El histerismo climático ya ha entrado en fase de hiperventilación, seguramente porque sus inventores, explotadores y rentistas (como Al Gore) se dan cuenta de que hay más resistencias de las que calculaban por parte de los pueblos a aceptar sus Power Points y las facturas que les acompañan.

Acabo de leer que según Global Footprint Network la humanidad ha consumido ya, en los 210 primeros días del año, los recursos y servicios ambientales que tenía a su disposición sin comprometer la capacidad de regeneración de éstos. Este año, el 29 de julio, fecha que en el santoral católico recuerda a varias docenas de mártires de la guerra civil española, como los beatos José de Calasanz Marqués y Lucio Martínez Mancebo, ha sido el día en que nos ponemos en números rojos con la Madre Naturaleza.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Cuando Aníbal cruzó los Alpes en el año 218 antes de Cristo, no había glaciares en su ruta, sino bosques

La verdad, me cuesta aceptar que el consumismo de españoles o franceses sea responsable del supuesto agotamiento de los recursos naturales, cuando cada vez tenemos sueldos más bajos, hasta el punto de que empieza a ser habitual que haya cuarentones viviendo en pisos compartidos.

Pero el episodio que se lleva la palma es la placa mortuoria que en agosto le van a colocar a un glaciar en un volcán islandés. Esta placa dice así:

“Ok es el primer glaciar en perder su status como glaciar. Se espera que en los próximos 200 años todos nuestros glaciares sigan el mismo camino. Este monumento es para reconocer  que sabemos lo que está pasando, y lo que es necesario hacer. Sólo tú sabes si lo hicimos.

Agosto 2019

415 ppm CO2”

Dentro de poco habrá paquetes turísticos para que los calentólogos se hagan ‘selfies’ junto a esa placa que denuncia la maldad humana y nos riñe.

Ahora nos dicen que los glaciares son formas culturales, cuando son enemigos de la humanidad y, por lo que vemos, un negocio

Un tal Rice Cymene Howe, antropólogo a cargo de la misión, explicó que su acto tiene una gran trascendencia: “Este será el primer monumento a un glaciar perdido por el cambio climático en cualquier parte del mundo. Al marcar el paso de Ok, esperamos llamar la atención sobre lo que se está perdiendo a medida que los glaciares de la Tierra expiran. Estos cuerpos de hielo son las reservas de agua dulce más grandes del planeta y congelados dentro de ellos son historias de la atmósfera. También son a menudo importantes formas culturales que están llenas de importancia”.

Un glaciar, ¿una forma cultural? A ver si dentro de poco hacen una película de dibujos animados protagonizada por glaciares… Más que forma cultural es un negocio.

Mantengamos la calma y pensemos. La existencia de los glaciares es intermitente. La última glaciación acabó hace más de 10.000 años, por lo que es lógico que las inmensas capas de hielo que cubrían gran parte de la Tierra hayan desaparecido y hasta sigan retrocediendo, salvo cuando se producen períodos ocasionales de enfriamiento, como la Pequeña Edad de Hielo, que causó un crecimiento desmesurado de los glaciares en Europa, los mismos que ahora se están fundiendo.

Cuando Aníbal dirigió un ejército contra Roma a través de los Alpes, en estas montañas no había nieve ni glaciares, sino bosques, como se demostró hace unos años. ¿Es que ya entonces había plásticos y motores de explotación contaminantes?

Yo ya no me creo nada que de la Prensa de Kalidá sobre la ‘emergencia climática’. La última fake news que me ha conducido al escepticismo absoluto fue la escandalera montada en junio por los políticos y los telediarios a cuenta de una foto en Groenlandia que nos presentaron como la prueba irrefutable de la ‘emergencia climática’ cuando mostraba un fenómeno normal: coincidencia de un hielo grueso en la superficie con agua del deshielo que no puede filtrarse y se estanca.

Para darnos una lección, Greta Thunberg cruzará el Atlántico no en Ryanair, sino en un barco de ricos movido por energía solar

No hubo explicaciones ni rectificaciones; sólo catastrofismo y apocalipsis. Junto con una bronca al ser humano por llevar el planeta al borde de la extinción debido a su maldad y avaricia.

Menos mal que la regañona Greta Thunberg se dispone a darnos ejemplo de concienciación contra el cambio climático cruzando el Atlántico en un velero de carreras movido por energía solar puesto a su disposición por un hijo de la princesa Carolina de Mónaco. Es un avance, porque Al Gore usa un avión privado. ¿Por qué los salvamundos nunca van en Ryanair? Para despedirme le desvelo que en julio de 2018 se registró en la Antártida Oriental -98º, menos incluso de lo que calculaban los científicos y la temperatura más baja desde 1983, que entonces bajó a -89º. Recuérdelo cuando le digan que éste es el verano más caluroso desde no sé cuantos mil años.

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