En Venezuela desgobierna, con mano de hierro y cerebro que se antoja híbrido de molusco y rata herida, uno de los regímenes más delincuentes e ineptos del planeta. Esto no es noticia. Casi no lo es por ello el golpe de Estado del presidente Nicolás Maduro al ordenar a los hampones que ha puesto en el Tribunal Supremo que secuestren los poderes de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición tras su abrumadora victoria del 5 de diciembre de 2015.
No disimulan nada sus fechorías quienes heredaron el régimen de un demente y carismático militar llamado Hugo Chávez Frías. Y que aunque pareciera imposible lo lograron empeorar hasta convertirlo en la pesadilla del horror que es hoy, con la poblacion torturada por hambre, terror, enfermedad, crimen, miseria y delirio mentiroso.
Maikel José Moreno Pérez: policía político, presidiario y asesino
Desde el 17 de febrero preside el Tribunal Supremo un tal Maikel José Moreno Pérez, que fue policía político, presidiario, asesino en al menos dos casos y encargado de trabajos sucios de la cúpula chavista.
Un perfecto representante del hampa, como la mayoría de los altos cargos del régimen, que es el encargado de este trabajo sucio supremo. Maikel José es un criminal a la cabeza del Tribunal Supremo en una potencia petrolífera, el país más rico de Sudamérica que el socialismo, su patrono en La Habana y un saqueo sin precedentes en la historia moderna han convertido en uno de los más miserables del planeta.
Hace tiempo ya que Nicolás Maduro sabe que su única posibilidad de no acabar la vida en la cárcel o en un exilio pendiente de extradición a La Haya es imponer la línea dura de cubanizar el régimen. Las elecciones de diciembre 2015 demostraron que en buena lid está acabado.
Por eso el régimen de esta hampa política bajo la amenaza de castigo por sus inauditos crímenes y robos, tiene decidido que su único futuro es cubano. Allí la jaula intacta desde hace 60 años garantiza aun hoy la seguridad, la impunidad y el patrimonio de todos los criminales de la cúpula del partido y es tratada con sumo cariño por todo el mundo.
La vergonzosa obsequiosidad de la UE con nauseabundos honores al Fidel Castro vivo y muerto fueron una clara lección para Caracas. Con una amenaza creíble de un mal peor, el régimen de Caracas sabe que nada ha de temer de las democracias. Su único miedo puede ser Donald Trump, al que tienen en casa muy ocupado.
Ministro Alfonso Dastis: «No es una decisión tranquilizadora que el Supremo arrebate al Parlamento sus poderes»
La OEA y la UE han estado a la misma altura moral. Aunque la UE ya da más vergüenza. ¿Y España? El ministro Alfonso Dastis dice que «no es una decisión tranquilizadora» que el Supremo arrebate al Parlamento sus poderes, que Maduro proclame la dictadura total en Venezuela. Mejor callarse, ministro, que avergonzarnos a todos.
Bastante escarnio es ya José Luis Rodríguez Zapatero, convertido en jenízaro protector de la narcodictadura, quién sabe con cuántas motivaciones. En una misión que la oposición venezolana calificó de tramposa y miserable y que Rajoy y su gobierno han seguido defendiendo.
Estupor producen estos gobernantes sin músculo moral ni sentido del ridículo. El dolor de los venezolanos secuestrados por el régimen de Maduro genera rabia, y vergüenza, la indolencia europea. Ayer atacaba Mariano Rajoy en Malta a los partidos populistas, en esa moda europea de tachar de populistas a todos los que no sean amigos y no hagan lo que nos gusta.
Gran ocasión tuvo de anunciar medidas contra algo mucho peor que un partido populista como es esta dictadura. Y para proclamar la solidaridad con los venezolanos y sus presos políticos. Se le olvidó.
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