Hacia casi 80 años, desde los años 30 del siglo pasado, que la comunidad hebrea no tenía miedo en Europa. El fantasma de la persecución, parecía totalmente conjurado, tras la barbarie nazi. Pero…
A pequeña escala, llevamos varios años de ataques contra judíos… por el mero hecho de ser judíos.
Esta misma semana, se produjo un ataque con cócteles molotov contra el edificio del cementerio judío de Malmö (Suecia).
Y no cejan los actos judeófobos en Berlín y otras ciudades alemanas, con el agravante de que la televisión pública germana los ignora.
Algunos proceden de grupos ultras, pero otros muchos son perpetrados por extranjeros musulmanes.
Desde que en Europa los atentados yihadistas se convirtieron en algo habitual y los judíos, junto al resto de civiles, comenzaron a ser blanco predilecto de estos terroristas, el miedo entre la población hebrea ante un futuro incierto en el continente es cada vez mayor.
Singularmente en Francia, Bélgica, Alemania, Suecia y el Reino Unido (que junto con Italia) representan alrededor del 70% de los judíos europeos. En total, la población hebrea de Europa ronda el millón de personas.
Muchos han emigrado o están planteándoselo por este aumento de ataques contra la comunidad hebrea.
Tras los ataques a la sede de Charlie Hebdo en París en enero de 2015 y en Copenhague en febrero del mismo año, saltaron las alarmas en el seno de esta población.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no dejó escapar la oportunidad para llamar a una masiva migración de judíos a Israel, algo que no ha sentado bien a todos.
“A todos los judíos de Francia, a todos los judíos de Europa, quiero decirles que Israel no es solamente el lugar cuya dirección reza, sino también que el Estado de Israel es su hogar”, dijo en una entrevista por televisión.
El mismo rabino de Dinamarca, Jair Melchior, declaró estar “decepcionado” por las palabras de Netanyahu en un momento tan delicado para la convivencia en Europa.
La Asociación de Judíos Europeos, cuya sede se encuentra en Bruselas, pidió en 2015 a los líderes europeos que se protegieran las instituciones y centros de culto hebreos las 24 horas del día, siete días a la semana para evitar más muertes.
Dado el terrorismo al que hacemos frente, no parece intimidar a los asesinos ni por su afán ni por los medios que utilizan para perpetrar los ataques.
Tan solo en 2015 llegaron a suelo israelí 32.000 judíos de 90 países
La ley de retorno israelí estipula que cualquier persona con al menos un abuelo judío tiene derecho a emigrar a Israel y nacionalizarse.
Más de 11.000 judíos franceses se interesaron en este aspecto en enero de 2015 tras los atentados de Charlie Hebdo.
En 2014 fueron 7.200, el doble que en 2013. Tan solo en 2015 llegaron a suelo israelí 32.000 judíos de 90 países.
En el caso español, el último atentado en las Ramblas de Barcelona marcaron un antes y un después.
El rabino jefe de Barcelona, Rav Meir Nar-Hen, señaló que “Europa está perdida” y que “los judíos deberían mudarse a Israel”. Calificó a España como “núcleo de terrorismo islámico”. Aunque más yihadistas hay en Francia, Bélgica, Alemania e Inglaterra que en España.
La Federación de Comunidades Judías de España declaró que tienen “completa confianza en las fuerzas de seguridad que trabajan diariamente para prevenir que fanáticos y musulmanes radicales causen dolor y caos en nuestras ciudades”.
En cincuenta municipios españoles se han aprobado resoluciones a favor del boicot contra Israel, muchas de ellas promovidas por la extrema izquierda
Si bien es cierto que el Gobierno español motivó la llegada de judíos sefardíes -hoy en día viven en este país 45.000 judíos-, las muestras de rechazo a este grupo son constantes a nivel político y social.
En cincuenta municipios se han aprobado resoluciones a favor del boicot contra Israel, muchas de ellas promovidas por la extrema izquierda. No hay que olvidar que tanto Izquierda Unida como Podemos han apoyado tradicionalmente a la causa palestina frente a Israel. E incluso han llegado a justificar el terrorismo de grupos como la antigua OLP o Hamás.
España tiene el mayor número de estas resoluciones de toda Europa.
En el resto del continente, las percepciones sobre este grupo varían.
En el Reino Unido, en 2014 un siete por ciento de población tenía una opinión negativa sobre los judíos mientras que un 26 por ciento de los musulmanes.
En Italia, el 24 por ciento ve negativamente a los practicantes de esta religión, aunque el país con mayor rechazo en Grecia donde el 47 por ciento los ve negativamente.
En Suiza, a principio de mes, 20 encapuchados atacaron una sinagoga con explosivos incendiarios y quemaron el bosque colindante donde se encontraban unos jóvenes judíos celebrando un encuentro religioso después de que tuviese lugar una multitudinaria manifestación pro Palestina tras la decisión de Trump de mover la embajada estadounidense a Jerusalén.
Posibles causas
Los datos están ahí y son irrebatibles, aunque las encuestas no siempre recogen el por qué de este rechazo a los judíos. Solo cinco países en Europa –Finlandia, Países Bajos, España, Suecia y Reino Unido– recogen este tipo de estadísticas.
Los picos en las agresiones se dan en momentos en que Israel ataca países vecinos o aplica medidas restrictivas para la población musulmana dentro y fuera del país.
Por ejemplo, en julio de 2014 se batió en Londres el récord de ataques de odio contra judíos por la operación militar que Israel lanzó contra la franja de Gaza.
Según un informe de la Oficina del Alcalde de Londres para la Policía y el Crimen (MOPAC por sus siglas en inglés), el 95 por ciento de estos ataques fueron debidos a esa invasión.
Por esa razón es fundamental distinguir entre los ataques de motivación religiosa (yihadismo) y política. En la actualidad, los segundos son muy escasos, mientras que los primeros aumentan año tras año como consecuencia del aumento en la inmigración musulmana.
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