel, democristiano, pero, menuda sorpresa, de diferente sexo. Australia y Eslovaquia tienen tan pocos muertos como Corea del Sur, y Japón menos todavía; y los tres países también tienen como primeros ministros sendos varones.
El Israel de Netanyahu registra menos defunciones por Covid-19 que la Islandia de Katrín Jakobsdótti. Y si aceptamos los datos oficiales de España, aunque ya sabemos que nuestro gobierno miente por sistema, el país con mayor mortalidad por millón de habitantes es Bélgica, cuyo primer ministro es otra mujer: Sophie Wilmès.
Siguiendo la línea de pensamiento de la consultora mundialista y feminista, cabría deducir que los belgas, de haber tenido a un varón como jefe de su gobierno, habrían sufrido muchas muertes… O quizás Wilmès no es una verdadera mujer, o no daba abrazos sinceros en sus vídeos, pues ésta es una de las características del liderazgo femenino alabado por Wittenberg-Cox.
Menos fallecimientos que Alemania, Islandia, Noruega y Finlandia registran países con hombres al frente, como Hungría, Japón, Polonia, Grecia, Eslovaquia, Israel…
Y esta memez ha circulado por periódicos de todo el mundo, de Italia a Argentina, con la CNN empuñando la batuta sin que nadie la refutara, bien porque están de acuerdo con ella o bien porque no se atreven. Eso sí es un bulo, pero como lo promueve el Poder, nadie lo toca.
Nuestra época cada vez está más cerca del ‘pensamiento mágico’ y de la irracionalidad. En vez de preguntarse si hay menos muertos en Hungría o Grecia porque cerraron fronteras (hecho que es una ofensa para los ciudadanos de Cosmópolis), o prohibieron los actos públicos en cuanto detectaron los primeros contagios, a diferencia de otros políticos que esperaron a tener sus manifestaciones de saltitos y grititos del 8 de marzo, la clase dirigente recurre a explicaciones supersticiosas más adecuadas para un campesino tracio de hace tres mil años.
Aparte de tomarnos por idiotas, los diseñadores de estas campañas de propaganda muestran su desprecio a los muertos y contagiados, porque una de sus insinuaciones es: “Si hubieses votado a una mujer como presidente, estarías vivo. Has muerto por machista, y te lo mereces”.