
El primer ministro de Canadá, el progresista Justin Trudeau, tiene varias polémicas abiertas en su país por Navidad, pero la más llamativa de todas proviene de una amable entrevista que le hicieron en la televisión y en la que él solo se metió en un berenjenal.
Y es que preguntado por la lucha contra el terrorismo, Trudeau acabo diciendo que los yihadistas arrepentidos que vuelven al país tras luchar en el extranjero son de gran valor
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora«Sabemos que, en realidad, alguien que se ha comprometido y rechazado esa odiosa ideología puede ser una voz extraordinariamente poderosa para prevenir la radicalización en las generaciones futuras y los jóvenes dentro de la comunidad», comentó a la periodista.
El primer ministro no entró en detalles sobre si en caso de que un excombatiente de Estado Islámico se arrepienta y vuelva a Canadá irá a la cárcel o no, pero en caso de que reniegue de esa «odiosa ideología», podrá adoctrinar a los niños para que no sean tan malos como él.
Goodale: «Una vez que han participado en actividades relacionadas con el terrorismo, la capacidad de cambiarlos -al yihadista- es bastante remota»
Lo curioso de este asunto es que en esa misma cadena, un mes antes el hombre a cargo de intentar rehabilitar a los radicales retornados que dicha tarea era casi imposible de realizar, sobre todo después de que un yihadista haya pasado por el campo de batalla.
Así, el ministro de Seguridad Pública Ralph Goodale declaró que «si quiere tener una buena y sólida esperanza de algún tipo de intervención exitosa en la rehabilitación de un yihadista, tiene que ser en una etapa mucho más temprana. Tienes que evitar el problema antes de que exista. Una vez que una persona ha estado en una zona de guerra, una vez que han participado activamente en actividades relacionadas con el terrorismo, la capacidad de cambiarlos es bastante remota».
Los problemas éticos de Trudeau
Parece que además de sus declaraciones, sus vacaciones pueden jugarle una mala pasada, y es que según Mary Dawson, Comisaria de Conflicto de Interés y Ética de Canadá, Trudeau ha infringido el artículo 11 de la Ley sobre los conflictos de interés.
En marzo y diciembre de 2016 el primer ministro gozó de unas vacaciones en familia en la isla privada del Aga Khan, líder religioso de los musulmanes ismaelitas.
Y claro, el artículo 11 dice que no se pueden aceptar regalos u otras ventajas susceptibles de provocar un conflicto de interés, como ir de vacaciones a la isla privada de un millonario, a no ser que se trate de familiares o amigos.
El problema es que la Fundación de Aga Khan en Canadá ha recibido desde 1981 cerca de 330 millones de dólares canadienses (unos 219 millones de euros) para varios de sus proyectos., también en los últimos años.
Pero el señor Trudeau ha salido rápidamente para responder a las acusaciones y decir que el multimillonario Khan era amigo de su padre y también suyo. Todo solucionado.